«Estamos siguiendo con enorme preocupación los acontecimientos», explicó a EFE Lanza, quien advirtió hace un mes en un comunicado conjunto con su homólogo de Naciones Unidas del «deterioro» de la libertad de prensa en Venezuela.
«Las preocupaciones son varias. Que los corresponsales extranjeros no puedan ingresar es una restricción porque el gobierno intenta impedir un escrutinio internacional», agregó.
Este miércoles, en la víspera de la protesta opositora para pedir una fecha para el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, se conocieron varios casos de periodistas de medios como Caracol Radio de Colombia, Le Monde de Francia y NPR de Estados Unidos a los que no se les permitió la entrada a Venezuela para cubrir el evento.
«Nos preocupa también cómo será el flujo informativo de Internet, porque en una manifestación es clave el acceso a información en línea y en otras ocasiones hubo restricciones y también represión de la actividad en las redes sociales», señaló Lanza.
En este sentido, denunció que a algunos manifestantes del centro de Caracas no se les va a dejar salir para manifestarse o las restricciones a los ciudadanos que llegan a la capital desde el interior del país.
Con esta situación de «restricciones», a Lanza le parece que habría sido útil enviar alguna fórmula de observación de la marcha desde la CIDH o desde la Organización de Estados Americanos (OEA) -de la que la comisión es órgano autónomo para derechos humanos-.
Ese ofrecimiento lo hizo hace unas semanas el secretario general de la OEA, Luis Almagro, pero fue rechazado como todos los anteriores desde hace diez años, cuando el chavismo dejó de permitir la observación electoral de la organización.