Salud

Desde 2016 Venezuela no compra antirretrovirales contra el VIH

Los 70 mil pacientes registrados con la enfermedad sobreviven gracias a fármacos donados por el Fondo Global de la Organización Panamericana de la Salud y a algunos que pueden comprar las ONG's

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Los pacientes venezolanos con VIH tienen que luchar el doble para poder sobrevivir. Además de portar el virus, deben rogar por los fármacos antirretrovirales que lo mantienen bajo control y que les permiten hacer una vida relativamente normal.

Actualmente viven gracias a donaciones del Fondo Global de la Organización Panamericana de la Salud pues, desde 2016, el gobierno de Nicolás Maduro no compra fármacos para tratar el VIH ni reactivos para diagnosticarlo.

Así lo expuso la ONG Stop VIH en un trabajo especial realizado por Silvimar Campos, directora general de esa organización. En el texto aclaran que la crisis y el deterioro de la calidad de los venezolanos es anterior a la pandemia. Desde 2015, el país vive en una Emergencia Humanitaria Compleja.

Desde 2016, el gobierno de Nicolás Maduro no ha comprado tratamientos antirretrovirales ni reactivos para diagnósticos y control de la epidemia que afecta a más de 70 mil personas inscritas en el Programa Nacional de VIH. El Ministerio para la Salud, que maneja ese presupuesto, no les da respuesta ni explicación.

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Cortesía: Karolina Grabowska / Pexels

Hasta febrero 2021

Actualmente sobreviven gracias a donaciones de organismos foráneos de un antirretroviral. Gracias a esas entregas, los pacientes venezolanos cuentan con TLD, adquirido con recursos del Fondo Global, conjuntamente con OPS y Onusida, enmarcado en el Plan Maestro. Esto garantiza continuidad de tratamiento de las personas hasta el febrero de 2021. De hecho, asegura Eduardo Franco, secretario general de la Red Venezolana de Gente Positiva, RVG+, “en estos momentos, en las farmacias de cada estado existen seis meses de tratamiento para quienes consumen este fármaco en particular”.

Franco muestra preocupación por la ausencia de otros medicamentos que requieren las personas a las que se les ha contraindicado el TLD.

“Hemos comprado algunos de los faltantes, que deben estar llegando al país a finales de julio en un vuelo humanitario, pero no son todos”. También se espera poder adquirir una pequeña cantidad de reactivos para pruebas de carga viral.

A través de la Organización de las Naciones Unidas se logró un enlace con Unicef para adquirir los medicamentos para los niños con VIH. Ya están en el país. Pero refiere Eduardo Franco que faltaría adquirir los medicamentos que requieren cadena de frío, lo cual es más complejo en Venezuela tomando en cuenta las graves y frecuentes fallas en el servicio eléctrico nacional. Estos últimos son los indicados para los niños con peso menor a 25 kilos.

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Foto referencial. Cortesía Janko Ferlic / Pexels

Sin pruebas ni controles

Así como el gobierno nacional no compra antirretrovirales desde al año 2016, tampoco adquiere reactivos para nuevos diagnósticos.

En Venezuela “no hay prueba de diagnóstico Elisa de 4ta generación, ni medicamentos para enfermedades oportunistas, de ningún tipo. No hay fórmulas lácteas desde hace 4 años. El gobierno no compra nada para atender a los niños de las mujeres con VIH que no pueden amamantar», refirió el secretario de la RVG+.

Esto no era así. En una época, Venezuela era referencia en el continente. Llegó a tener 75% de cobertura en tratamiento de ARV.

“Fuimos país líder en acceso a tratamiento y atención para las personas con VIH en toda Latinoamérica, a finales de los 90″, asegura Alberto Nieves, director ejecutivo de Acción Ciudadana contra el Sida, ACCSI.

Alberto Nieves ONG VIH
Aberto Nieves, de Accsi

Esta gran cobertura comenzó en el gobierno de Rafael Caldera, después que las organizaciones introdujeran un recurso de amparo. Al llegar Hugo Chávez a la presidencia, se reconoció el acceso a los antirretrovirales para todos los venezolanos y extranjeros residentes.

Todo se vino abajo

Venezuela era un modelo a seguir, no solo porque se disponía de todos los fármacos sino también de reactivos para pruebas carga viral y examen de genotipo. Pero hay que apuntar que esto no es un regalo: es un mandato constitucional.

