Venezuela

Las 48 horas calientes antes del diálogo

Hasta el viernes 28 de octubre al mediodía, todo marchaba sobre ruedas en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Abundaban las coincidencias y el consenso parecía un hecho. Pero en la tarde de ese mismo día, el panorama cambió por completo.

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Fotografía: AVN

¿Qué ocurrió para que en cuestión de horas se reabrieran las fisuras en el seno de la alianza hasta el punto de poner en peligro su intervención en la “reunión exploratoria” de este domingo con el Gobierno nacional y los facilitadores internacionales? La respuesta a esta interrogante se construye a partir del testimonio de distintos miembros de la coalición.

“Teníamos una semana de reuniones. El viernes, a la 1 de la tarde, concluimos una en la que participamos los partidos del G4 –Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular- donde hablamos de una agenda de negociación, escenarios posibles, aspiraciones, etc. En esa reunión, Freddy Guevara prácticamente ejerció como director de debate. Sin embargo, a las 5 de la tarde del mismo día, se presentó Luis Florido a decir ante el G9 –dirección ampliada de la MUD- que Voluntad Popular no asistía si antes no se liberaba a 13 presos políticos”, confía un protagonista de ambos encuentros.

En esa lista presentada por VP no figuraba su fundador, Leopoldo López, preso en la cárcel militar de Ramo Verde y condenado a 13 años de prisión. “Sí estaban Delson Guarate, Yon Goicoechea, Daniel Ceballos, los diputados suplentes, Antonio Ledezma y Coromoto Rodríguez (jefe de seguridad del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup)”, recuerda esta fuente.

Por su parte, a través de una carta pública, quince organizaciones que están dentro de la Unidad, encabezadas por Vente Venezuela de María Corina Machado, expresaron que “no están dadas las condiciones para un diálogo”. Luego de leer ese misiva, un directivo de PJ exclamó: “El viernes, todos estaban de acuerdo. Sus observaciones de ‘fondo’ son ampliar el número de facilitadores y la comitiva de la Unidad, para entrar ellos. Esa carta es parte del chantaje de Machado y Copei (que ahora no forma parte de la alianza) para incorporarse a las instancias de toma de decisiones”.

Santa palabra

Un representante de los partidos minoritarios destaca el impacto que tuvo el comunicado emitido este domingo por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). “El G4 había llegado a un acuerdo, pero VP lo rompió y AD, por consecuencia, decidió retirarse. El viernes fue un día muy complicado por la reunión del G9, aquello implosionó. El sábado teníamos otro cónclave del G9 y se suspendió porque nadie apareció, cada partido estaba asumiendo su posición interna para después vernos. Al final de la tarde del sábado, se planteó que Chúo (Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD) volviera a ir solo al encuentro con el Gobierno y los facilitadores. El domingo temprano se ratificó esa posición, pero el comunicado de la CEV fue muy duro y obligó a reconsiderar esto”, indicó.

Los obispos venezolanos realizaron un “llamado urgente” a las partes “a ser coherentes con lo solicitado al Santo Padre” y “respetar el compromiso que han asumido ante el país de iniciar conversaciones el día 30 de octubre”.

En algún momento se pensó que Torrealba acudiría a la cita con los gobernadores Henrique Capriles Radonski y Henri Falcón. “El ‘problema’ de si va Capriles, es que el chavismo enviará a Diosdado Cabello y Tareck El Aissami”, alertó un dirigente del G4. De acuerdo con este vocero, el oficialismo había advertido que respondería con esos delegados si la MUD incluía en su representación a Capriles Radonski o Ramos Allup. “Aquí todo el mundo tiene su agenda presidencial”, ironizó al preguntarle su opinión acerca de la “amenaza” del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Los blancos reaccionaron a la línea adoptada por VP, poniendo en duda su presencia en el diálogo. Un parlamentario de otro partido minoritario relataba de esta manera el avance de los arreglos internos: “Capriles Radonski fortaleció la posición de PJ al apoyar públicamente el diálogo y la asistencia a la reunión. Eso puede hacer que AD asista. Lo de AD es para presionar más a VP”, aseguraba. Los adecos terminaron yendo al museo Alejandro Otero de La Rinconada con el diputado Luis Aquiles Moreno.

Antes de que AD oficializara su participación, un dirigente de uno de los partidos mayoritarios expresó en estos términos su desconcierto y molestia por la posible ausencia blanca: “No se entiende esa duda, pues Luis Aquiles fue la persona encargada por el G4 para entenderse con los facilitadores. Quizás Ramos Allup lamentablemente está sacrificando la política por un pacto electoral que solo será útil si hay diálogo”.

Según avanzaban las agujas del reloj este domingo, aumentaba la tensión en el corazón de la alianza. Nada estaba confirmado. “No vamos”, firmaban unos. “Vamos”, corregían otros minutos después. Preocupado por la situación, un integrante del equipo estratégico de la MUD compartía su amargura: “Lo insólito, lo que no tienen ninguna explicación ni en el mundo de la política Doble A, es que la oposición en vez de celebrar la entrada en escena del Vaticano como una victoria y usarla para obtener logros tempranos concretos –reapertura de la vía electoral, liberación de presos políticos y respeto a la AN- se exhiba como una fuerza confusa, dividida, que ni siquiera sabe si recibir a quien ella misma invitó. Esto a estas alturas ya es un desastre en materia de la imagen internacional de la oposición, pero si en efecto no se sienta nadie el desastre puede ser peor… y de nada servirán las excusas”.

Al final, la sangre no llegó al río. “El desastre” se evitó. Al menos, el peor. Falcón llenó la vacante dejada por la organización de Leopoldo López, Torrealba estrechó la mano del presidente Nicolás Maduro y la MUD se sentó a conversar con el Gobierno. Ahora queda pendiente para la oposición profundizar el diálogo interno. La historia apenas comienza.

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