Ver el cáncer con actitud y color: 13 mujeres muestran sus cicatrices en sitios icónicos de Caracas

Daniel Hernández |El Estímulo

El fotógrafo Daniel Hernández retrató a 13 pacientes oncológicas que mostraron sus cicatrices como símbolo de lucha, de sobrevivencia y de resiliencia. Los escenarios fueron lugares icónicos de la capital venezolana como la Esfera de Jesús Soto o El Calvario

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Estas mujeres son hermosas. Sus ideas las hacen aún más bellas y su compasión las transforma en seres únicos. Ellas no tienen el cuerpo que nos venden las tendencias. No son un estereotipo. Estas mujeres son tan reales como sus cicatrices, esas marcas en la piel que al verlas en el espejo les recuerdan que siguen aquí, en este plano, cuidándose y cuidando a los suyos.

“Después de la tormenta llega la calma”, solemos decir cuando vencemos los problemas. Sentimos que la vida transcurre desde una constante lucha. En estos caminos de lucha y vida pude conocer a estas 13 mujeres que se convirtieron en punto de partida de una experiencia inigualable y en una visión de vida diferente.

Testimonio de Janay Huerta en la plaza Francia:

Trece de ellas lograron superar la adversidad y continúan luchando por seguir aquí, con sus seres amados, conscientes de su valor entre los suyos. Y, además, le conceden a los demás palabras de aliento y cultivan la semilla de la esperanza, porque con sus actitudes y buena vibra se han convertido en pruebas vivientes de que se puede dar la pelea al cáncer, aún en circunstancias difíciles.

Testimonio de Mayerlin Pirela, en la avenida Rafael Urdaneta:

A todos debería interesarnos el tema de la salud pública en Venezuela, porque, para muchos, ser atendidos en medio de una enfermedad es un lujo. Nuestro sistema de salud está plagado de incongruencias. No importa el estrato social: a todos, de una forma u otra, nos afecta la realidad del sistema de salud en el país.

Testimonio de Ledys Julio, El Calvario:

Durante los cuatro años que he acompañado a pacientes con cáncer he podido observar la lucha diaria de muchas mujeres que han llorado de miedo al sentir que pueden perder la vida, cuando tienen tantas cosas por dar, por hacer, por vivir.

Testimonio de Yuleika Machado, en la avenida Libertador:

Muchas de estas guerreras han estado delante de mi lente mostrando sus pechos lesionados, exigiendo ser escuchadas, pidiendo que se les preste atención. Para una mujer hacer visible lesiones en una parte de su cuerpo que pudiese definir su feminidad es durísimo, pero en medio en estas circunstancias, mirarlas es entenderlas un poco y sentir sus deseos infinitos de vivir.

Testimonio de Edelmira Astudillo, en la plaza de Los Museos:

Este increíble grupo de mujeres mostraron sus senos, despojadas de vergüenza, porque para ellas la verdadera vergüenza es bajar la guardia y dejarse vencer. Son mujeres tan valientes, de tanto valor humano, que ha sido sencillo para mí conectar con ellas. Se han convertido en maestras y ejemplo. Ellas enseñan y demuestran que la vida es una sola, que aprender a vivirla a plenitud y con sencillez debe ser nuestra premisa diaria. Su compasión las hace peculiares.

Testimonio de Teodora Salazar, en El Silencio:

Hermel Rodríguez es una de las mujeres que forma parte de este grupo y se transformó en una aliada. Ella es una sobreviviente de cáncer de mama y ahora trabaja para que otras pacientes también ganen la batalla.

Testimonio de Hermel Rodríguez, en el bulevar de Sabana Grande:

Está llena de amor por el prójimo, es una líder nata que tiene la capacidad y determinación de llevarme a conocer a otras pacientes oncológicas que están dispuestas a vivir una experiencia distinta, permitiéndose llenar de color sus pechos y de esperanza sus sonrisas, para quedar registradas desde la fotografía en diferentes espacios caraqueños, espacios en los que no todas las historias terminan con una nueva oportunidad de vivir.

El deseo de llenarlas de colores se materializó en el mes de enero de este 2022. En ese encuentro, cuatro damas poderosas y mágicas, mostraron sus fortalezas y vulnerabilidades desde el hogar de una de ellas.

Testimonio de María Luisa Rosa, parque Los Caobos:

Omaira González, anfitriona por excelencia y de carácter divino, junto a Mercedes Hidalgo, la misma Hermel y María Luisa, se convirtieron en un cuarteto vigoroso, se vincularon desde el corazón en un proceso cálido, natural, fluido que nos llevó cuatro horas de trabajo, donde no sentí ni en un instante en ellas angustias o ánimos de derrota ante lo que han enfrentado.

Testimonio de Mercedes Hidalgo, en el mural de Pedro León Zapata:

Desde ese día, pautamos varios domingos para desarrollar una tarea ardua pero motivadora que me permitiera acercarme a otras mujeres, para sumar a las 13 diosas guerreras que necesitaba para este proyecto, cada una con sus historias y anécdotas a cuestas.

Testimonio de Belkis Montero, en Plaza Caracas:

Después de un tiempo, el epicentro de las ideas coloridas se trasladó a la casa de Maya Cobos. Allí nos apoyó Ludwing Linares con su carroza para trasladarlas, cada tarde de domingo, a nuestros encuentros.

Testimonio de Ysbelice Rojas, en la avenida Bolívar:

Caracas en pleno se convirtió en nuestro estudio fotográfico, desde la esfera Caracas de Soto en la autopista hasta El Calvario en el centro de la ciudad. Cada una fue fotografiada en escenarios distintos. Y todas se hicieron dueñas de esos espacios en los que eran protagonistas. La sensación de libertad las empoderó a tal punto que para mí, que estaba detrás del lente, fue sencillo captar la esencia de valentía y optimismo que queríamos transmitir en cada imagen.

Testimonio de Omaira González, en Plaza Venezuela:

Todas me contaron sobre esa sensación de victoria, esa inyección de vitalidad y esperanza que las recorría en cuerpo y alma al saber que habían vencido al cáncer. Incluso aquellas con diagnóstico de recaída estaban listas para salir a la batalla otra vez, porque se sabían ganadoras de esa primera lucha y estaban fortalecidas con herramientas emocionales que habían sumado en el camino.

Testimonio de Alicia De Nobrega, en la Esfera Caracas de Jesús Soto:



Solo puedo agradecer el privilegio de conocer a esas 13 increíbles mujeres, y sentir su energía vital. ¡Son simplemente 13 mujeres maravillosas!

Foto: Daniel Hernández

Verlas, escucharlas, conocer sus historias, me hizo tener más presente que nunca a mi amiga Carmen María Guevara, quien no gozó del milagro de vencer el cáncer.

Lea también: Las cuentas del alma de Carmen María Guevara

Hoy a ella y a sus cuentas del alma, dedicamos este trabajo. ¡Gracias Carmen, por permitirme conocerte y ser mi amiga!

Foto: Daniel Hernández
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