Así lo manifestó el director del semanario, Xabier Coscojuela, quien afirmó que este revés es una oportunidad para aprovechar la tendencia de los medios digitales y salir con un nuevo proyecto «ambicioso y expansivo».
Recordó que Tal Cual ha estado en el país durante 17 años, desde la salida abrupta de Petkoff de la Cadena Capriles, y dijo que desde ese entonces, han estado en constante vigilancia por parte del Gobierno.
Denunció que desde 2016 solo han recibido cuatro bobinas de papel, que «equivale apenas a dos números semanales», mientras que acusó a los medios impresos afines al oficialismo de recibir papel por parte de la Corporación Maneiro, así como aquellos medios que se «han plegado a la hegemonía comunicacional».
El diario Tal Cual se une así a la lista de diarios que han dejado de circular por falta de papel, como El Carabobeño y El Impulso. Este hecho de disminución de materia prima para los medios de comunicación ha sido denunciado en diversos órganos, tanto nacionales como internacionales. Incluso, la Sociedad Interamericana de Prensa ha denunciado este hecho como un ataque a la libertad de expresión.
La Corporación Maneiro es una empresa estatal que se dedica a vender las bobinas de papel a la prensa escrita. Esto surgió como parte de una política del Estado venezolano para centralizar la venta y distribución de papel.
En un primer momento, diarios como El Universal y El Nacional se vieron perjudicados por esta medida. Compañías extranjeras enviaron bobinas para ayudar a que continuara la circulación de estos periódicos, así como otros perjudicados. Sin embargo, la dotación de bobinas fue mermando progresivamente hasta que muchos han quedado en formato digital, mientras que otros luchan por subsistir. Esto ha dado pie a que comunicadores sociales y otros trabajadores de la prensa hayan quedado sin empleo.
A continuación el comunicado:
El futuro de TalCual está aquí
Xabier Coscojuela
Se cierra una etapa en TalCual y se inicia otra con fuerza renovada. Nuestro semanario en papel llega a su fin este 2 de noviembre, para dar paso a un nuevo proyecto, ambicioso y expansivo, que promete convertirse en referencia del periodismo venezolano, ahora solamente en ambiente digital de manera ágil y novedosa. Allí están las nuevas audiencias, allí se forma la opinión pública, allí está la sociedad buscando respuestas.
En TalCual hemos reflejado lo ocurrido en el país durante 17 años, y lo vamos a seguir haciendo. Lo hemos hecho adaptándonos a los entornos, a los cambios en el consumo editorial del público, creciendo y mejorando para convencer cada vez más. Comenzamos siendo un diario vespertino en 2000, y evolucionamos al matutino hace una década. Era 2007 cuando dimos ese paso. En 2015 nos convertimos en semanario, acusando recibo de la discriminación del gobierno de Nicolás Maduro a la hora de vender el papel al mismo precio que lo hace para los medios públicos y los afectos al chavismo.
A Teodoro Petkoff y al periodismo irreverente que ha encontrado en TalCual su espacio no lo pudo callar Hugo Chávez en 1999 cuando obligó a sacar a nuestro director-fundador de la Cadena Capriles, donde llevaba las riendas de El Mundo. Menos de cuatro meses después, esta tribuna estaba abierta y plantando cara con aquél emblemático “Hola Hugo”.
Desde entonces hemos estado en la mira del Gobierno, que ha aplicado todo tipo de artimañas e ilegalidades para imponer su hegemonía comunicacional. Hemos soportado todo tipo de ataques. Desde el Seniat, pasando por el Ministerio del Trabajo hasta los tribunales han sido empleados para callarnos. Los juicios se han multiplicado ante una justicia que tiene una venda roja en sus ojos. Como todo lo anterior no fue suficiente, emplearon el corte del suministro de papel como otra herramienta para lograr la censura.
Desde septiembre de 2016 este medio apenas ha recibido cuatro bobinas de papel para poder ser impreso. Eso equivale apenas a dos números semanales. Las publicaciones chavistas sí reciben papel de parte de la Corporación Maneiro, también los medios que se han plegado a la hegemonía comunicacional. Nosotros no lo hicimos y no lo vamos a hacer.
En cambio, vamos a crecer. Con nueva página web, mayores recursos digitales, nuevas narrativas y formatos innovadores vamos a seguir llegando allí donde está el público: las pantallas. Ya tenemos 1,32 millones de seguidores en Twitter, vamos creciendo en Facebook e Instagram, informamos con nuestro canal de Telegram y somos virales en las demás plataformas. Y es apenas el comienzo.
En Internet no solo defendemos la libertad, democracia y derechos humanos, sino que los ejercemos a cabalidad. Promovemos el desarrollo económico nacional y la equidad social. Por eso dejamos de circular en papel, el pasado, para hacer periodismo combativo del presente y del futuro desde las trincheras que funcionan en el siglo XXI, frente a un gobierno anquilosado, autoritario y antidemocrático.
Nuestra oferta digital es más poderosa, variada e innovadora, con nuestros trabajos de investigación estaremos dando la pelea. Con los formatos digitales y los desarrollos web, seguiremos haciendo periodismo directo a nuestras audiencias para seguir hablando Claro y Raspao.
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