Melomanía

Rock VZLA: La historia que faltaba

Desde los calurosos inicios del rock hasta la ecléctica movida más reciente: Félix Allueva recoge en su nuevo libro 60 años de música hecha en Venezuela

Betania Ibarra, Pablo Hernández, Provea
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Tras años de estudio, recopilando información y escuchando miles de canciones, Félix Allueva presentó recientemente Rock VZLA 1959-2019, un libro que podría definirse como la “biografía” del género rebelde e irreverente hecho en casa y que recoge su evolución desde que llegara a Venezuela en 1959.

Allueva es un zorro viejo de la movida cultural venezolana. Fundó el Festival Nuevas Bandas (FNB), un proyecto que evolucionó en una fundación que promueve, difunde e incluso protege la música hecha en el país. Además, es profesor universitario y productor de programas de radio.
Rock VZLA 1959-2019 llena el vacío que existía alrededor de esos años en la historia musical del país. Este libro revela detalles que permiten conocer los orígenes de las agrupaciones que dieron vida al rock nacional.

Alguien tenía que contarlo

Aunque el libro apenas al salir en enero prácticamente quedó agotado, era una idea que Allueva cocinaba desde la década de los 90.

“Yo venía de hacer algunas producciones, conciertos y cosas de esas; y empezaba a hacer los primeros festivales Nuevas Bandas (1991). Me di cuenta de que teníamos una historia muy rica de rock y que no estaba en ningún lado registrada”, explicó Allueva.

El docente y promotor cultural no se considera a sí mismo un escritor, pero su libro Crónicas del rock fabricado acá dice lo contrario. Hubo dos ediciones, dividas entre la década de los 60 y los 70, donde Allueva se concentró principalmente en la historia musical en vinilo.

Esos textos terminaron formando un gran libro que publicó Ediciones B y que recopiló los primeros 50 años de historia del rock venezolano. Y no fue tarea sencilla: “Los primeros quince años del rock venezolano son complicadísimos, es muy difícil conseguir la información”.

Entre 1991 y 1996 Allueva dedicó gran parte de su tiempo a buscar en páginas de periódicos, entrevistas de radio y televisión lo que dijera “rock venezolano”.

“Lo recuerdo perfectamente: iba una vez a la semana a la Hemeroteca Nacional, comencé desde los años 50 hasta la década de los 90, revisaba los diarios principales del país a ver qué noticias aparecían sobre el rock”.

Nuevas Bandas

Progresivamente Allueva profundizó en su colección de discos, comenzó a entrevistar a gente y lo que empezó como un hobby tratando de ordenar cierta historia, se convirtió en una obsesión.
Y el producto de esa obsesión es el libro Rock VZLA 1959-2019, una recopilación de sus materiales previos a los que se suman 20 años de historia musical reciente.

Rock patacón

La primera parte del libro, dedicada a los años 60 del rock en Venezuela, explica cómo nace un movimiento gracias al intercambio cultural. Y es precisamente esa mirada, ese entendimiento del contexto social, económico e incluso político uno de los aspectos que busca esclarecer este nuevo libro.

¿Cuántos sabían que el rock en Venezuela reventó en Maracaibo durante 1959 gracias a bandas como Los Impala, Los Claners, Los Darts o Los 007?

Allueva entiende que para las generaciones más jóvenes pueda resultar sorprendente que Maracaibo también sea la cuna del rock.

No es para menos: en los últimos años fue una de las ciudades más golpeadas por la crisis nacional. Sin embargo, la capital del estado Zulia fue por muchos años la ciudad más importante del país gracias a sus campos petroleros y la presencia de grandes compañías transnacionales.
Maracaibo era una ciudad poderosa económica y culturalmente hablando, explicó Allueva. Y lo que sucedió en la capital zuliana fue fundamental para la gestación y evolución del rock venezolano.

“En los 60 el rock venezolano era un niño de cinco años que imitaba los pasos de sus padres. Los primeros 10 años del rock venezolano son eminentemente de copia”, aclaró.En ese entonces, las bandas agarraban un tema extranjero, lo cantaban en español y transformaban completamente el sentido de las letras.

