Internacionales

Elecciones en España: pactos, divisiones y grandes dudas

Cinco candidatos a la presidencia del gobierno de España se enfrentaron en la campaña que duró apenas 15 días, desde el pasado 12 de abril hasta el 26. Pedro Sánchez del PSOE, Pablo Casado del PP, Albert Rivera de Ciudadanos, Pablo Iglesias de Podemos y Santiago Abascal de Vox se disputan los favores de los recelosos españoles. Personajes comunes revelan sus expectativas, a pocas horas de un desenlace en esta monarquía parlamentaria que hoy siguen tan ligada a América y donde el caso Venezuela es un asunto de debate interno. 

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Por Carmen Andrea Rengifo desde Barcelona (Especial para El Estímulo) @CarmenAndreaRG Foto principal EFE/Raúl Tejedor. Fotos en el texto AP

En total, 350 diputados de la Cámara Baja y 208 Senadores conformaran las Cortes Generales (el Congreso). La feroz y atípica campaña, atravesada por Semana Santa, fue convocada tras la moción de censura contra Mariano Rajoy líder del Partido Popular y Jefe del Gobierno durante 6 años, y la disolución de las Cortes. Los 350 que son los que formaran el poder, son elegidos en 52 circunscripciones electorales.

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Pedro Sánchez del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, investido Presidente desde junio de 2018, busca mantenerse en La Moncloa.

El panorama luce impredecible, las encuestas y los expertos hablan con incertidumbre sobre los resultados esperados, se necesitan 176 diputados para tener la mayoría absoluta pero ningún partido parece haber encontrado la consolidación necesaria para gobernar con independencia, lo que llevaría a acuerdos y pactos para definir el mapa de gobierno.

La izquierda y la derecha han usado todos los temas para su fortín político, cada acto de campaña se encarniza sobre los conflictos que afectan a todo el país.

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Desempleo, conflicto independentista catalán, migración, pensiones, salud y violencia de género que atravesaron la fugaz campaña electoral en toda España.

Los candidatos por la silla en La Moncloa, entre libros, influencers, cantantes y prensa rosa.

Cinco hombres jóvenes pero curtidos en política se batieron por los votos, Pedro Sánchez del PSOE (izquierda), el mayor de todos, llegó por carambola al poder, publicó un libro en febrero de este año, “Manual de Resistencia”, es el primero escrito por un presidente en su cargo, autobiográfico. Sánchez asegura que su primera decisión como presidente del Gobierno fue “renovar el colchón de la cama de matrimonio”.

Pablo Casado del PP (derecha) es el más joven de los candidatos, 38 años, abogado, tiene dos hijos, uno de ellos nació prematuro. En un programa de televisión dijo que “participa en un concurso (la presidencia)” para que sus hijos “entiendan por qué estoy menos tiempo en casa”.

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Pablo Iglesias de Podemos (Izquierda), el hombre de la coleta, tiene 40 años, a los 14 años entró a la Unión de Juventudes Comunistas, es abogado, ha trabajado en medios de comunicación, estudió teoría política, cine y psicoanálisis. Tiene dos hijos. Reconocido chavista, en los últimos meses ha querido tomar distancia de Nicolás  Maduro. Ha publicado y participado en 12 libros.

Albert Rivera, de Ciudadanos (derecha) 39 años, nacido en Barcelona, campeón de natación por la provincia de Catalunya, abogado. Es el candidato que más ha acaparado portadas y titulares de la prensa rosa en España, por cuenta de una nueva relación sentimental con la reconocida cantante Malú. Padre de una niña. Ha publicado dos libros.

Santiago Abascal, de Vox ,(derecha) tiene 43 años, es un hombre que habla sin rodeos, llamado xenófobo y racista. Se define antipodemita y anticomunista, anti independentista. Ha tildado a los otros partidos como “los cuatro jinetes del apocalipsis”. Divorciado, tiene 4 hijos, dos de ellos con la influencer de moda, gastronomía y viajes, Lidia Bedman. Su mujer lo triplica en seguidores. Ha publicado y participado en cinco libros.

