El sujeto fue condenado casi un año después de los hechos. Un empleado le pidió que se pusiera el tapaboca por lo que discutieron. El hombre, que estaba ebrio y quería comprar cerveza, se fue y regresó a la hora con una pistola
Un tribunal alemán condenó el martes 13 de septiembre a cadena perpetua a un hombre que mató a un empleado de una gasolinera que le pedía que utilizara una mascarilla anticovid para venderle la cerveza que pedía.
El acusado, de 50 años, disparó el 18 de septiembre de 2021 contra un cajero de 20 años, empleado de una estación de servicio que le había recordado la obligación de llevar la mascarilla debido a la pandemia, reprodujo Efe.
Aunque no trascendió el nombre del asesino, en algunos medios alemanes lo identificaron como Mario N, y lo apodaron el «asesino de la gasolinera».
El portal informativo alemán DW contó que el joven fallecido trabajaba en la gasolinera para poder pagar sus estudios. Su madre compareció como acusadora particular. La defensa del homicida alegó que se encontraba ebrio.
El sujeto compareció ante el tribunal de Bad Kreuznach, en el oeste del país.
Este asesinato, que tuvo lugar en Idar Oberstein (oeste), había conmocionado a Alemania, donde se había formado un virulento movimiento antimascarillas y antivacunas.
El acusado, también condenado por portar ilegalmente un arma de fuego, había tenido un primer altercado con el cajero sobre el uso de la mascarilla, antes de regresar hora y media más tarde y dispararle a quemarropa.
Había desarrollado, según la acusación, rabia contra las medidas anticovid.
«Como sabía que no podía llegar a los responsables políticos, había decidido matar al joven empleado», dijo la fiscal Nicole Frohn durante el juicio.
Después de confesar, y ya preso y con la cárcel en su futuro, afirmó que lo lamentaba.
En Alemania, la cadena perpetua dura un promedio de 20 años.
En este caso, no se encontró ninguna «gravedad particular de la culpabilidad» del acusado, lo que en teoría podría conducir a la salida del condenado después de 15 años.
Según explicó DW, el asesino de la gasolinera desató en Alemania un debate sobre la radicalización de los negacionistas de la pandemia y del mundo de los llamados «Querdenker» (seguidores del «pensamiento transversal» y antivacunas). En foros de internet de la extrema derecha el asesinato incluso fue celebrado mientras que la mayoría de los partidos políticos se mostraron conmocionados.
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