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#rabia

Escrache: otra forma de la rabia

Venezuela había sido un país tan feliz, que nunca tuvimos que afrontar la complicada discusión de los bordes éticos del llamado escrache. En nuestra breve época republicana los expresidentes, aunque adversarios políticos, bromeaban con irse a jugar partidas de dominó dos contra dos. Ellos y sus hijos vivían aquí, atendían el teléfono y hacían mercado, y uno no los apuntaba con el dedo. Hubo, es cierto, una fugaz ráfaga de saqueos (y cosas peores) cuando el perejimenizmo cayó y dejó a algunos guindados de la brocha y de este lado del charco. En épocas más recientes, Lina Ron y sus visitas a Globovisión, o los Círculos Bolivarianos asediando la Asamblea Nacional. Intimidaciones, conatos, escarceos de escrache.

Alertan riesgo de contagio de tuberculosis, encefalitis y leptospirosis en Maracay

El ministro de Producción Agrícola y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, advirtió este miércoles del peligro de contagio con enfermedades capaces de afectar a animales y humanos, tras el robo de material biológico del Instituto de Investigaciones Agrícolas (INIA), en Maracay, estado Aragua. Instó a las personas que presenten síntomas como fiebres atípicas a informar al Distrito Sanitario.

¿Dónde ponemos la rabia?

La rabia, aunque justificada, no debe dominar las conciencias ni imponerse sobre la estrategia. Pero sí debe ser vista e incorporada en el relato. Respetada. La arrechera de unos y el despecho de otros cuentan. Y deben ser conducidos por los liderazgos. Este puede ser el momento de decidir qué vamos a hacer con nuestra rabia

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