Opinión

María Corina Machado y los héroes de la retirada

Un líder no se obstina en imponer su candidatura inhabilitada, a riesgo de perderlo todo. Comprende a tiempo las trampas y obstáculos insalvables que le impone su adversario y traza nuevos caminos

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El CNE informó que Maria Corina Machado tiene una prohibición para ejercer cargos públicos y no podrá inscribir su candidatura presidencial. En vez de insistir en que solo con ella habrá elecciones libres, que si no es ella no es nadie, a Maria Corina Machado le corresponde ahora demostrar su liderazgo y convocar a votar masivamente por una candidatura de consenso que pueda ganar, cobrar y gobernar. Pero si convierte su nombre en un punto de honor, corre el riesgo de cargar con la responsabilidad histórica de haber cerrado el paso a una candidatura única y unitaria capaz de capitalizar electoralmente el enorme rechazo algobierno para lograr un cambio en el mando político por la vía electoral y pacífica.

Desde las elecciones Presidenciales de 2013 se puede apreciar cómo ha venido mermando el caudal de votos del chavismo.Sin embargo, en cada elección, la recurrente división y abstención de la oposición ha convertido en mayoría a la minoría oficialista. Y en las Presidenciales de 2024 esta historia puede volver a repetirse.

Las condiciones electorales son muy desventajosas pero no anulan las favorables condiciones políticas derivadas de un 75% de rechazo a la gestión de gobierno. Para capitalizar electoralmente este enorme descontento se requiere un candidato único y unitario. Esto exige grandeza histórica, priorizar el interés nacional y ser capaz de renunciar a las nobles aspiraciones personales que -al confundir deseos con realidades- se degradan en ambiciones particulares y degeneran en una codicia personal que termina dividiendo a la oposición y llamando a la abstención, tal como ocurrió en las Presidenciales de 2018 cuando el candidato oficialista estaba prácticamente derrotado debido al enorme rechazo popular, pero terminó imponiéndose por la división y abstención de la oposición.

Todos los precandidatos de la oposición que dividen al país descontento -en lugar de estarse frotando las manos por la inhabilitación de María Corina Machado-, deberían retirarse de la carrera presidencial y dejar que desde ese silencio se escuche el grito que le pondrá nombre y apellido al escogido como candidato único y unitario del malestar nacional.

Un líder no se obstina en imponer su candidatura inhabilitada, a riesgo de perderlo todo. Comprende a tiempo las trampas y obstáculos insalvables que le impone su adversario y traza nuevos caminos. Actúa con sensatez y deja de insistir en lo que ya es imposible lograr: inscribir su candidatura en el ensueño de que “el pueblo en la Primaria me habilitó” y pretender que ese régimen autoritario al que amenazan con perseguir, enjuiciar y condenar, complazca la ambición presidencial precisamente de quién lo amenaza con convertirse en su verdugo.Esa es una quimera que puede desembocar en una desmoralización, división y abstención del país descontento con el gobierno y la oposición, que es precisamente lo que el oficialismo quiere lograr para convertir en mayoría su decadente caudal electoral.

Escuche el análisis completo en el nuevo podcast de Pedagogía Económica y Electoral en el siguiente LINK

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