Venezuela

30J: El acta de defunción

El madurismo, al que podríamos definir como la degeneración dictatorial del chavismo, ha vivido un proceso acelerado de descomposición. El cáncer de la dictadura hizo metástasis en todos los órganos del régimen, llevando al país al más descarado fraude este 30 de julio. Este día constituye, más que una constituyente, el acta de defunción de la democracia venezolana.

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No se trata de amilanarnos o desanimar a quien lea estas líneas. El madurismo puso sus cartas sobre la mesa al llevar a contracorriente su proyecto de una asamblea nacional constituyente, que actúe como suprapoder. Este 30 de julio, gracias a un evidente fraude, la impuso. Viene una nueva etapa política en Venezuela, con otras reglas de juego que se irán definiendo según la situación lo amerite.
Del acta de defunción que constituye este 30 de julio, para el chavismo, extraigo algunas impresiones.
La constituyente es la carta final de Maduro. La jugada política de lanzar una constituyente, como respuesta a la ola de protestas y rechazo popular, con los riesgos que esta propuesta conlleva (para el propio Maduro, según quede la correlación de fuerzas dentro de la ANC), parece ser la última opción. Maduro apuesta a terminar su período de 6 años en 2018, pero no todos los factores de poder que lo apoyan pueden tener el mismo plan, en caso de que esta ANC no logre sus objetivos: marcar agenda pública, recongregar al chavismo duro y neutralizar a la oposición democrática.
La constituyente coloca la agenda en el campo oficialista, pero dicho espacio podría ser un bumerang político contra el régimen. Más allá de su constituyente, Maduro ya no tiene otra propuesta política que ofrecer.
Las primeras palabras de Maduro, desde la Plaza Bolívar de Caracas, apuntan en la dirección ya esperada de usar la constituyente para neutralizar a los dos poderes públicos que le hacen mella al poder tiránico: la Asamblea Nacional y la Fiscalía General.
La FAN juega cerrado con Maduro. Venezuela no tiene propiamente una dictadura militar, pero la dictadura es tal gracias al respaldo de los militares. Otra imagen que nos dejó este 30 de julio fue la de un alto mando militar, en traje de campaña, mostrando de forma ostensible su armamento, avalando sin cortapisas el fraude constituyente.
Maduro se sostiene gracias al alto mando militar y éste también ha firmado su acta de defunción este 30 de julio. Al avalar el fraude constituyente ese generalato no sólo le miente al país, cuando habla de paz y se desvincula de las muertes por la violencia política, sino que también entierra por completo a la constitución bolivariana de 1999. Tal como ocurrió tras la dictadura de Pérez Jiménez, cuando recobremos la democracia, más temprano que tarde, habrá que refundar y re-institucionalizar a las Fuerzas Armadas. Este 30 de julio nos dejaron en claro que se juegan su futuro inmediato junto a Maduro y su tiranía.
Una constituyente sin pueblo. Todo este proceso constituyente, desde su convocatoria hasta su votación de este 30 de julio, deja al desnudo la ilegitimidad del régimen de Maduro. Eso lo ha entendido rápidamente la comunidad internacional, y en esa dirección debe avanzar el liderazgo político de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). El gobierno de Maduro no es legitimo, carece de base popular (debe decirse que en el 12 por ciento de los que sí votaron muchos lo hicieron bajo chantaje o coacción) y debe ser desconocido en cada acto, de forma democrática y pacífica, por la mayoría de venezolanos que apuesta a un cambio.
El acta de defunción del 30 de julio es para aquel chavismo como movimiento político; de aquel ha nacido desde este 30 de julio una tiranía madurista. Personalmente creo que estamos en la etapa final de un ciclo político en Venezuela, pero no por ser el epilogo será fácil de transitar. Nos esperan tiempos duros, tiempos de dictadura.]]>

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