Opinión

Juveniles en el fútbol venezolano: ahora juegan porque son buenos

¿Existe una campaña para desestimar la importancia de la norma del juvenil en el fútbol venezolano? En esta Columna, Carlos Domingues analiza lo que ha pasado con esta regla una vez que ha comenzado el torneo nacional

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Juveniles

Cito un tuit de una persona que no conozco pero que sigo y respeto mucho por las redes sociales. Por ser alguien a quien considero muy serio en sus impresiones, creo que es necesario aclarar el punto. Eduardo Sosa inició un hilo de opinión, que comparto. Escribió lo siguiente:  “Hay una campaña para desestimar la importancia de la norma del juvenil. En las transmisiones partidarias (de la LIGAFUTVE) lo repiten a cada rato”.

Como parte de las transmisiones oficiales de la LigaFUTVE, puedo asegurar que no existe ninguna matriz de opinión o campaña impuesta desde la directiva acerca de decir tal o cual cosa en las transmisiones o en el programa oficial, ZONA FUTVE, ni siquiera promovida por los mismos miembros de los staff de locutores que están en los partidos del campeonato.

Otro aspecto importante de aclarar, porque me siento apuntado con el comentario: no creo que ninguno de los que formamos parte de los staff podemos desestimar una norma que fue lo mejor que tuvo el fútbol venezolano en los últimos quince años. Hablo ahora a nombre propio: siempre he sido de la idea de que un torneo de reservas y la norma podían cohabitar sin ningún tipo de problema.

Sin embargo, hay números que evidencian que la realidad actual de nuestro fútbol, no por obligación sino por situación, permite que haya una masiva presencia de futbolistas “norma” en los planteles de Primera División y que, además, tengan protagonismo. Trato de explicar en el siguiente párrafo este punto.

La instauración de la norma del juvenil no solamente tenía como finalidad tácita darle minutos y roce a los muchachos comprendidos en esa edad. Me atrevo a decir que los equipos, a partir de esa norma, aprendieron que es necesario voltear a ver a la cantera para pensar en el futuro: para formar y para vender. En esos quince años pasamos de verlo como una exclusiva obligación a una necesidad de contar con ellos, bien sea porque en ese mismo tiempo la cantidad de futbolistas jóvenes de calidad aumentó o porque el club necesita promocionar a sus juveniles para hacer caja.

Siempre pongo como ejemplo al campeón de 2021. Táchira jugó la final contra Caracas con dos futbolistas de la norma y no porque estaba obligado, sino porque eran los dos mejores efectivos que contaba para ocupar sus posiciones. Los equipos entendieron el objeto de la norma.

Aprovecho para dar los créditos a Jordan Florit, un inglés enamorado del fútbol venezolano, quien hizo el análisis de la participación de futbolistas Sub 20 y Sub 19 en la primera jornada de la temporada 2022, la primera desde 2007 en jugar sin la norma que obligaba a utilizar un futbolista en edad juvenil en cada once inicial: 36 futbolistas Sub 20 vieron minutos de los cuales 19 fueron titulares (promedio de más de uno por equipo en una liga de 16 clubes). La figura de la cancha fue justamente un juvenil, Andrés Romero, titular en Monagas, quien marcó tres goles ante Mineros. Cifras que hablan por sí solas y superan las expectativas.

No se está desestimando la norma. El debate ha sido nutritivo porque, a mi modo de ver, todas las posiciones son defendibles y sustentables. No hay nadie que discuta que la aplicación de la norma ha sido lo mejor que ha pasado en la organización de nuestro fútbol desde 2007 hasta hoy. Al amparo de ésta, Venezuela ha podido acudir a tres mundiales de fútbol de categorías formativas, evidentemente, como consecuencia (directa de algún modo) de la aplicación de la norma.

Los clubes se vieron obligados a mirar hacia sus bases. Lo que comenzó siendo como una norma que fastidiaba a los técnicos, en los últimos años casi ni era tomada en cuenta porque, venida la crisis financiera, los ajustes implicaron darle mayor protagonismo a los muchachos y la utilización de uno, dos, tres y hasta cuatro futbolistas juveniles en edad de regla, era habitual.

Visto de este modo, la regla cumplió su función. El fútbol venezolano le dio cabida (por obligación primero y necesidad luego) a los muchachos y los frutos han sido recogidos.

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