De Interés

Lo que importa es esto: la Unión Europea quiere diálogo y amenaza con más sanciones

Mientras la discusión pública parece girar en torno a si la Unión Europea le dice "presidente" o no Juan Guaidó en su nuevo documento sobre Venezuela, casi pasa por debajo de la mesa lo que de verdad es esencial: la advertencia de que vendrán más sanciones contra funcionarios del gobierno de Maduro y el llamado a todos para sentarse a negociar hasta llegar a elecciones totales

Publicidad
Unión Europea

Parece que cada vez que la Unión Europea se refiere al caso Venezuela hay que hacer la misma aclaratoria: la consideración de Juan Guaidó como presidente interino la hacen sus países miembros, no el bloque. Algunos pocos no lo reconocen como tal, otros muchos sí. Al menos, de momento. Ya pasó con el comunicado del 6 de enero, en el que sí quedó claro -en ese lenguaje diplomático que dice sin decir- que la UE no le compra mucho la idea a la oposición del tiempo extendido de la Asamblea Nacional.

Ahora sucede otro tanto. El Consejo de la Unión Europea presentó hoy un documento con sus conclusiones sobre las elecciones convocadas y protagonizadas por el chavismo el pasado 6 de diciembre y que derivaron en el nombramiento de un parlamento a la medida de Nicolás Maduro y el proyecto de poder chavista. Y se desataron las interpretaciones…

Un ejemplo claro lo podemos ver comparando titulares y enfoques. El de la agencia Reuters: «Los estados de la UE ya no reconocen a Guaidó como presidente interino de Venezuela». Y el de la agencia EFE: «Los ministros de Exteriores de la UE piden unidad a la oposición venezolana». El de la web del equipo de Guaidó: «Presidente (e) Guaidó: ‘El Consejo de la Unión Europea mantiene su posición de respaldo a la AN y rechaza el fraude de Maduro'». El del diario español El País, que vuelve a un tópico superado: «Los Veintisiete desoyen al Parlamento Europeo y evitan reconocer a Guaidó como presidente interino».

El canal oficialista, VTV, ni siquiera reseña la noticia: no le conviene.

Todos dicen la verdad, a su manera. Porque es cierto que nuevamente la UE deja claro que como bloque no le da tratamiento a Juan Guaidó de presidente interino, un «cargo» que en términos prácticos se difumina cada vez más pese a que es reconocido por instancias como el Parlamento Europeo, Estados Unidos y una buena cantidad de naciones. Así como también es cierto que el Consejo de la UE no reconoce como legítima la elección del 6 de diciembre.

Y mienten, a su manera. Porque el respaldo de la UE a la Asamblea Nacional no es el que Guaidó quisiera recibir, no es el que le da estatus de parlamento activo y vigente, no es -en dos platos- el que le dice: te acompañamos en esto de extender el mandato a través de una comisión delegada que sesiona en streaming. Pero sí, hay un respaldo.

Vayamos a la letra del documento. Son 8 puntos los que contiene. De modo que es breve y sí, está signado por ese siseo diplomático que da paso a las interpretaciones y que requiere de traductores.

El punto 2 va directo al asunto de las elecciones de diciembre y debe ser el que menos le gusta a Maduro y su gente: «La UE lamenta profundamente que las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2020 hayan sido una oportunidad perdida para la democracia, se hayan celebrado sin un acuerdo nacional sobre las condiciones electorales y no hayan cumplido las normas internacionales para un proceso democrático. En consecuencia, la UE no puede reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o transparente, por lo que su resultado no puede considerarse representativo de la voluntad democrática del pueblo venezolano. La UE lamenta profundamente las acciones de las autoridades de Maduro, que han reducido significativamente el espacio democrático en el país y han impedido persistentemente la resolución de la profunda crisis política en Venezuela».

