Es la época de las colonias en Venezuela, la administración de nuestro territorio por parte de los Españoles amenaza con llegar a su fin, las ideas de la ilustración se ciernen sobre los líderes e intelectuales nacionales, y la independencia de Estados Unidos e Inglaterra (1.776) abre el camino hacia nuevos confines. Francisco de Miranda se interna en expediciones fallidas que buscan la rebelión contra la Corona Española; mientras tanto las mujeres se visten con telas finas y transparentes como la muselina, y los caballeros copian la moda de París con camisas de cuello “palomita” , medias largas, bastones y pelucas confeccionadas.
Es en esta etapa de ideales y «maneras» francesas cuando se instalan las bases para que en el presente podamos contar con un Parlamento representativo que personifique la «voluntad popular».
El 2 de marzo de 1811 surge el Supremo Congreso de Venezuela, pionero en América Latina y segundo en el mundo. Sus líneas sustituyen en el poder a la Junta Suprema de Caracas -la primera forma de gobierno autónoma-, y un triunvarato entre Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltasar Padrón se perfila para liderar la presidencia rotativa de esta primera administración.
Fue en la casa del nobiliario conde San Javier, ubicada hoy en la esquina El Conde, en donde 30 diputados electos de los 43 convocados, en representación de las provincias Cumaná, Caracas, Margarita, Barinas y Mérida, juraron conservar y defender los derechos de «la patria». Esta mansión aristocrática con ventanales de barrotes de metal y portones intimidantes con relieves de arcilla, auspició la primera sesión inaugural que instaló al Congreso en la ciudad de Caracas.
El primer Congreso Constituyente declaró la independencia definitiva de Venezuela el 05 de julio de 1811, y fue el que sancionó la primera constitución del país e Hispanoamérica, el 21 de diciembre del mismo año. Esta legendaria entidad también es responsable de instalar la Alta Corte de Justicia, presidida por el doctor Francisco Espejo, así como de reorganizar el Tribunal de Apelaciones que había creado la Junta de Arbitrios -encargada de las rentas del Estado- y de crear el Tribunal de Municipalidades para el abasto y policía.
El 15 de febrero de 1812 el Congreso suspendió sus sesiones y acordó trasladarse a Valencia, lugar que designó como Ciudad Federal el 1º de marzo cuando reanudó sus funciones. El 6 de abril de 1812 se celebra su última sesión, para conferir facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo -el generalísimo Francisco de Miranda- quien enfrentaría la terrible crisis que vivía la República en aquella fecha.
Miranda, al recibir el nombramiento expresó: «Voy a presidir los funerales de Venezuela».
Diputados a jurar
Inmediatamente leyó el canciller en alta voz el siguiente juramento dirigiéndose al Congreso:
” ¿Juráis a Dios por los Santos Evangelios que vais a tocar, y prometéis a la patria conservar y defender sus derechos y los del Señor Don Fernando VII, sin la menor relación, o influjo con la Francia; independientes de toda forma de Gobierno de la Península de España; y sin otra representación que la que reside en el Congreso general de Venezuela: oponeros a toda otra dominación que pretenda ejercer Soberanía en estos países, o impedir su absoluta y legítima independencia, cuando la confederación de sus Provincias la juzgue conveniente: mantener pura, ilesa, e inviolable nuestra Sagrada Religión, y defender el Misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen María Nuestra Señora: promover directa o indirectamente los intereses generales de la confederación de que sois parte, y los particulares del distrito que os ha constituido: respetar y obedecer las leyes y disposiciones que este Congreso sanciones… y cumplir fiel y exactamente los deberes de la diputación que vais a ejercer?
«Sí, juramos»,respondieron todos los diputados. El Canciller dijo entonces «Si así lo hiciéreis, Dios os ayude, y si no os lo demande en esta vida y en la otra».
Concluido el juramento dijeron los Heraldos en alta voz al pueblo: “Venezuela ha instalado ya por la gracia de Dios el cuerpo Conservador de sus derechos y los del Señor Don Fernando VII”.
Dos siglos después
El 8 de noviembre de 1998 se celebraron las últimas elecciones parlamentarias para renovar el Congreso de la República. Un año después, el 25 de agosto de 1999, la Asamblea Nacional Constituyente suspende mediante un decreto las sesiones del Congreso y las reduce a su Comisión Delegada. El 28 de marzo de 2000, se disuelve definitivamente el Congreso, que cesa en sus funciones a los senadores y diputados que lo integraban.
El Poder Legislativo pasó entonces a ser ejercido por la Comisión Legislativa Nacional hasta que los diputados de la Asamblea, el nuevo Parlamento unicameral establecido en la Constitución de 1999, fueran electos y tomaran posesión.
Hoy en día la Asamblea Nacional es dirigida por una mayoría opositora que no tenía quorum desde hace 17 años. El representante máximo de este parlamento es Henry Ramos Allup, dirigente de Acción Democrática. La bancada oficialista ha declarado el rechazo abierto contra todas las leyes y reformas impulsadas por la oposición.
Foto: Andrea Henández