Esta inauguración cumple una de las promesas más polémicas de la política exterior del presidente Donald Trump, ignorando la reprobación internacional y la indignación palestina.
El acto coincide con la jornada más mortal del conflicto palestino-israelí desde 2014. Al menos 37 manifestantes palestinos murieron por disparos israelíes en protestas en la Franja de Gaza.
«Hoy cumplimos una promesa hecha al pueblo estadounidense y le damos a Israel el mismo derecho que a cualquier otro país, el derecho de designar su capital», declaró el embajador de Estados Unidos, David Friedman, al inicio de la ceremonia.]]>