Viciosidades

Luzmira Zerpa: De los tamunangues de Sanare a su propia banda londinense

Luzmira Zerpa es una venezolana que compone, toca el cuatro y dirige vocalmente al grupo Family Atlántica, basado en Londres pero viviendo más allá de los límites fronterizos. En entrevista como UB reveló su trayectoria musical y espiritual, que espera seguir avanzando y abrazando la universalidad.

Fotos: Cortesía
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La talentosa Zerpa dejó su Sanare en el estado Lara para aventurarse al mundo. A partir de ahí la necesidad por expandirse la llevó a Londres, donde se formó en su pasión: la música. Venezuela siempre estuvo presente en su corazón, pero aprendió a abrazar a otras culturas para expandir su expresión artística.

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¿Cómo y por qué empieza tu carrera musical?

Desde muy niña siempre canté y recité poesías en fiestas en casa y en cada acto escolar. Nací en Sanare, estado Lara y crecí participando en tamunangues, una tradicion que hace honor a San Antonio, con un ritual de 7 sones tocado con tambores y varios tipos de cuatros. Se canta en armonías y tiene unas danzas elaboradas y teatrales. Así continuó mi adolescencia cantando en cada fiesta de músicos, en Venezuela hay muchas, cantaba y me acompañaba con mi cuatro, en Barquisimeto fui parte de un grupo llamado Santa Bárbara, que hacia folclor de toda Venezuela. Estábamos en miles de fiestas y celebraciones de cualquier santo y/o ocasión. Yo tocaba por parrandera, por ser alegre y por devoción.

Pero es en Inglaterra donde mi estilo de vida fiestero se vuelve profesión. En ese momento hacía una licenciatura en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Essex y muy pronto ya era parte de los eventos musicales de la universidad. Eso solo se expandió. Hice mi tesis de grado sobre la relación de la cultura popular e identidad nacional, comparando el samba de Brasil y el joropo venezolano. Me fui a Brasil, me impactó mucho como mezclaban la tradición con modernidad. Terminé la universidad y me mudé a Londres, entonces me seguían invitando a tocar a festivales y ocasiones latinoamericanas , toqué incluso con Manu Chao y Javier Bardem en el desierto del Sahara. Pero yo tuve un deseo más grande, ya quería hacer una música donde expresara mi venezolanidad en conjunto con la realidad que vivía en Londres.

¿Cuándo arrancó Family Atlántica?

Family Atlántica arrancó en Londres con el colectivo de Dj´s ingleses llamado Sofrito, que hacían y hacen unas fiestas legendarias. Estos mismos Dj´s trabajaban para Soundway, la disquera que más tarde firma a nuestro grupo. Al centro de Family Atlántica está Jack Yglesias, un músico inglés, que ya tocaba con Quantic y Heliocentrics, entre otras bandas. Jack es multi-instrumentista y viene de la tradición del funk y free jazz. Kwame Crentsil, otro integrante, es un percusionista y bailarín africano feroz, es mitad de Nigeria y mitad de Ghana. Su papá tocaba con Fela Kuti. Jack y yo encontramos a Kwame en un festival de reggae en un parque del este Londres. Kwame estaba tocando/probando un tambor en la puerta de una tienda de percusión africana y nos atrajo la virtuosidad y sabrosura de su ritmo, de tal forma que nos juntamos a tocar con él. Yo agarré una campana y Jack otro tambor. No hubo palabras, solo música. En menos de diez minutos estábamos rodeados de gente, por lo menos 80 personsa y alguien preguntó cómo nos llamábamos. Yo sentí tanta familiaridad, tres personas y tres continentes, entonces ya para mi era claro que era Family Atlántica.

¿Cuántos géneros y nacionalidades convergen en sus composiciones?

Tenemos un cuarteto Family Atlántica (percusión, voz y cuatro) que mezcla calipso de Venezuela y high-life de Ghana. Family Atlántica Full Band tiene siete músicos y mezcla ritmos, melodías e historias de la costa Atlántica de los tres continentes: América, Europa y África. Blues, afro-beat, gaita de tambora, free jazz, funk, tambores, hay música infinita… y lo amalgamamos con psicodelia.

thumbnail_Luzmira at Jazz Cafe

¿Qué tanto influye Venezuela y su situación cuando están componiendo?

