En un acto celebrado en Washington, Romero afirmó en su discurso de agradecimiento que nunca «planeó» ser activista, pero que con el tiempo se ha convertido en un «adicto» a la justicia y a la «sonrisa de la libertad», lo que le ha llevado a defender los derechos de aquellos que fueron detenidos por sus ideas.
El abogado indicó emocionado que «es un momento para la esperanza» de los «presos políticos», a los que cifró en 342 en Venezuela en estos momentos.
También denunció las condiciones en las que se encuentran estos detenidos en las prisiones venezolanas, sin suficiente espacio para hacer algo más que «levantarse de la cama y volver a tumbarse».
De igual forma, lamentó la muerte de más de un centenar de personas durante el presente ejercicio en protestas contra el Gobierno que preside Nicolás Maduro.
Romero transmitió a los asistentes las dificultades que viven los manifestantes y políticos opositores en el país sudamericano mediante casos concretos de «presos de conciencia», tal y como los definió.
«Tengo que admitir que a veces me canso, pero entonces hablo con los familiares y me dan fuerza, me doy cuenta de que me he convertido en un adicto», comentó Romero, quien incidió en que ser activista de derechos humanos «no es un sacrificio», sino una convicción.
El líder de FPV destacó que la situación vivida por los familiares de este tipo de presos les ha llevado en muchos casos a unirse a la causa y a convertirse en activistas o en asesores legales de otros afectados.
«Cuesta toda la vida una Venezuela nuestra, cuesta toda la vida vivir en libertad», agregó el activista.
Kerry Kennedy, presidenta de los premios RFK, ensalzó la labor de Alfredo Romero, al que definió como «héroe», y cifró en 10.000 los casos en los que FPV ha intercedido para la liberación de los presos.
Kennedy, hija del exfiscal estadounidense Robert F. Kennedy (1925-1968) y sobrina del presidente John F. Kennedy (1917-1963), calificó la coyuntura actual en Venezuela como una «crisis sin precedentes» y calificó al Ejecutivo chavista de «autocrático».
También asistió al acto el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien denunció que en Venezuela «cualquier persona crítica es señalada como enemigo del Estado», y que las instituciones «creadas para proteger a la gente han sido corrompidas o reemplazadas».
Los premios -a los que da nombre Robert F. Kennedy, hermano del presidente Kennedy asesinado en 1968- reconocen a personas que se oponen a la opresión en defensa de los derechos humanos y, desde 1984, se ha concedido a activistas de 30 países.]]>