El balance de muertos aumentó a 44 este jueves, según la agencia estatal Anadolu, tras la matanza provocada el martes en el aeropuerto internacional Ataturk por tres terroristas suicidas, muy probablemente relacionados según Ankara con el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Un alto responsable que no quiso dar su nombre explicó a la AFP que los suicidas venían «de Rusia, de Uzbekistán y de Kirguistán».
El ministro del Interior anunció que más extranjeros de los que se creía en un principio figuraban entre las víctimas mortales.
De las 44 personas que perdieron la vida en este ataque, 19 son ciudadanos extranjeros, según el ministro Efkan Ala.
Este jueves se iban conociendo más detalles de cómo se produjeron los ataques en la terminal de vuelos internacionales de Ataturk, el tercer aeropuerto de Europa.
El primer ministro Binali Yildirim explicaba el miércoles que «los terroristas, después de intentar pasar los (primeros) controles de seguridad» justo en la entrada de la terminal, cambiaron de opinión y «volvieron con fusiles ametralladoras que sacaron de sus maletas antes de pasar los controles disparando indiscriminadamente contra la gente».
«Uno de ellos se hizo explotar en el exterior» y «los otros dos aprovecharon el pánico, entraron al aeropuerto y se hicieron explotar», dijo.
Un alto responsable turco cercano a la presidencia, que no quiso revelar su nombre, proporcionó a la AFP otra versión. Primero una explosión tuvo lugar cuando un suicida entró en el vestíbulo de llegadas y se hizo estallar. Después, un segundo, aprovechando el pánico, entró y subió a salidas, donde accionó su carga. Finalmente, el tercero que esperaba fuera se explotó el último.
Este jueves, el atentado aún no fue reivindicado y las autoridades turcas todavía no identificaron a los atacantes.
El diario Hurriyet informó que uno de los atacantes era un combatiente checheno de nombre Osman Vadinov, que habría venido a Turquía desde Raqa, feudo del EI en Siria.
¿Alguien va a dimitir?
Este nuevo atentado en Estambul, el cuarto y el más mortífero en un año en la primera ciudad del país, conmocionó a Turquía y fue condenado por numerosas capitales.
En París, la torre Eiffel se iluminará este jueves en la noche con los colores rojo y blanco de la bandera de Turquía, en homenaje a las víctimas de los atentados, indicó la alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo.
Por otra parte, las fuerzas turcas mataron el sábado en la frontera siria a dos presuntos miembros del EI, uno de los cuales planeaba un atentado suicida en Turquía, informó Anadolu.
Además, el diario de oposición Cumhuriyet criticaba este jueves al gobierno y preguntaba «¿Alguien va a dimitir?». El rotativo recordaba que después de los atentados en el aeropuerto y el metro de Bruselas en marzo, dos ministros presentaron su dimisión.
El ‘modus operandi’ de los atentados en Ataturk recuerda a los ataques yihadistas de noviembre en París (130 muertos) y de Bruselas (32 muertos).
Varias fotos y videos estremecedores compartidos en las redes sociales mostraban una enorme bola de fuego a la entrada de la terminal de vuelos internacionales y a pasajeros tendidos en el suelo del hall.
Estambul y Ankara han sido golpeadas desde el año pasado por una serie de atentados que dejaron 260 muertos y han creado un clima de fuerte inseguridad.
El objetivo de los atentados en Turquía han sido las fuerzas de seguridad y los lugares turísticos, lo que ha provocado una caída inmediata del turismo, y se atribuyeron al EI o a los rebeldes kurdos, especialmente a los TAK, cercanos al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).