Salud

Eyaculaciones frecuentes previenen el cáncer de próstata

Tres eyaculaciones a la semana es el mínimo recomendado para limpiar la próstata de sustancias tóxicas. Beber café y comer tomate también ayudan a prevenir estos tumores

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Comstat Rowland

Mínimo tres a la semana. Ese es el número de eyaculaciones que los hombres deben tener para prevenir el cáncer de próstata.

La forma en que se provoca la eyaculación es lo de menos. Según explicó la uróloga Natalia Otaño del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), lo importante es que las eyaculaciones, sea por coito o masturbación, evitan que se acumulen sustancias tóxicas en el interior de la próstata.

El café también ayuda. Según la uróloga, diversos estudios han demostrado que beber más de tres tazas al día ejerce un efecto protector.

Así que ya sabemos que la próstata agradece eyacular y tomar café. Pero también pide otras medidas de prevención. La más importante es visitar al urólogo cada 12 meses después de los 50 años si no hay antecedentes familiares y de los 40 si los hay.  No estar obeso y hacer ejercicio diario también son importantes.

En alimentación hay algunas sugerencias. Primero, mantener alejado el consumo de carnes rojas, embutidos y lácteos. Luego comer bastantes verduras y frutas rojas, por el licopeno, especialmente tomate, sea crudo o cocido.

alimentos que combaten el cancer

También ayuda ingerir alimentos con flavonoides como garbanzos, lentejas, cereales y frutos secos y con selenio, un mineral que ha reportado muchos beneficios. Está en el pan, los cereales, pescados, pollo, carne y vegetales verdes.

¿Quiénes tienen más riesgo?

El de próstata es el cáncer que más hombres mata en Venezuela según un estudio de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela. Sin embargo, paradójicamente, es el de menor peligro letal si se trata a tiempo.

El riesgo de padecer cáncer de próstata depende de muchos factores. Por ejemplo, si el padre o los hermanos lo han sufrido, las probabilidades se triplican.

La raza también juega un papel. Explica Sikiu Márquez, también uróloga del GMSP, que los afrodescendientes son los de mayor riesgo. Luego los asiáticos y los latinoamericanos.

La forma de alimentarse incide en el desarrollo de los tumores prostáticos. Explica Márquez que el exceso de carnes rojas, embutidos, grasas saturadas y lácteos han sido vinculados a este tipo de cáncer.

Como en todos los tipos de cáncer, los fumadores son de alto riesgo. Pero, en el caso del cáncer de próstata, el mayor peligro de ellos es a reincidir. Los que más sufren de la reaparición de tumores son los que no pueden dejar el hábito del cigarrillo.

¿Cómo se diagnostica?

Explica Márquez que, en su etapa inicial, la enfermedad puede ser asintomática. Luego, en un estado un poco más avanzado, da algunas sospechas clínicas. Por ejemplo, disminuye la fuerza de la micción, se sienten ganas de orinar con mucha frecuencia, incontinencia, insuficiencia renal por la obstrucción, presencia de sangre, disminución del volumen de semen e incluso falta de eyaculaciones.

Cuando ya pasa a un estado de metástasis, el paciente con cáncer de próstata presenta dolor óseo, anemia y edema de miembros inferiores, entre otras características.

El diagnóstico puede requerir la exploración rectal, para detectar el tamaño de la glándula, si es móvil, su consistencia. No siempre garantiza la identificación de la enfermedad en su etapa inicial.

También se realiza la prueba de antígeno prostático (PSA), cuyos valores varían según el volumen prostático, edad y raza.

Una recomendación que ofrece Márquez, es archivar los resultados de los exámenes anuales pues permitirán conocer la evolución del paciente y hacer un estudio comparativo. Es un marcador valioso de la enfermedad prostática tanto benigna como maligna.

Existen otros biomarcadores para el diagnóstico de cáncer de próstata, como los estudios imagenológicos, entre ellos el ultrasonograma, la tomografía axial computarizada y la resonancia magnética.

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