Sarney, uno de los más importantes dirigentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que también pertenece el vicepresidente de Brasil, Michel Temer, recibió en su residencia a la esposa de Capriles, quien dijo a periodistas que el exmandatario «refrendó sus posiciones absolutamente en favor de la democracia».
Capriles dijo que le planteó a Sarney la situación de su esposo, la del dirigente opositor Leopoldo López y la de otras decenas de personas detenidas en Venezuela «por pensar diferente» y que recibió del exmandatario brasileño un «apoyo solidario y firme».
Sarney, el primer presidente civil que tuvo Brasil después de dos décadas de regímenes militares, gobernó el país entre 1985 y 1990 y su partido es uno de los pilares de la coalición que respalda a la actual mandataria, Dilma Rousseff.
Según Capriles, el expresidente brasileño le aseguró que «lo que pasa en Venezuela no le es ajeno» y recordó que, como presidente del Senado brasileño, entre 2009 y 2013, se opuso al ingreso de Venezuela al Mercosur, pues consideraba que ya entonces el país no cumplía con «las exigencias de democracia» que exigía el bloque.
Capriles llegó a Brasil este martes junto con Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, detenido en Venezuela hace más de un año, y se entrevistaron en Sao Paulo con el expresidente Fernando Henrique Cardoso y con el gobernador de ese estado, Geraldo Alckmin, quienes también manifestaron su apoyo y solidaridad.
Mañana, ambas serán recibidas por el presidente del Senado, Renan Calheiros, también del oficialista PMDB, y se reunirán con miembros de las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y de la Cámara de Diputados.
Capriles explicó que la visita a Brasil se enmarca en una gira que ambas han emprendido para denunciar la «crítica» situación de los derechos humanos en Venezuela, encarnada por sus esposos y otros opositores presos «por luchar en favor de la democracia», según sus propias palabras.
Ledezma, de 60 años, es acusado de conspirar contra el Gobierno de Nicolás Maduro, y afronta un proceso judicial que podría reportarle, según sus abogados, una condena de hasta 28 años.