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Oxígeno para enfermos de covid: caro asunto de vida o muerte en Venezuela

En Venezuela la diferencia entre la vida y la muerte para un paciente de covid puede ser de $100 por día: es lo que cuesta el oxígeno para respirar. En medio de una crisis humanitaria previa a la pandemia, hiperinflación, desempleo y casi nulo apoyo del Estado, los más pobres y la ex clase media enfrentan la angustia de conseguir el gas providencial y el dinero para pagarlo.

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En un país con una crisis humanitaria, hiperinflación y casi nulo apoyo del Estado, un paciente de covid enfrenta la lotería de la muerte también en un cilindro de oxígeno. El gas providencial puede costar más de $100 por día y hay que emprender cruzadas diarias para conseguirlo, constataron periodistas de El Estímulo

Además de los costos de los medicamentos, los pacientes complicados por las formas más agresivas de covid-19, especialmente, los que se son atendidos en sus casas, enfrentan el martirio de conseguir las bombonas y concentradores de oxígeno, cuando presentan dificultad respiratoria.

Este tratamiento imprescindible cuesta mucho dinero, siempre en dólares. Por eso cada día son más frecuentes las campañas para recaudar fondos entre amigos y familiares, y entre desconocidos, a través de las redes sociales.

Plataformas como Twitter, Instagram, Facebook y WhatsApp se mantienen inundadas de conmovedoras solicitudes de ayuda para conseguir estas bombonas; o para recaudar dinero destinado a alquiler los equipos.

Una fila para vivir

Desde hace al menos mes y medio, en la segunda avenida Norte de Guaicaipuro, en la avenida Andrés Bello de Caracas, hay movimiento que se ha vuelto cotidiano. Hoy ilustra la escalada de la pandemia en Venezuela.

Cada día, temprano en la mañana se comienza a formar una larga cola de personas, cargando las bombonas de oxígeno. Pacientemente esperan su turno para recargar los cilindros con el gas de uso clínico, destinado al tratamiento de enfermos con covid-19.

La mayoría de esos pacientes reciben atención médica en sus propias casas, ante el desbordamiento de hospitales públicos y clínicas privadas.

Las personas interesadas llegan con las pesadas bombonas, en automóviles, motos, camiones y hasta en carretillas.

Jannet Delgado es una de las personas que esperaba su turno para llenar una bombona de oxígeno, que requieren para un familiar.

“Vivo en la zona de Catia (oeste de Caracas), actualmente tenemos una familiar enfermo de covid-19, presenta un cuadro de neumonía y requiere oxígeno a gran potencia, las 24 horas del día. La recarga de la bombona cuesta $30 y diariamente puede consumirse hasta cinco cilindros”, dijo Delgado.

Toda la familia ha dado su apoyo para lograr pagar este alto costo. Han invertido todos sus ahorros, han pedido prestado y no han escatimado esfuerzos, al momento de tener que vender algunas pertenencias.

“Gracias a Dios, esta empresa ofrece este servicio de llenado, los siete días de la semana y trabaja hasta altas horas de la noche. En estos días fue necesario venir a las 10 de la noche y logramos cargar la bombona, ya que conseguir oxígeno también se ha convertido en un problema, por los aumentos de casos de covid-19, en Caracas”, explica Delgado.

Recarga de oxígeno en Caracas para pacientes de covid-19. Foto: El Estímulo

Fuerte alza de la demanda

Comercial Pariata es el local, en las cercanías de la avenida Andrés Bello, que ofrece el servicio de llenado de tanques de oxígeno. Se ha convertido en referencia obligatoria para las familias con pacientes con el virus de origen chino que son tratados en casa.

Este comercio forma parte de una empresa que desde hace 50 años se dedica a la distribución de oxigeno medicinal e industrial. Sus encargados señalan que desde el inicio de la pandemia en Venezuela aumentaron su producción.

Tienen otras dos sucursales: Oxígenos Mariche, ubicado en la carretera Petare-Santa Lucia, en las afueras de Caracas y Suminweld Charallave, en la avenida Bolívar de Charallave. Ambas localidades pertenecen al estado Mirada, en donde también han redoblado esfuerzos para el llenado de las bombonas de oxígeno.

“Desde hace un mes y medio la demanda de oxigeno medicinal, ha aumentado en grandes proporciones, por lo cual hemos tenido que aumentar nuestro horario de atención y los empleados redoblan sus turnos de trabajo. Son muchas las personas con familiares enfermos con covid-19, que requieren el oxigeno para su tratamiento” dijo Diego Ruíz, encargado del comercial Pariata.

Camiones de cilindros para clínicas

Frente al local, la larga cola de personas en espera de turno de llenar su bombona de oxigeno no es la única forma de demanda. También hay camiones cargados de los cilindros, provenientes de clínicas privadas que vienen a recargar para atender a los pacientes hospitalizados.

“Yo vengo de la zona de Coche, estoy prestándole apoyo a la familia de un amigo que tiene covid-19, y requiere del oxígeno, pero no tiene vehículo para el traslado de las bombonas. Al paciente decidieron tratarlo en la casa, ya que al comenzar los síntomas lo llevaron a varios centros de salud y le dijeron que no había cama disponible para hospitalizarlo”, dijo Henry Pereira.

