Venezuela

Hombre a hombre, así se vivió la caída en Barranquilla

Venezuela volvió a dormir la siesta en la que una pesadilla llamada “eliminatoria mundialista” la volvió a atormentar. Como el niño que se va de vacaciones escolares y disfruta en sobremanera sus días libres y encara el regreso a clases como el peor drama de su vida, la selección nacional se reencontró con crudas realidades que bajaron el bastón de la ilusión de manera abrupta.

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FOTOGRAFÍA: LUIS ROBAYO | AFP

De nuevo, la Vinotinto dejó de ser el equipo compacto de la Copa América Centenario, ese grupo que derrochó alta fidelidad en suelo estadounidense y volvieron los mismos fantasmas del proceso mundialista de Rusia: errores garrafales, desatenciones momentáneas y fallos en la lectura del compromiso. En el post partido sí se apreció algún cambio, con respecto a los recientes duelos eliminatorios porque el propio Rafael Dudamel asumió responsabilidades en la toma de decisiones sobre las modificaciones y admitió que el rival fue muy superior en todas las facetas de juego.

Las posibilidades matemáticas de clasificación se esfuman aún más. Venezuela ahora deberá pelear por recuperar la competitividad que parecía recobrada, pero que la marcha continental demuestra que aún hay mucho por ajustar. Se aplaude la apuesta por la juventud (Peñaranda, Josef, Soteldo y Añor cumplen en el presente con visión de futuro), pero los errores de concentración y timing siguen causando estragos en la zona defensiva. Los rivales no perdonan en la alta competencia y la desesperante inocencia venezolana hace que siga buscándose la forma para recuperar el prestigio perdido en este escenario premundialista.

En este panorama, la actuación individual se apreció así:

-Dani Hernández: No tenía que corroborar que era indiscutible y por si a alguien le quedaba alguna duda, cumplió con la mejor presentación de su carrera como internacional Vinotinto. Detener dos penales en un premundial, de visitante, contra una pletórica Colombia y ante dos referentes del fútbol mundial como Carlos Bacca y James

Rodríguez son suficiente credencial para no encontrar algún elemento que pueda cuestionar su actualidad como mejor arquero venezolano. Por él, Venezuela no abordó el charter con una goleada de escándalo. A pesar de perder 2-0, su partido particular fue perfecto.

-Roberto Rosales: Extrañamente distraído y flojo en la marca. Un pesado Luis Muriel le superó una y otra vez en los duelos por la banda. Su presencia en ataque fue nula y por su zona aterrizaron los dos tantos de los cafeteros. Por las bajas, en Mérida probablemente ocupe la posición de lateral izquierdo.

-Oswaldo Vizcarrondo: La discusión como su continuidad en la titular ya no puede ser tomada con ligereza. Si bien no tuvo culpa de sufrir un golpe que lo dejó alelado, algunas imprecisiones en la marca y en cesiones comprometieron la seguridad del fondo nacional. Alarma que el principal referente defensivo que se tenga no sea la garantía para el armado de la zaga; sin embargo, no se encuentra alguien con más experiencia para asumir sus galones. Una pifia en el primer tiempo casi cuesta un gol.

-Wilker Ángel: Bastó una anticipación fallida para que el error tuviera consecuencias funestas. Trató de luchar con lo que tenía pero la expulsión final reflejó las frustraciones de verse superado en ocasiones que, si bien no fueron muchas, las pocas que tuvo Colombia puso a temblar al hombre del Terek Grozni. No podrá verle la cara en la cancha a Messi y sus amigos.

-Rolf Feltscher: Con sus limitaciones, el hecho que Colombia atacara poco por su banda no lo hizo ver involucrado en las situaciones de gol rivales, pero la expulsión denota el desespero y frustración que fue generando a medida que pasaba el compromiso. El lateral izquierdo que había mostrado mejores garantías hasta hoy, se perderá el choque ante Argentina, elemento que forma parte de un sistema defensivo que llegará a la fecha 8 con alarmantes ausencias.

