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¿Qué puede esperarse de las elecciones legislativas de EEUU?

Seis años después de la elección de Barack Obama, los estadounidenses podrían elegir una mayoría republicana en el Congreso al acudir a las urnas este martes en las elecciones de medio mandato, tradicionalmente crueles para el partido en el poder

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Para estos comicios que renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 36 de 100 bancas del Senado, 36 de 50 gobiernos de estado y una parte de los legisladores locales.

Los sondeos más recientes muestran al Partido Republicano con ventaja sobre el Partido Demócrata de Obama, y a pesar de que la contienda es muy reñida en Alaska y Carolina del Norte, los republicanos se muestran confiados de su victoria.

«Pretendemos ser una mayoría responsable si el pueblo estadounidense nos da la oportunidad», dijo el líder republicano del Senado, Mitch McConnell a la cadena ABC en Kentucky (sur).

McConnell, que amplió su ventaja en las encuestas el fin de semana sobre la candidata demócrata, se convertiría en jefe de la mayoría republicana si se produce el cambio de mayorías en el Senado.

Los republicanos ya controlan la Cámara de Representantes pero parecen ir en camino a incrementar su dominio sumando escaños.

En el Senado, los demócratas tienen 10 escaños de ventaja, 55 a 45, pero perderían el poder si los republicanos les arrebatan seis bancas.

Tres expertos en predicciones políticas sitúan entre 70% y 77% la probabilidad de que los republicanos alcancen la mayoría en el Senado.

Sin embargo, los resultados definitivos de la contienda podrían hacerse esperar pues hay altas probabilidades de balotaje en Georgia (sureste) y Louisiana (sur), cuyas leyes exigen una segunda vuelta si ningún candidato obtiene la mitad más uno.

Un probable recuento de votos en la remota Alaska, donde el resultado es impredecible, también causaría demoras.

El balotaje en Louisiana sería el 6 de diciembre, pero en Georgia habría que esperar hasta el 6 de enero, tres días después que el nuevo Congreso se reúna en Washington.

Los republicanos son favoritos en ambos estados, pero se espera una fuerte disputa tanto en las urnas como en la propaganda electoral, especialmente si para entonces el destino del Senado sigue en juego.

Los votos anticipados, entregados hace semanas por correo o en persona en varios estados, alimentan igualmente el optimismo republicano. En Colorado, 41% de quienes votaron son electores registrados como republicanos, contra 32% de demócratas, según el New York Times.

Por meses, los republicanos han insistido en que la elección es un referendo contra Obama, a quien culpan de la crisis en Siria, la falta de preparación frente al ébola y no le perdonan el sistema de salud, «Obamacare».

Las elecciones de mitad de mandato raramente son positivas para el partido en la Casa Blanca, y Obama seguiría los pasos de sus antecesores George W. Bush en 2006, Bill Clinton en 1994 y Ronald Reagan en 1986.

Además, los demócratas saben que sus seguidores fieles (hispanos, negros y jóvenes) votan en menor proporción que los conservadores, de mayor edad. En las legislativas de mitad de periodo de 2010 sólo 21% de los estadounidenses de entre 18 y 24 años votó, contra 62% de la franja de entre 62 y 74 años.

Con el entusiasmo del lado de los republicanos, Obama llamó a los demócratas a salir de sus casas en una corta gira el fin de semana en Michigan, Connecticut y Philadelphia.

Su portavoz, Josh Earnest, insistió el lunes en que el presidente seguía optimista, pero advirtió implícitamente que una derrota demócrata no equivaldría a un voto de castigo.

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