Venezuela

Todavía hay tres desaparecidos por la masacre de Barlovento

Desde el pasado mes de octubre, William Serrano, Jeferson Maurera y Freddy Hernández, aún no aparecen ni vivos ni muertos, luego que fueran detenidos por una comisión de agentes vinculada a la llamada "masacre de Barlovento", que dejó 12 muertos y 18 militares presos.

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FOTOGRAFÍA: IMAGEN DE REFERENCIA | RODRIGO ABD | AP

César Maurera, padre de Jeferson, cuenta que a su hijo lo levantaron de la cama la madrugada del 12 de octubre en medio de una redada militar para llevárselo detenido. Sin mostrar una orden judicial o una orden de allanamiento para capturarlo, recuerda.

«Reventaron la puerta hermano, fue el grupo GAES (Grupo de Acciones Especiales), reventaron la puerta de mi casa y nos invadieron y se lo llevaron, a mi esposa le dijeron que si nos oponíamos nos iban a matar, habían 4 personas con el rostro cubierto y dos sin capucha», dijo recuerda Maurera sobre la última vez que vio a su hijo.

Fue un momento difícil, rememora. La desesperación los arropó a él y su esposa al ver que se llevaban detenido a su hijo mayor. «No dejes que me lleven», gritaba Jeferson a sus padres. «Si me llevan me van a matar», advertía entre la desesperación según relatos del padre.

En ese momento, César Maurera manifiesta que su esposa intentó interponerse entre los uniformados encapuchados y su hijo. Uno de los efectivos castrenses, comenta, le gritó: «quítese o también la matamos a usted».

Luego de la desaparición , los familiares de Jeferson, fueron con otras familias a un destacamento que tiene el Ejército en un poblado llamado El Café, donde fueron trasladados los detenidos del operativo militar, conocido como OLP, que desde 2015 impulsa el gobierno de Nicolás Maduro para bajar la criminalidad en Venezuela.

Tras ser capturado, el grupo de jóvenes fue desaparecido, sometido a torturas y colocado en fosas comunes tras haber sido ejecutados, según la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz.

Maurera cuenta que en 2015 su hijo estuvo en un lugar donde un sujeto mató a otro tras una discusión. Por este hecho, cree que están inculpando al joven de un crimen que -dice- nunca cometió.

Vincula a la madre del asesinado con la desaparición de Jeferson. Recuerda que ella llegó dos veces a su casa acompañada por los militares armados buscando a su hijo. En la primera ocasión, Maurera aseguró que los hombres del Ejército entraron a su vivienda y golpearon a su hijo menor, pero no se lo llevaron. Jeferson no estaba en la casa. En la otra dieron con él. 

César asegura que que su hijo pescaba y cultivaba en Barlovento. Sostiene que nunca tuvo problemas con las autoridades. «Hace dos años salió de cuarto año, no terminó».

César Maurera denunció que las personas identificadas como Grupo GAES, el día que golpearon con patadas a su hijo menor, se llevaron de su casa dinero en efectivo, el decodificador y el control remoto del Directv, además de una tableta del muchacho.

«Aquí, cerca de mi casa, fuimos a una fosa que hicieron, y ahí no estaba mi hijo. También fuimos a Chirimena donde también hicieron una fosa y tampoco estaba mi hijo, yo he ido hasta e fin del mundo buscando a mi hijo y no lo he encontrado», dijo César Maurera a El Estímulo.

Otro de los desaparecidos es Freddy Hernández, de 21 años, quien desapareció el 16 de octubre. Su hermana Zulay contó que Freddy estaba reunido con unos amigos en casa de una prima donde compartían una fiesta, cuando llegó un grupo identificado como OLP Ejército, directamente a buscar a su familiar. «Llegaron en unos jeep, se bajaron varios, no tenían la cara tapada pero sí el uniforme del Ejército», afirmó Zulay Hernández.

El día siguiente de la captura de su hermano, Zulay dijo que recorrieron varios sitios de reclusión preventiva en el estado Miranda (centro), en los sectores El Café y Chaguaramal junto a militares y policías. «A cuantos sitios nos decían nosotros íbamos a buscarlo, a los hospitales, en la morgue», aseguró.

Es allí, en la morgue de Caracas donde Zulay Hernández pasó. Quizás, el trago más amargo de esta búsqueda, pues tuvo que reconocer cadáveres a través de fotografía para descartar al final, que ninguno de ellos era su hermano Freddy.

La familia Hernández no consigue respuesta del por qué se llevaron a su hermano. Manifiestan que en principio pensaron que era un procedimiento legal. «Creíamos que era algo normal, que ellos iban y luego los soltarían porque ninguno de esos muchachos tenían problemas, de hecho, esos muchachos, los desparecidos y los muertos no se conocían entre ellos», afirmó Zulay Hernández.

La hermana del desaparecido, dijo que Freddy trabajó como mototaxista hasta que le robaron la moto, y después se dedicó a trabajar en el «monte» con su papá, sembrado maíz, yuca y caraotas. Zulay aseveró que su hermano estuvo una vez detenido. «Cuando le robaron la moto, él fue a poner la denuncia y lo dejaron detenido, pero no duró muchos días detenido en la delegación del CICPC (Policía Científica) en Caucagua», recordó.

Parientes de la víctimas de a masacre de Barlovento denunciaron en la Asamblea Nacional torturas contra los detenidos. Al cuerpo de un  joven le habrían aplicado electricidad a través de cables en los testículos y en la espalda, según las denuncias.  «Por suerte esta vivo y pudo contarlo», fue el comentario de un familiar ante diputados.

Este muchacho que no corrió con la mala suerte de las nueve personas muertas, le contó a su mamá que escuchaba a los «guardias» decir que estaban presos porque le debían dinero a un teniente coronel de nombre José Rojas.

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