La música se acercaba al origen; pero no existían los equipos, los productores ni las grabaciones que los acercaran al panorama internacional. Para Allueva no es justo comparar el rock de esa época con la actualidad: apenas eran los primeros pasos. Ahora la tecnología, la formación y la información permitieron a las nuevas bandas ponerse en el mapa y proyectarse fuera de Venezuela.

Los caraqueños

Después de 1973 la información sobre el rock en Venezuela empezó a fluir por medio de la televisión y la radio. La propagación era inevitable: el rock iba a llegar a cada rincón del país.

Y en efecto, así fue. Lo que empezó en Maracaibo despuntó en Caracas a través de bandas como Azúcar, Cacao y Leche, Sky White Meditation, Frank Quintero y los Balzehaguaos.

Caracas se convirtió en el nuevo epicentro del movimiento. Durante los 80 y 90, bandas como Sentimiento Muerto, Zapato 3, Dermis Tatú, Seguridad Nacional, Desorden Público, La Puta Eléctrica y Caramelos de Cianuro se apoderaron de la escena musical y sentaron las bases para las futuras generaciones.

Es necesario reconocer que todo esto ocurrió al mismo tiempo que el Festival Nuevas Bandas daba sus primeros pasos, así que Félix recuerda de forma muy vívida lo que ocurrió en esos años.

“Yo no terminaba de escribir sobre los 90 y el nuevo siglo porque me sentía parte de esta movida; y escribir sobre lo que había hecho era complicado porque era como sudarme el ego y no me gustaba”, comentó Allueva sobre la generación a la que cataloga como “bisagra”.

La ‘generación bisagra’ logró hacer un puente entre la generación de los sesenta y setenta con la del nuevo siglo. Según Allueva, fue una generación que, queriendo o no, se nutrió de todo lo que ocurrió en décadas anteriores.

Recordó cómo Sentimiento Muerto incorporó en su sonido muchos elementos de las bandas anteriores y sentaron las bases para lo que estaba por venir. Zapato 3 hizo lo mismo, pero con un estilo mucho más punk.

“Zapato 3 es indispensable, una banda rock que transitó progresivamente al pop rock y fue nuestra base comercial de los 90”, resaltó:“Fue la gran banda de los 90 desde todo punto de vista y una gran influencia para la nueva generación”.

Traigo de todo

Rock VZLA 1959-2019 deja claro que el momento más fuerte del rock en el país arrancó durante los 90 y se estableció en los 2000, cuando la tecnología y la crisis migratoria ayudaron a exportar al talento nacional.

Bandas como La Vida Boheme, Viniloversus, Okills y Los Mesoneros –por nombrar solo algunas– lograron establecerse como referentes del rock venezolano. Pareciera que cuando más se complicaron las cosas en el país, mejor se pusieron para el rock.

“Este es el momento más internacional del rock venezolano. ¡Ojo! Es el momento más internacional de los venezolanos”, celebró Allueva.

Subrayó que actualmente hay venezolanos conquistando la música académica en el mundo, en la música de origen, en el pop, en el rock y, sobre todo, en la urbana. Y es que Félix es un gran defensor y admirador de los géneros urbanos, sobre todo del trap.

Rock

Reconoció la labor que bandas como Anakena hacen al fusionar ritmos latinos y urbanos para hacer música pop-rock. Resaltó que esa es una de las mejores características de la música hecha aquí y que es algo que deja claro en las páginas de su nuevo libro: el rock venezolano no es uniforme.

“Si algo puede tener como valor el rock venezolano es la variedad. Tiene un poquito de todo”.

Así es Rock VZLA 1959-2019, un libro que revela detalles de una historia con 60 años llena de irreverencia, rebeldía, con un estilo muy propio y con protagonistas igual de fascinantes. Y este es solo uno de los muchos proyectos –uno ya materializado- que Félix y la Fundación Nuevas Bandas preparan para este 2020, que –promete- “será muy movido”.

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