¿Realmente beneficiará el calor a la Vinotinto en Puerto Ordaz?

Todos tienen razón, cualquier cosa por menos de los 35 grados resulta  fresca en comparación con el sofocón que aturde en Puerto Ordaz. Según el pronóstico metereológico, Venezuela enfrentaría este jueves a Paraguay con 36 grados centígrados encima.

¿Qué sucede cuando se juega bajo esa temperatura? «El fútbol es un deporte complejo, que exige gran esfuerzo físico a los jugadores. Aunque una resistencia física excelente es condición necesaria para alcanzar un nivel profesional, el resultado del partido podría depender especialmente de la capacidad (física) de los jugadores para mantener sprints de alta intensidad durante toda la duración del partido. En consecuencia, cuando se juega al fútbol profesional en condiciones de calor, la capacidad corporal de los jugadores para afrontar este entorno adverso influye de manera fundamental sobre su rendimiento físico, y por lo tanto en el propio juego«, explica el doctor Vincent Gouttebarge, un investigador del Instituto de Salud Ocupacional, del Centro Médico Académico de Ámsterdam (Países Bajos), y copropietario de Vintta, unidad de investigación y asesoramiento en materia de salud deportiva.

En su artículo «Problemas para el fútbol derivados del calor», Gouttebarge reconoce los transtornos regulares cuando se juega a altas temperaturas:

– Calambre térmico: el menos grave de los tres trastornos relacionados con el estrés térmico; se caracteriza por (graves) calambres musculares de aquellos músculos que han sido utilizados más duramente durante el ejercicio (músculos de la pantorrilla en corredores y futbolistas; músculos del brazo en jugadores de tenis).

– Síncope de calor: se caracteriza por fatiga extrema, falta de aliento, mareos, vómitos, dolor de cabeza, desvanecimiento, mayor ritmo cardíaco, e incoordinación muscular.

– Golpe de calor: el más grave de los trastornos causados por el estrés térmico, caracterizado por un aumento de la temperatura interna superior a 40°C, cese del sudor, falta de control muscular, estado mental alterado (confusión), y pérdida de conciencia.

En el Venezuela 1 – Bolivia 7, se observan varios de estos síntomas. La selección nacional se quedó rápidamente sin piernas y los jugadores lucían descoordinados.  «Lo que queríamos era agotar al rival jugando a la 1:00 pm porque el calor en Guayana es muy fuerte. El desgaste desde el comienzo lo hicimos nosotros y terminó por pasarnos factura, porque ellos supieron esperar y nosotros nos disminuimos en lo físico”,  recuerda ese fatídico 18 de julios de 1993 José Luis Dolgetta.

«Cuando hace mucho calor, el cuerpo reacciona aumentando el flujo sanguíneo en la superficie de la piel, llevando el calor dentro del cuerpo a la superficie. Esto es el sudor. Si la temperatura exterior pasa la barrera de los 39-40º C, el cerebro le ordena a los músculos que bajen el ritmo y es cuando se produce la fatiga«, explica Gabriel Torres, periodista de BBC, en su artículo «¿Cómo jugar fútbol en condiciones extremas?».

“El calor a las 4:30 pm será sofocante. Cuando jugamos contra Bolivia, Cachamay estaba descubierto. Hoy está cerrado y la humedad será infernal. Confío en que la decisión de (Noel)  Sanvicente de jugar a esa hora sea la mejor decisión”, acota Dolgetta, goleador de la Copa América de 1993.

Pero si alguien conoce bien el calor de Puerto Ordaz y a la selección, ese es Richard Páez. El traumatólogo dirigió a la vinotinto y a Mineros de Guayana. ¿Cree que funcionará la estrategia de jugar a las 4:30?.  “Será efectivo dependiendo del estilo que se quiera utilizar. Si atacas y presionas al rival en los primeros minutos, la sensación sofocante del rival que no juega en esas temperaturas le hará sufrir de estrés físico en los primeros minutos. Tendrán sensación de torpeza por la deshidratación pero hay una reacción del cuerpo a los 20 – 25 minutos, por lo que se debe aprovechar en marcar algún gol en esos primeros minutos. Luego, las consecuencias las puede sufrir el equipo que sometió al rival a jugar a esas temperaturas”.

El apunte de Páez coincide con el de Gouttebarge: «Aunque se necesitan más estudios científicos para explorar la respuesta corporal a condiciones de calor entre los futbolistas profesionales, parece claro que las condiciones de calor incrementan la fatiga en los estadios finales del juego (segundo tiempo)».

“En Mineros no me gustaba jugar a las 4:00 pm a pesar que los jugadores estaban adaptados, porque no me rendían lo que podían dar. Me gustaba agotar al rival con fútbol, por eso jugábamos a las 5:00 pm. Soy poco de utilizar esos recursos como el calor para agobiar al rival, porque el calor con una buena hidratación lo puedes contrarrestar. La verdadera diferencia la marca jugar en la altura”, finaliza Páez.

Un detalle no menor fue que antes de llegar a Puerto Ordaz, en Asunción la temperatura máxima estuvo cercana a los 39 grados centígrados. Aunque de los 24 convocados por Paraguay, solo 8 militan en la liga local. Según Gouttebarge «es necesario un periodo de aclimatación para adaptarse a las condiciones de calor. Para la mayoría de los individuos, sería suficiente un periodo de 7 a 14 días». Si es así, entonces se explicaría el flojo rendimiento físico ante Honduras y Venezuela sí partiría con una mínima ventaja este jueves.