La música venezolana está al centro de la expresión de Family Atlántica, y es nuestra carta bajo la manga aquí en Europa. En el círculo del World Music lo que se conoce del continente latinoamericano es música de Brasil, Cuba; música de los Andes, Argentina y un poco de Colombia, así que cuando decimos que Family Atlántica está muy influenciada por ritmos venezolanos despierta la curiosidad de la gente.

La situación de Venezuela tiene muchas dimensiones. Una de ellas es musical, Venezuela tiene multi universos musicales y es algo que me encanta mostrar en los festivales mas importantes del mundo como, Glastonbury, Rio Loco, Womad, Womex, Udaipur, en su expression original o fusionados con otros géneros.

¿Cuál es tu mayor influencia venezolana?

Son varias. Me han influenciado autores, así como géneros y regiones. Simón Díaz, Ray Pérez, Oscar de León, Alirio Díaz, el Indio Figueredo, Eneas Perdomo, los valses larenses y las guitarras de Carora bajo el alucinante sol; la música llanera, su poesía y la inmensidad de su paisaje. El calipso de El Callao, la poderosa historia de Isidora, esa música de isla caribeña que nosotros tenemos en el medio de nuestra selva del Amazonas. Los tambores de Chuao, Choroní, de Cata, de Patanemo, Chichiriviche… todos esos paisajes, olores y rumbas de playa y montaña grabados en mí. La salsa dura que se oye en cada rincón de Venezuela… Pero fue y es Caracas con su paisaje y swing urbano, la que me hizo entender la salsa en su profundidad y veracidad. ¡Qué viva el Maní! Ah, y no olvidemos Maracaibo. Sé cuán afortunada soy de ser un músico que creció en Venezuela en medio de tanta riqueza cultural.

¿Y tu mayor influencia de otro país?

Muchos también, de Ghana, Senegal, Nigeria, Brasil, Colombia, México, New Orleans, Trinidad y Gran Bretaña.

¿Dónde se proyecta Family Atlántica, qué quieren lograr?

Family Atlántica está basada en el Reino Unido. Y nos hemos proyectado bien en Europa, alcanzamos a impactar Asia (India). En la mira está, por supuesto, América Latina.

¿Qué es lo que más extrañas de tu país? ¿Qué te ayuda a recomponerte?

De mi país lo que más extraño es su paisaje, no he visto nada que se compare a la belleza y variedad de paisajes que tenemos en Venezuela. Me recompongo cantando y hablando de ellos, integrando esas bellezas a mi identidad. Esa nostalgia me recuerda quién soy, que nací en medio de belleza pura y poderosa. Eso me da fuerza. Entonces me siento privilegiada de un sol en la nublada Londres. La gente me pregunta aquí por qué sonrío tanto o por qué tengo buena energía… y es porque sé de dónde vengo.

¿Crees que todavía vale la pena proyectarse musicalmente en Venezuela o no?

¡Claro que sí! ¡Siempre, y no solo en la música, en cualquier área!

¿Londres es más civilizado y frío, viniendo del Caribe, o esa no es tu experiencia?

Ahora cuestiono qué es en realidad civilización… Pero sí es más frío y oscuro. Y viniendo del Caribe es un shock que me hace pensar que a veces creo que uso la negación para sobrevivir. Me organizo siempre para viajar en época de invierno. Casi siempre estoy en Venezuela o Brasil entre diciembre y marzo.

¿Qué le recomiendas al que emigra y al que lo hace, sobre todo, para ser músico?

A los músicos que emigran les recomiendo que lleven sus instrumentos. Y a todos los inmigrantes que amen y entiendan de dónde vienen y a dónde van. Que ser inmigrantes es también una profunda reflexión de lo que significa ser venezolano. Somos más de lo que nuestro pasaporte nos dice que somos. Nuestra historia y cultura es compuesta y mezclada por muchas. Nos daremos y sentiremos bien en muchas partes del mundo, pero que quede claro, hay un sabor y una alegría, un «no sé qué», que sólo encontraremos en nuestra tierra.

(Luzmira también está trabajando ahora con un proyecto de música electrónica llamado Soundspecies que mezcla música electrónica y folklore, donde es la cantante principal y está grabando un disco con ellos así como también prepara su disco solista)

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