Todas las voces todas

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Foto: AP

Izquierda si, Independencia No.

“La independencia es una fábula” Salta la voz de Ester entre la algarabía del lugar. Rubia, de medio siglo, de acento cantado, nacida en Barcelona, de origen andaluz, confiesa que siempre se ha sentido inmigrante en su propia ciudad.

“Yo lo que quiero es una república como la tuvieron mis abuelos” dice mientras se desplaza como bailando por la barra del bar; su casa, la Casa tío Pepe. Un bar empotrado en la montaña de Barcelona, en la periferia, en la zona pobre, el Nou Barris.
En el bar más antiguo del barrio, se habla de política, de fútbol, del “curro” (trabajo). De la madera saltan retazos de poesía, una imagen del Che Guevara brota entre los licores, a su lado, un racimo de chorizos.

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“Este hombre ha hecho mucho en siete meses”. Habla de Pedro Sánchez. Dice que a su madre le subieron la jubilación. Ella aún debe trabajar 14 años por la suya, aunque ha trabajado más de tres tercios de su vida. En el bar no se oye el catalán, idioma de Catalunya y que hoy es también un punto de debate en la región.

Esta Barcelona es un lugar poco conocido para el río de turistas que cada año bañan la ciudad. Se oyen varias voces en la televisión, un foro político sobre las elecciones, los partidarios, candidatos a las diputaciones hablan de mejorar la salud y las pensiones. Otra voz, pero esta vez en el bar, grita: “prometen, prometen”. Ester replica “prometen hasta que lo meten”.

Nou Barris convive en un entorno cercano en kilómetros de la Barcelona que se ve en la superficie, en las fotos, en los «trip tours», en las guías que promocionan a una ciudad que recibe al menos 14 millones de turistas al año. Ester vive en la Barcelona profunda, la de base.

Izquierda si, Independencia Si

Jon Martínez, hermano menor de Ester es pro independencia. Asegura que no le importa la bandera. “Solo quiere cambiar lo qué hay porque esto qué hay no está bien”.

El turismo y su impacto

En la terraza del bar, ajustada cada vez más por leyes turísticas, varios hombres hablan de política. Sobre el marco de la puerta uno grita que no le importa la política; que solo le importa “esto”, se toca el bolsillo del pantalón. Otro dice que es apolítico, que no le interesa lo que dice “esa gente”.

Juega el Barça, el Nou Camp estalla, al menos así se ve en la pantalla. Ir a un partido de cuartos de final de la liga de Campeones equivale a más de un mes trabajo. “Messi lo vale dice un hombre, pero Bernard se queja; “no entiendo como Messi puede ganar más que un médico que salva vidas”.

La vida en la periferia va a otro ritmo, la torre de babel que atraviesa las Ramblas, Plaza Catalunya y toda la ciudad turística, desaparece en los barrios. La gente ríe más, aunque se sienten los más pobres de Barcelona. Una mujer de 60 años entra al bar, confiesa sus penas, su hermano tiene cáncer de pulmón. Está devastada, no deja claro si es por la enfermedad o por el costo de la medicina.

Barcelona es una ciudad con muchas ciudades por dentro, pocos turistas, antes de visitarla, saben qué en el barrio El Raval vive una gran comunidad musulmana, al menos 80 mil habitan en sus calles angostas, la droga se vende como pan con tomate y la marihuana se respira en muchas de sus vías y pasajes. Turbantes, burkas, pieles cubiertas se mueven entre callejuelas, las ropas cuelgan de los tenderos improvisados frente a los edificios añejados. Los migrantes son una fuerza que tiene forma tangible. Una de las razones por las que los políticos se debaten a diario, el caldo de cultivo para que el ultra derechista partido Vox busque ponerle “limites”.

