Opinión

Sanación para Brasil

Nada más entretenido que releer el día después los profetas del día antes. Previo a la primera vuelta, algunos aseguraban un triunfo ineluctable de Marina Silva sobre Dilma Rousseff. Debacle para el PT y para los tucanes socialdemócratas, cuyo proyecto, alguien dijo, “podía desaparecer”. Una encuestadora de la dimensión de Datafolha, afirmaba que la segunda vuelta sería entre las dos y ganaría Dilma 49% contra 41%. Por eso no hay peor camino en política que las adivinanzas, que en el leguaje académico se llaman “pronósticos” pero que son lo mismo.

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El equipo Rousseff demostró enormes ferocidad y capacidad, y desbarató a Marina. Detectó sus debilidades y golpeó rudo con campaña sucia, y en cambio Marina y los suyos balbucearon. Y ahora la fiera, con las fauces llenas de sangre ecologista, se voltea hacia la nueva víctima, Aecio Neves para devorarlo. Después más de un año contra las cuerdas, manifestaciones hostiles, una Copa Mundial catastrófica, Rousseff y su equipo parece que superaron el desconcierto y avanzan en medio del combate a la ordenación de sus filas.

Pero más allá de la aventura del pronóstico de la segunda vuelta, los tres períodos de gobierno del PT ocasionaron una pérdida importante para la calidad de la vida democrática en la región. Como suele ocurrir izquierdistas formados en una visión utilitaria y pragmática de la democracia, estiran sus resortes hasta donde pueden y no tienen hacia ellos el respeto de los socialdemócratas de origen. Es profundamente distinta la relación que estableció con las instituciones un estadista de la pulcritud de Fernando Henrique Cardoso a las maniobras y trapisondas al límite de Lula, e incluso de esta Rousseff lulificada en los últimos dos años.

El respeto sacrosanto por las instituciones que caracterizó la diplomacia brasilera, el PT lo arrojó por la borda a nombre de negocios grises con el gobierno bolivariano. Sucesos insólitos como la cuasi invasión de un grupo de gobiernos a la pequeña Honduras, que se defendía del intento dictatorial de Zelaya, y el uso fuera de la ley y la moral de la Embajada brasilera para contrabandear al país al proyecto de dictador, mancharon su historia diplomática. Aturde el silencio latinoamericano frente al allanamiento venezolano a la soberanía de Paraguay con apoyo brasilero para arengar a los generales a dar un golpe de Estado. El triunfo de Aecio Neves serviría para que el PT, en la oposición, terminara de madurar. @CarlosRaulHer

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