Explica que la familia no contaba con los recursos para ingresarlo en una clínica, en donde les presentaban presupuestos entre los $1.000 y $2.000, diarios.

“Lograron una consulta con un médico, que pidió una serie de exámenes de laboratorio, placas de tórax, recetó tratamiento con varias medicinas y el suministro de oxigeno, para mejorar la respiración. Diariamente se le colocan dos bombonas y se invierten 60 dólares diarios. Ese dinero es enviado por los familiares que se encuentra fuera del país. Ellos también han financiado los medicamentos y las consultas médicas.  Gracias a Dios, el paciente ha presentado excelente mejoría”, dijo Pereira.

Las bombonas salvadoras

Dentro y fuera del local el movimiento es continuo. A las afueras, varios empleados piden a los presentes usar correctamente el tapabocas, mantener el distanciamiento social y respetar el orden de llegada.

Antes de ingresarlas, los cilindros son revisados y desinfectados, al igual que las manos de las personas que las entregan.
Dentro, un contingente de empleados, recibe las bombonas, descarga las que provienen de los camiones, los llevan a una plataforma especial y allí proceden a llenarlos.

Los costos van desde $5 las bombonas pequeñas y $30 las grandes.

Allí también funciona un pequeño taller, en donde reparan las bombonas de oxígeno dañadas, que traen los familiares de los pacientes.

Ángel Quiroz, es el encargado de este taller. Revisa minuciosamente los reguladores de las bombonas que no tienen un correcto funcionamiento.

Faltan repuestos

“En los últimos meses también ha aumentado la cantidad de bombonas dañadas que nos ha solicitado reparar. Estamos ayudando a los pacientes en estos momentos tan difíciles, la mayoría solicita la reparación de los reguladores, para que el oxígeno salga con mayor presión”, dijo Quiroz.

Señala que la falta de repuestos para reparar los equipos es otro de los problemas que han comenzado a enfrentar, pues la mayoría de estos artículos son importados.

“Hemos reparado una gran cantidad de bombonas y nuestro inventario de repuestos, especialmente de reguladores y relojes, se ha visto afectado. Pero aquí le damos respuesta a los clientes, sabemos la difícil situación que atraviesan y consideramos que realizamos una obra social”, dijo Quiroz.

Los cilindros necesitan chequeos minuciosos y a veces reparación, antes de ser llenados de nuevo. Foto: El Estímulo.

Concentradores de oxigeno agotados

En la cola estaba Marisol Benítez. La mujer proviene de la avenida San Martín, en el oeste de la ciudad y también esperaba turno para llenar una bombona.

“El oxígeno es para atender a una tía que se siete mal, tiene covid-19. El doctor nos había recomendado un concentrador de oxígeno que funciona con agua y electricidad, nos había dicho que el alquiler era de 400 dólares, el mes. Pero aumentaron los costos y también se encuentra agotados en todas las tiendas a donde llamamos”, señaló Benítez.

En una tienda le ofrecieron a la venta uno de esos aparatos: “pero pedían $2.500 en efectivo, dinero el cual no cuenta la familia. Vimos otras ofertas por internet, encontramos un concentrador en $800, pero ya se habían agotado y nos indicaron que hay una lista para un sistema de precompra. Pero hay que esperar por lo menos dos semanas, a la llegada de los aparatos, tiempo que no puede esperar el paciente”, dijo.

Las filas para rellenar las bombonas comienzan desde temprano en este local de la avenida Andrés Bello de Caracas. Foto: El Estímulo

Entre tanto, las redes sociales se mantienen inundadas de personas solicitando información y dinero para alquilar bombonas o concentradores de oxígeno. El asunto ilustra las enormes brechas sociales expuestas en esta Venezuela sacudida por el coronavirus.

Estafas en las redes

También se han observado algunas noticias falsas, sobre la recarga de bombonas de oxigeno gratis, como así lo señalaba una información que circuló en donde se aseguraba que PDVSA, había habilitado un servicio de para el llenado de los cilindros. Era falso.

Tampoco han faltado las denuncias de que en varios hospitales se han presentado fallas por la falta de oxígeno. La ONG Monitor Salud reportó que el pasado 24 de marzo alertaron sobre las fallas en la administración de oxígeno para los pacientes del hospital Simón Bolívar, de los Valles del Tuy, una zona de pequeñas ciudades dormitorio a unos 40 kilómetros de Caracas.

Igualmente habitantes de Santa Elena de Uairén, en el estado Bolívar, frontera con Brasil, también denunciaron situaciones irregulares en el hospital Rosario Vera Zurita, por la falta de oxígeno.

La agresiva propaganda chavista ofrece enviar más oxígeno a Brasil, aunque el gas es escaso y caro en Venezuela.

Familiares de los pacientes consultados por El Estímulo señalaron la necesidad que el gobierno ofrezca la asistencia de llenado de bombonas de oxigeno, sin costo, en medio de la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia. No todas las familias tienen los recursos para pagar por el servicio en empresas privadas y si lo tiene ahora, no saben hasta cuando alcanzarán los fondos.

Las cuentas de periodistas, medios y ONG canalizan a diario decenas de ruegos. Pero el drama apenas comienza, pues Venezuela apenas está entrando en la segunda fase de contagios. Hasta el gobierno, que ha sido acusado de esconder los números reales por razones políticas y de propaganda, comienza a reconocer casi 2.000 casos por día.

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