-Tomás Rincón: Cuando se propuso recuperar pelotas, levantar la cabeza y filtrar pelotas durante la primera mitad, floreció su fútbol esencial. Asociarse con Añor y Figuera permitió darle ductilidad a Venezuela en la salida y darle mejor manejo, pero el desorden que devino en la segunda mitad lo hizo quedar en evidencia en una posición en la que por situaciones de emergencia tuvo que cumplir.

-Arquímedes Figuera: Es cierto que no hay mejor mediocampista de él para aligerar de cargas defensivas a Rincón. Es cierto que el equipo anduvo cuando Figuera recuperó balones y se conectó con los distribuidores, pero también es muy cierto que el muchacho cumanés debe entender que juega al límite y las expulsiones llaman una vez tras otra a su puerta. No estará ante Argentina cuando tan necesario era.

-Juanpi Añor: Se dejó ver sobre la segunda mitad del primer tiempo, pero el asfixiante duelo contra los centrales y volantes de marca colombianos terminó por drenarlo y dejarlo exhausto. La apuesta por él en el once inicial era lógico, le daba manejo al conjunto, pero esa misma virtud se fue perdiendo hasta caer bajo el yugo del cansancio.

-Adalberto Peñaranda: Cuando se tiene un extremo ofensivo de desparpajo y resulta que su desempeño fue defensivamente bueno, se evidencia que algo anda mal. Su sacrificio en la recuperación fue encomiable, pero estuvo desentonado de todo rol de ataque. Deberá trabajar (su edad le da para seguir aprendiendo) para que su desequilibrio no se vaya difuminando a medida que el compromiso avance. Aun hay un trecho largo por cumplir en su carrera, pero necesita responder con hechos a la confianza que el cuerpo técnico le brinda.

-Josef Martínez: Aislado de todo. Mediapunta que se tiró a la zona media a buscar balones y que terminó como ala por el costado. No se vio a gusto, el mar de piernas cafeteras impedían que su chispa y movimientos electrizantes apenas consiguieran pequeñitos espacios. Se lo tragó el partido.
-Salomón Rondón: Abrir el abanico de posibilidad de gol para sus compañeros cuando se dedicó a batallar contra los defensores Murillo es poca renta para quien está llamado a ser el goleador del equipo. Chocar, meter el cuerpo, pivotear fue un rol que cumplió el delantero del West Bromwich, pero no tuvo ni una ocasión de gol el 9 de la selección. Eso no está nada bien.

-Yeferson Soteldo: Su presencia en la cancha certifica que una generación que ya de por sí es bastante joven, se apoye en más chicos capaces de asumir los retos sin importar su edad. Trató de generar fútbol ofensivo desde la posición de enganche (en Zamora actúa como extremo) y si bien no fue decisivo en generar ocasiones claras, su movilidad ya fue mostrada al continente de nuevo, ahora vestido de Vinotinto. Es una opción seria para ser titular en la zona de volantes de ataque con apenas dieciocho años.

-Christian Santos: Dudamel estaba preocupado porque a Venezuela no le bastó con incomodar a Colombia. Rondón era un gallito de bádminton estrellándose contra una pared y Santos buscaba generar más volumen de juego en la zona decisiva. Tuvo poca presencia.

-Sema Velázquez: Las circunstancias del partido hicieron ver que cuando se produjo su ingreso al terreno por la conmoción de Vizcarrondo, ya era tarde. No había sido su culpa, pero su testimonial presencia en la cancha solo sirve para recordar que debió haber ingresado mucho antes al choque. Será titular ante Argentina junto con una zona defensiva que estará plagada de retazos ante la temible selección Argentina.

El trayecto sigue siendo escabroso y sin resultados favorables, no habrá manera de recuperar un sueño que muchísimos ya han dado por perdido.

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