Santiago Abascal, candidato del partido propuso “establecer cuotas de origen privilegiando a las nacionalidades que comparten idioma e importantes lazos de amistad y cultura con España” lo que supone “beneficiaria” a los inmigrantes de habla hispana sin embargo también ha dicho que es necesario deportar “a los inmigrantes ilegales a sus países de origen”.
“Por eso están subiendo tanto. Porque aquí a España ha vuelto la droga, roban y la ley es muy permisiva”. Dice Ester sobre la derecha y sobre la migración. No es racista pero también reconoce que es necesario poner límites.

El Barça arrasa y como un ritual al minuto 14;27 del partido en el estadio se oye un cántico que intenta dominar el ruido de los hinchas extranjeros, piden libertad por los llamados presos políticos.

Las calles de la Barcelona superficial tienen puntos de activismo político, son pocos, pero hacen ruido. Los postes a cada tanto revelan los candidatos, algunas calles tienen pintas amarillas. Los pro independencia han dejado su huella. Molestia colectiva.

Derecha si, Independencia No.

Pepe es un hombre de 68 años, sobre una de las calles del centro de Barcelona se exhibe su “galería” bocetos pintados, una mesa con lápices y un escaparate improvisado de libros. La gente le encarga cuadros y también le deja bolsas con frutas y comida. Arrastra su pierna derecha cuando camina, desde hace más de dos décadas, su cuerpo sostiene esquirlas de plomo, asegura que fue en un combate en África.
“Yo si pudieran ser dos votos, votaría uno (Ciudadanos, derecha) y luego le daría otro de confianza al otro ((Vox, ultra derecha).

“Vox tiene que aprender todavía, es un partido joven, demasiado joven, creado por América, por EEUU buscando a los populismos, buscando a las clases un poco con desacuerdos y a la derecha, creo que ha subido un poco, un poco no un pocaso, a Vox yo no lo voy a votar ahora pero posiblemente el año que bien sí”.

Pepe de barba descuidada, ojos turquesa, asoma sus palabras entre los únicos dos dientes que le quedan, va a chequeos médicos permanentes, asegura que el sistema de salud de España es el mejor de Europa y no paga “un duro” porque lo atiendan en hospitales estatales.

La independencia de Catalunya es un punto de no negociación para Pepe “Por donde vas encuentras un bar gallego, andaluces, pero esto quien lo ha hecho, los andaluces, los gallegos, esto lo ha levantado Andalucía, Extremadura, y quieren ahora el independentismo cuando te han hecho la casa.

Veletas. El eje izquierda-derecha

Ángel Hinze es un joven alto, delgado, de sonrisa amplia y pelo negro muy vivo, atraviesa la ciudad en bicicleta, es gallego, pero vive en Barcelona, arquitecto. Está interesado en el debate político pero cansado de los politiqueros.

En estas semanas es especialmente curioso ver cómo gobierno y oposición trabajan en base de sondeos de opinión que les acercan el pulso de la calle, o, dicho de otro modo, moviéndose como veletas en función de las reacciones a su última bravuconada. Así se entienden decisiones inverosímiles como la de Albert Rivera (Ciudadanos), que ha prometido no pactar con Pedro Sánchez (Psoe) una posible investidura, dinamitando el único puente posible entre ambos “bloques” (las tres derechas, por un lado, izquierda y nacionalistas por el otro), para, supuestamente, mostrar fortaleza a su electorado.

“Voy a votar en blanco, me niego a hacer un voto castigo”, dice Luis Sánchez, profesional de medicina, habitante de Barcelona.

“Voy a votar en blanco, como he hecho otras veces, me niego en redondo a hacer un voto castigo, a votar en contra de lo que quiero que no salga. Y creo que estos políticos que nos gobiernan que en vez de hacer el trabajo que hacen se andan peleando todo el día, yo soy catalán y me molesta mucho el victimismo catalán y el proceso independentista que se está formando, creo que está lleno de mentiras, desde luego amo Catalunya y siempre me he sentido muy catalán, pero primero no creo que Catalunya vaya muy bien siendo independiente y creo que el proceso que se está haciendo no es correcto», explica.

