La única batuta femenina: Elisa Vegas
Como pasa en casi todos los casos de virtuosismo, Elisa comenzó leyendo partituras a muy temprana edad. Así se acercaría a Debussy, Mahler y Ravel, entre otros, con los que haría migas. Predestinada o no, porfiada, característica de su personalidad, entona un Allegro ma non troppo en la sonata de su vida. El fin: encumbrarse como la batuta femenina más importante del país