Todo comenzó a venirse abajo en 2009, aún con Chávez en la presidencia.

«Los fondos destinados para dar respuesta al VIH eran invertidos en otras áreas de la salud y a la adquisición de armas», dice.

Justo en ese momento, comenzaron a registrar y documentar toda la información para obligar al Estado a dar respuesta. Gracias a ese trabajo de documentación, en 2011 y 2012, la Organización Panamericana de la Salud publicó por primera vez un estudio basado en esos datos, donde se mostraba que Venezuela era el primer país con mayor desabastecimiento de ARV en toda la región.

En 2016, las organizaciones activistas comenzaron a solicitar ayuda humanitaria a organizaciones internacionales. Algunas enviaron supervisores a Venezuela para verificar la información.

Para 2018, en algunos estados del país el desabastecimiento de antirretrovirales alcanzó el 100%. En las zonas con «menos fallas» la escasez llegaba a 70%.

Así fue como se logró el acercamiento de los actores clave que hoy permiten que los venezolanos con VIH puedan vivir.

El plan maestro

La primera donación enmarcada en el Plan Maestro fue de 5 millones de dólares. Se usaron en la compra de 700 mil frascos de TLD.

El primer lote de 100 mil frascos del antirretroviral se comenzó a distribuir en 21 estados, en enero 2019. Posteriormente,  con informes avalados por Onusida y la OPS, el Fondo Global otorga una segunda donación de 6 millones de dólares, invertidos en TLD, y en la adquisición de un segundo esquema alternativo y de carga viral para 25 mil personas.

Sin respuestas

Silvimar Campos, directora general de la Organización StopVIH, muestra preocupación ante el silencio de un Estado que incumple con el mandato de la Carta Magna de garantizar el acceso a la salud a todos los venezolanos.

“Solo hay silencio por parte de los representantes del gobierno nacional ante el llamado de las organizaciones que trabajamos en el área de la salud, específicamente en VIH. No hay respuesta a la escasez de antirretrovirales, al desabastecimiento de reactivos para detecciones, PCR para los niños, carga viral, a la ausencia de condones como método de prevención, fórmulas lácteas para los bebes de madres con VIH”, enfatiza.

Silvimar Campos StopVIH
Silvimar Campos de StopVIH

También le preocupa que, al no haber reactivos para pruebas de detección, podría haber un subregistro de pacientes.

“No sabemos la cantidad exacta de personas que han contraído el VIH en el país. Según el Programa Nacional de Sida hay 70 mil personas inscritas. Sin embargo, el Ministerio para la Salud estima que más de 220 mil venezolanos tendrían el VIH” recalcó la directora.

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Cortesía Anna Schvetz / Pexels

Por otro lado, argumenta Campos, “recientemente vimos la información que el gobierno de Estados Unidos confiscó una flota de 81 vehículos de lujo, deportivos y camionetas, algunas destinadas a la Policía Nacional de Venezuela y otras agencias del gobierno, cuyo valor ronda los US$ 3.2 millones. Si cada frasco de antirretrovirales cuesta 20,58$, se habrían comprado más de 155 mil unidades que beneficiaría por dos meses a la totalidad de los inscritos en el Programa Nacional de VIH”.

Venezuela presente

En la conferencia mundial virtual AIDS 2020, Venezuela tuvo una importante participación, Sus voceros fueron Eduardo Franco y Alberto Nieves, de Accsi y La Red Venezolana de Gente Positiva RGV+.

Eduardo Franco Secretario General RVG+
Eduardo Franco de RVG+

Durante la ponencia se mostró al mundo la realidad que vive Venezuela en el marco de la Emergencia Humanitaria Compleja. También el trabajo de la sociedad civil ante un gobierno que no da prioridad a la salud.

“No nos dejen solos, volteen la cara hacia Venezuela”, pidieron durante su intervención.

Alberto Nieves considera que la Organización de las Naciones Unidas debe mejorar su atención y respuesta a Venezuela. Cree que no está a la altura de la Emergencia Humanitaria Compleja.

“Reconocemos el trabajo de Onusida, Unicef y OPS pero no es suficiente. Necesitamos más”, insistieron.

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