Hijo de jefa guaiquerí y colonizador español de alto rango, Francisco Fajardo era un mestizo bilingüe que comandó algunas expediciones colonizadoras que salieron de la isla. El pueblo guaiquerí siempre lo quiso
Las ganas del gobierno chavista de sepultar históricamente a Francisco Fajardo tiene varios años. El primero que lo denigró fue Hugo Chávez, en octubre de 2013, cuando negó que fuera un héroe de la Independencia, teoría que indilgó a los programas educativos «burgueses».
En 2014, casi recién estrenado en Miraflores, Nicolás Maduro le insertó el calificativo de genocida, cosa que repitió ayer 12 de octubre de 2020.
Entre ambas fechas, otros representantes del chavismo han secundado esa moción contra Fajardo. Entre ellos, Jorge Rodríguez y Érika Farías, ambos alcaldes de Caracas.
Pero. ¿quién fue Francisco Fajardo? Hijo de una cacique guaiquerí y de un colonizador español de alto rango del mismo nombre, el mestizo Francisco Fajardo nació (se cree) en 1528. Fue también conquistador y fundador de lo que es hoy Caraballeda, entre otros asentamientos. Pero también fue siempre querido por su pueblo guaiquerí. Así lo confirma la historia de su muerte.
En 1564, Fajardo fue ahorcado y luego descuartizado en Cumaná por orden del español Alonso Cobos. Al saberlo, los guaiqueríes cruzaron el mar en canoas y apresaron a Cobos, entregándolo a las autoridades de Nueva Esparta. Se le juzgó y se le condenó a muerte por el homicidio.
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Poco después de que Maduro tildara de genocida a Fajardo la primera vez, el investigador y escritor Francisco Suniaga escribió un artículo llamado Francisco Fajardo, el genocida de la mitohistoria, que fue reproducido en el blog Venezuela de Antaño. Haciendo click en este enlace se puede leer completo.
En su escrito, Suniaga, que como Fajardo también es margariteño, considera que «una de las víctimas favoritas de los gobernantes socialistas bolivarianos ha sido la historia de Venezuela», lo que ha creado una plana «mitohistoria», con leyendas de su propia inspiración y con la consecuente negación de hechos bien documentados.
Asegura que en la escuela que estudió en La Asunción, en la Isla de Margarita, «que de burguesa nada tenía», que era un mestizo bilingüe, jefe de algunas expediciones que partían desde las costas de la isla, entonces llamada Paraguachoa, y que la más importante de ella fue la que terminó con la fundación del Hato San Francisco, en Caracas.
Suniaga reitera que los guaiqueríes no hicieron resistencia a los españoles. Por el contrario, se aliaron a ellos para detener a los caribes, etnia que sí los tenían sometidos, asaltados, asesinados y hasta canibalizados.
Y refiere al Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar, libro obligado de consulta del pasado venezolano, para afirmar que «en la vida de Francisco Fajardo no hubo nada parecido ni siquiera a una masacre, mucho menos a un genocidio».
A las promociones internacionales habituales sobre la Perla del Caribe como destino atractivo, surge desde la inversión privada en telecomunicaciones la posibilidad de captar un mercado turístico más amplio y que se potenció desde la pandemia: el trabajo remoto temporal que hace negocios y se mueve donde la naturaleza y el entretenimiento hacen más placentera la estadía.
Abundan casos de la iniciativa privada que no desisten y persisten en poner a Margarita en el primer puesto del podio turístico caribeño. No obstante la deficiencia en servicios públicos responsabilidad del Gobierno es una traba. En una semana, en medio de la temporada vacacional, un tubo que abastece de agua a la isla colapsó y una planta de energía termoeléctrica se apagó
4 de cada 5 fallecimientos por enfermedades del corazón ocurren por cardiopatías isquémicas asociadas a placas de grasas en arterias. Los fallecimientos de origen cardiovascular son un tercio de la mortalidad en el país. Esto es parte de lo que compartió la Sociedad Venezolana de Cardiología en su último congreso
