Satanás es insaciable: el hambre no se calma con curda ni droga
Es verdad que el alcohol, las drogas y el tabaco pueden anestesiar la sensación de dolor que llega a causar el hambre. En otras épocas, las sustancias eran el recurso de quienes no encontraban otro hábito que la calle. Pero en medio de una crisis humanitaria, que ha llevado a algunos a comer directamente de la basura, el país pendula entre la mesa culta de los restauradores y el drama del friganismo. Y más barato sale comer algo, entre tanta hiperinflación