Catalunya si, independencia No

Para Luis Sánchez, en los pueblos la vida es más holgada económicamente a diferencia de Barcelona, el alto costo de los alquileres y la vivienda ha derivado en una crisis profunda. “En Gerona hay gente que vive con hijos en colegios públicos, con sanidad pública, vivienda y alquileres de locales profesionales y trabajo infinitamente reducidos a lo del precio de Barcelona, y algunos viven con ayudas sociales, de que nos quejamos”.

España, una sola.

“Sánchez, un presidente ocupa, no lo ha elegido el pueblo, no ha sido elegido en elecciones aún”, dice Iñaki Peralta, una voz que habla desde Navarra. Profesional, trabaja en su propio consultorio: “Yo personalmente jamás votaría a un partido (PSOE) que quiere gobernar España con la ayuda de los que quieren independizarse de España.

Venezuela en el espejo

Peralta, que ha viajado por América latina y el Caribe cree que hay que cerrar las puertas a cualquier acceso de populismo.

“Personalmente JAMÁS votaría nada que se acerque a ese comunismo rancio y trasnochado, Yo prohibiría todas las extremas que nada bueno traen, siempre traen violencia, conflictos y a la larga miseria. Siempre. Tanto los fascistas como los comunistas, violencia y miseria, por eso votaré a Ciudadanos (que es más del centro) Y que lo hago casi por descarte”.

La fuerza laboral en el país

Pedro Suarez tiene 38 años, español, trabaja en la empresa municipal de transporte público en Madrid, conduce un autobús. Labora en diferentes horarios e intensas jornadas.

“Yo a diario me siento tan poco identificado con los líderes políticos de los diferentes partidos de este país que vamos por afinación de ideas si tuviera que votar a alguno no votaría a ninguno, como sé que esa no es a solución pues yo al final como la mayoría de la gente de este país pues voy a mirar lo que más me interesa y ahora mismo pues mi voto seguramente va para el PSOE porque seguramente los partidos del PSOE miran más por el trabajador y siempre se preocupan un poquito por el bienestar del ciudadano de a píe, no votaré a Podemos porque los extremos no me gustan ni para izquierda ni para derechas”.

Gabriela Calderé habla con voz fuerte, es una chica alegre, hija del ex jugador de futbol del Barcelona y la selección España que disputó el Mundial de México 86, Ramón Calderé. Gabriela es de Catalunya, su cabello rubio largo le hace juego a su piel blanca. Estudia arte dramático, canta con una potencia abrazadora. Tiene 20 años y trabaja en un restaurante-cafetería. “Creo que deberíamos ir todos a votar porque si nos quedamos quejándonos, que es lo que hacemos, pues no vamos a cambiar nada. No quiero que España se convierta en ultraderecha eso sí que no, si la derecha llega a subir tanto, quita la sanidad pública, el aborto, por ejemplo, o el cambio de sexo, eso, me parecen cosas que debería cubrir la Sanidad, que nos dejen ser libres, ya está».

Catalunya por dentro

El tren se traga la montaña y el mar, a pocos kilómetros está la Catalunya profunda, en donde ondean muchas banderas pro independencia. El mediterráneo bordea pueblos sacados de libros de historia. Arboles vestidos de colores en primavera se mezclan entre castillos y casas de piedra. En esta zona del país el catalán es el idioma permanente.

Meritxell Pardo, madre de tres hijos, alegre, activa, trabaja en un restaurante en Camallera en la provincia de Gerona en Catalunya. Sus abuelos y padres vivieron la Guerra Civil. En la Catalunya profunda la independencia se vive en la piel.

“Ya no es solo lo que se mueve con las elecciones, con el proceso, con el independentismo, sino la independencia con el tema del bagaje de generaciones. De malestar, de represión, lo que uno puede sentir en la piel independientemente de las creencias”, dice.

Migrantes y el voto

Luz Elena Cantillo es una chica de sonrisa contagiosa, sus ojos se iluminan cuando habla de su hijo de 4 años. Es colombiana, su destino era Londres, pero fue en España donde se asentó y conoció a su esposo, un ciudadano español. Ha tenido diferentes trabajos, es parte de la fuerza laboral de España, vive en Torrejón de Ardoz, a 20 kilómetros de Madrid.