El punto 3 es el que el equipo de Guaidó quiere interpretar como respaldo a la AN: «La UE reitera su apoyo a todos aquellos que trabajan por un futuro democrático para Venezuela. La UE reitera sus llamamientos a la garantía de todos los derechos políticos y civiles, a la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos y a la libertad y seguridad de todos los opositores políticos, en particular los representantes de los partidos de oposición elegidos para la Asamblea Nacional de 2015, y especialmente Juan Guaidó, así como otros representantes de la oposición democrática. La UE los considera actores importantes e interlocutores privilegiados y anima a la oposición democrática a adoptar una postura unificada con miras a un proceso inclusivo de diálogo y negociación».

Y esas últimas palabras son las que reafirman el «tratamiento»: «La UE los considera actores importantes e interlocutores privilegiados».

El punto 4 tampoco debe gustarle mucho al gobierno y nada de nada a un sector de la oposición, porque la UE lo que quiere es que haya una negociación seria para ir a contarse en elecciones seguras: «La única forma de salir de la crisis en Venezuela es reanudar las negociaciones políticas con prontitud y establecer con urgencia un proceso de diálogo y transición liderado por Venezuela que conduzca a elecciones locales, legislativas y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes. Para que este proceso de negociación sea exitoso, debe ser inclusivo, involucrando a representantes de las autoridades y de la oposición democrática, así como de las organizaciones de la sociedad civil. Serán necesarios compromisos difíciles para que Venezuela lleve a cabo una transición exitosa a la democracia y la estabilidad. En esta difícil coyuntura, todos los líderes venezolanos deben priorizar los intereses del pueblo venezolano. La UE está dispuesta a apoyar un proceso tan inclusivo, incluso mediante misiones de observación electoral».

De aquí en adelante la UE se dirige al poder real, -en el punto 5– cosa que tampoco debe ser del agrado de Miraflores ni de la Cancillería, ni del FAES: «Deben respetarse los derechos humanos. No puede haber salida a la crisis política en Venezuela si sus ciudadanos temen ser arrestados y perseguidos, incluidos sus familiares, por ejercer sus derechos y libertades fundamentales. La UE estará especialmente atenta a cualquier acto de represión, especialmente contra miembros de la oposición, representantes de los medios de comunicación independientes y de la sociedad civil. La UE subraya su apoyo al trabajo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Misión Independiente de Investigación de las Naciones Unidas. Los responsables de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas deben rendir cuentas y deben evitarse nuevos actos de esta naturaleza».

Y el punto 6 es en el quizás hayan debido detenerse los titulares: la amenaza de nuevas sanciones. ¿O eso no es más importante que decidir qué es o no es Guaidó? ¿O no se venía especulando sobre una reducción de sanciones por parte de Europa para dejar solo a Estados Unidos en su papel de policía de la región?

«En vista del deterioro de la situación de los derechos humanos, el estado de derecho y la democracia en Venezuela, la UE está dispuesta a adoptar medidas restrictivas específicas adicionales contra quienes socavan la democracia o el estado de derecho y los responsables de violaciones graves de los derechos humanos. Estas medidas están diseñadas para no dañar a la población venezolana y pueden revertirse».

Sobre el punto 7 hay que decir que retrata la situación general de un país que distinto al que pinta el discurso oficial y al mismo tiempo es otra advertencia: deja a las ONG trabajar en paz.

«La UE sigue profundamente preocupada por la emergencia humanitaria cada vez más desesperada en Venezuela, agravada por el impacto del COVID-19, que debe abordarse con urgencia. Esto incluye el acceso pleno y sin trabas tanto del personal humanitario como de los suministros y el establecimiento de las condiciones necesarias para que los agentes humanitarios, en particular las ONG, realicen su trabajo sin intimidaciones, de plena conformidad con los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia».

El 8 es la declaración de buenas intenciones y la reiteración del llamado a la cordura: aquí hay que sentarse a conversar.

«La UE seguirá colaborando y trabajando con todas las partes interesadas en Venezuela para fomentar el diálogo pacífico y una solución democrática y sostenible a la crisis en Venezuela. Con ese fin, la UE también seguirá trabajando en estrecha coordinación con sus socios internacionales afines, en particular a través del Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela. La UE también continuará coordinando con el Grupo de Lima y la Administración de los Estados Unidos y continuará sus esfuerzos de divulgación con otros actores internacionales y regionales».

Publicidad
Publicidad