Se espera de Boric las líneas de lo que será su política exterior, a cargo de la abogada simpatizante del Partido Socialista Antonia Urrejola, quien hasta hace poco presidió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto, para muchos, ha sido ya un mensaje
La toma de posesión ocurrirá hoy 11 de marzo. Siendo el más joven presidente en la historia de Chile y además siendo el primero más a la izquierda desde el gobierno del derrocado Salvador Allende, el país sudamericano está por iniciar un proceso de cambios de mucha envergadura. Una arista no menor será su política hacia las dictaduras que existen en América Latina: Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Las invitaciones a la toma de posesión de Boric se convirtieron en una suerte de cartografía política, dando señales claras de cuál será la posición del nuevo inquilino de La Moneda en política exterior. El presidente electo dispuso de 26 invitaciones que podía girarle a quien quisiera, sin cumplir con un protocolo diplomático para ello.
Los escritores nicaragüenses Sergio Ramírez y Gioconda Belli, ambos exiliados en la actualidad y referentes intelectuales de la naciente Revolución Sandinista, a partir de 1979, fueron invitados por el nuevo presidente. Ambos residen en España tras sufrir persecución y acoso en Nicaragua.
Con estas invitaciones el nuevo gobierno envía un mensaje claro y contundente, tendrá en la mirilla a la Nicaragua bajo el régimen de la pareja presidencial y sentimental, que forman Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Por razones de protocolo, el gobierno saliente que encabeza el conservador Sebastián Piñera, debe invitar a todos los países con los cuales Chile tiene relaciones diplomáticas. Cada país decide qué nivel darle a su representación en la toma de posesión, se esperan varios presidentes latinoamericanos y un grupo nutrido de cancilleres.
Tras la invitación, que los escritores Ramírez y Belli además hicieron pública, se descarta la presencia de Ortega y Murillo en Chile. Ambos países mantienen relaciones diplomáticas.
Un caso distinto es Venezuela. Piñera en 2019 desconoció al régimen de Nicolás Maduro, en la ola de euforia que arropó a la comunidad internacional y le dio estatus de “presidente interino” a Juan Guaidó.
Como ha ocurrido con otros países europeos y americanos, Chile quedó entrampado en aquella posición y optó por bajarle el tono al tema de la crisis en Venezuela y al mismo tiempo bajarle rango diplomático, que nunca fue del todo formal, a representantes en Santiago que había designado Guaidó.
Para la toma de posesión, entonces, Chile no está en la obligación de invitar a Maduro y en el contexto actual tampoco a Guaidó. Por su parte, Boric no hizo uso de sus invitaciones personales para invitar a referentes políticos de Venezuela, ni del chavismo ni de la oposición prodemocracia.
Boric ha sido crítico abierto de las derivas autoritarias en Nicaragua y Venezuela, una vez que resultó electo, tal como lo fue en la campaña. Con relación con Cuba ha optado por guardar un silencio discreto, una vez alcanzó el triunfo electoral.
Por las razones de protocolo ya mencionadas, el régimen castrista que encabeza Díaz-Canel sí está invitado. Chile y Cuba mantienen relaciones diplomáticas. Estas fueron reanudadas en 1995, luego de que fuesen abruptamente interrumpidas tras el golpe militar contra el gobierno izquierdista de Salvador Allende en 1973.
Se desconoce qué nivel tendrá la representación de Cuba, pero se da por descontado que no ocurrirá ningún desplante para los delegados de la dictadura caribeña. Boric se cuidó de no invitar a ningún opositor cubano.
El tema de Cuba constituye un tópico que tensa la discusión en el seno del gobierno electo. Es factor determinante el peso que tiene el Partido Comunista Chileno (PCCh) en la coalición que pasa a ser gobierno el 11 de marzo. Los comunistas chilenos han sido abiertos admiradores y aliados del castrismo, incluso tras la cruda represión del 11 de julio pasado en Cuba.
El presidente electo, por otro lado, marcó agenda propia que lo distancia de dos gobiernos conservadores, Colombia y Brasil, pero donde las encuestas proyectan triunfos de la izquierda en las elecciones presidenciales que tendrán lugar en mayo y octubre, respectivamente.
El presidente colombiano Iván Duque se excusó de asistir, así como el mandatario brasileño Jair Bolsonaro. Más que problemas de agenda, en realidad ninguno de estos jefes de Estado quiso cruzarse en Santiago de Chile con los referentes políticos de izquierda a quienes Boric invitó: Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva.
Se esperan de Boric las líneas de lo que será su política exterior, la cual estará a cargo de la abogada simpatizante del Partido Socialista Antonia Urrejola, quien hasta hace poco presidió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto, para muchos, ha sido ya un mensaje. La política exterior de Chile privilegiará a los derechos humanos.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, aseguró ante la prensa que se involucró desde el inicio en la investigación por el caso de Ojeda a pesar del silencio. También envió condolencias a sus familiares
"Hemos estado realizando una serie de diligencias que están destinadas precisamente a establecer la participación de cada uno de los imputados", en un caso "vinculado principalmente al Tren de Aragua (...) y que ha estado cometiendo distintos delitos, como el de secuestro", dijo el fiscal Héctor Barros, a cargo del caso
"Esto no es un libro; es una denuncia y una advertencia", dice el exmilitar en el texto al que tuvo acceso La Tercera, de Chile. Allí asegura haber sido víctima de violencia por supuestamente conspirar contra el gobierno venezolano
