Durante la rueda de prensa de presentación del evento en el Vaticano, el portavoz Greg Burke no quiso dar hoy estimaciones de las personas que asistirán, pero informó de que se han entregado 100.000 billetes para entrar en la Plaza de San Pedro y que se espera que los fieles también se concentren en la Vía de la Conciliazione y en las calles aledañas.
Para este acto se han acreditado 600 periodistas del todo el mundo y 125 televisiones conectarán en directo con la señal del Centro Televisivo Vaticano.
Desde hace algunos meses, por cuestiones se seguridad, Vía de la Conciliazione, la ancha avenida que llega a la Plaza de San Pedro, se ha cortado al tráfico y se han creado pasillos laterales en la carretera para facilitar el paso de los peatones.
Para el acto se ha organizado además un plan de seguridad extraordinaria por lo que la zona de San Pedro será dividida en tres áreas de control en círculos concéntricos y con la presencia de cerca 3.000 agentes de las fuerzas de seguridad y se ha cerrado el espacio aéreo en toda la zona, entre otras medidas.
En el Año Santo, que comenzó el pasado 8 de diciembre y terminará en 20 de noviembre, se han celebrado numerosos actos, pero se ha desarrollado de una manera discreta, como el pontífice deseaba, y sólo la canonización de la madre Teresa será el acto que congregará a una importante multitud y a representantes de decenas de Estados.
Debido a que los procesos de canonización suelen durar muchísimos años pocos pueden decir que han conocido a un santo, pero no es el caso de Teresa de Calcuta, que murió en 1997, viajó por todo el mundo y se entrevistó con autoridades de numerosos países.
En la rueda de prensa de este viernes, Mary Prema Pierick, la actual superiora general de las Misioneras de la Caridad, la congregación que fundó Teresa en Calcuta, recordó «la humildad» con la que se comportaba con todos y cómo siempre «aceptaba todo, también las cosas difíciles», y «nos alentaba a continuar».
«Su sonrisa era el mejor regalo para Jesús y para nosotras», explicó la superiora enfundada en su sari blanco con ribetes azul, como los que llevan las centenares de hermanas de la Caridad, que han llegado desde todos los rincones del mundo para participar en el acto del domingo.
Para el padre Brian Kolodiejchuk, superior general de los padres Misioneros de la Caridad -también fundado por la religiosa- y postulador de la causa de canonización, la madre Teresa es «una santa para todos» y, aunque explicó que será la protectora de los «más pobres», también bromeó al asegurar que bien podría ser «la santa de los viajes», ya que visitó todos los rincones del mundo»
Kolodiejchuk aplaudió que Teresa de Calcuta sea canonizada durante el Jubileo de la Misericordia, «porque era muy consciente de la necesidad de la misericordia».
El papa Francisco será el encargado de oficiar el domingo la misa de la Canonización, que comenzará a las 10.30 hora local (8.30 GMT) y a la que asistirá el brasileño Marcilio Haddad Andrino, cuya curación, considerada inexplicable, fue la elegida para que la madre Teresa subiera a los altares.