La resistencia no es exclusiva de los más grandes. Su músculo se fortalece con niños. Nadie se pregunta por qué están allí. Se cuelan entre la masa y también asumen la vanguardia. Han aprendido a preparar bombas molotov y a devolver lacrimógenas. La razón es única y compartida: tienen el estómago vacío
Una espiral de gas lacrimógeno se dibuja en el cielo. La batalla tiene lugar unos pocos metros más abajo, en la avenida Sur de Altamira. Cada tanto estalla un ruido seco: el de los propulsores de bombas. Pese a que tienen 13 y 15 años de edad no se arredran. “Cuando bajemos eso va a estar rudo”, dice el más grande. Mientras al pequeño le pican los pies por salir corriendo a meterse en la candela. Cada vez que trata de acercarse al enfrentamiento entre manifestantes y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) chocan las metras que tiene guardadas en el bolsillo de su mono escolar. El mayor también viste con el pantalón del uniforme; pero no están en clases. Son uno más en la pelea. Nadie los detiene a pesar de sus edades, ellos mismos no permitirían que lo hicieran.
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Ocho de los 10 candidatos lo firmaron. Nicolás Maduro fue el último. Enrique Márquez, que fue rector del CNE, tampoco acudió al acto. Esto fue lo que dijo Edmundo de su ausencia
La designación del abogado Julio García Zerpa, quien sustituye a a la Vicealmirante Celsa Bautista, se produce en medio de una huelga de hambre que se ha extendido a unos 16 de los 80 centros penitenciarios de Venezuela.
Este domingo, en diferentes cárceles de Venezuela, los detenidos iniciaron una protesta pacífica por el retraso procesal y otras condiciones que afectan su convivencia y estadía en estos recintos