“Es la tercera o cuarta vez que voto. Siempre he intentado votar. España necesita que para los trabajadores que somos los que realmente hacemos el dinero en el país haya más beneficios, haya una coherencia, el derecho al trabajo, si no gastamos no hay comercio. La gente que menos daño haría sería el PSOE, pensando que sumando más puntos al PSOE pues pueden hacer pactos con gente de izquierda y no dejar que la derecha vuelva a monopolizar el gobierno”.

La fuerza oculta

Del país de los ciclones, Bangladesh, llegó a Barcelona hace 15 años Abdul. Atiende su propio mini mercado, tiene 31 años. Habla el español con fuerte acento, luce tímido pero directo a la hora de dar precios y cobrar las frutas y verduras. Vive en el Raval, no sabe por quién va a votar, espera que su líder de la mezquita le diga por quien hacerlo, dice que serán al menos 30 mil musulmanes los que acudirán a darle su voto al político que ayuda a su comunidad, sobre todo en la construcción de mezquitas.

Los candidatos sobre Venezuela

Santiago Abascal de Vox

El Gobierno de España tiene que romper de inmediato con sus socios chavistas en el Congreso, reconocer ya al nuevo y legítimo presidente venezolano. Y debe preparar un contingente militar por si el pueblo hermano venezolano solicita ayuda exterior para defenderse del tirano. 01/25/2019 twitter

Albert Rivera de Ciudadanos

El pueblo venezolano y la sociedad española han forzado a Sánchez a rectificar y reconocer a @jguaido como presidente legítimo de #Venezuela. Márchese, señor Maduro, se acabó su tiranía y llegó la hora de la democracia y la libertad. 04/02/2019 twitter

Pablo Casado de PP

“El Gobierno sólo está en contra de los dictadores muertos que a las tiranías que están vivas como Cuba y Venezuela. Estamos contra las dictaduras, de derechas y de izquierdas” 23/02/2019 acto de campaña.
Pablo Casado incluyó esta semana en la lista de candidatos, del partido, al Parlamento Europeo a Leopoldo López Gil, padre del preso político Leopoldo López, quien recibió la nacionalidad española en el 2015.

Pedro Sánchez de PSOE y actual jefe del Gobierno

“Nosotros no somos quién para decidir qué gobierno debe tener Venezuela. Lo que sí digo es que no se han celebrado unas elecciones presidenciales, que son las que ahora mismo sostienen a Maduro, con las garantías suficientes. Entre otras cosas, porque había presos políticos en Venezuela, porque la oposición no se pudo presentar, y, por tanto, no reconocimos esas elecciones. Nosotros reconocemos en la figura de Guaidó a un presidente interino, un presidente encargado de celebrar elecciones, que es lo que tiene que hacer” 04/04/2019. Entrevista al Clarín de Argentina.

Pablo Iglesias, del chavista Podemos

“A Trump y a sus aliados no les interesa la democracia y los derechos humanos en Venezuela, les interesa su petróleo. España y Europa deben defender la legalidad internacional, el diálogo y la mediación pacífica, no un golpe de Estado” 23/01/2019 twitter

“Detener o deportar a periodistas por hacer su trabajo es inaceptable. Mi solidaridad con los reporteros de EFE en Venezuela y con todos los trabajadores de la información a los que se persiga en cualquier país”. 31/01/2019 twitter

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Foto: AP

Las cartas están jugadas

Serán las elecciones más apretadas de los últimos tiempos en España, según las encuestas, cuatro de cada 10 votantes aún no definen a quien elegirán, están habilitados para votar 34 millones 800 mil habitantes en 23.199 colegios electorales, la jornada se cumplirá en más de 8 mil municipios de España desde las 9 de la mañana hora local y hasta las 8 de la noche. Se esperan resultados sobre la medianoche.

La izquierda parece más sólida que la derecha, pero solo hasta el anuncio oficial se sabrá como votó el país y a que pacto llegaran sus líderes, para construir, el nuevo mapa político.

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