Según la agencia AFP, el anuncio fue criticado por líderes opositores. «Si Maduro quiere que se resuelva la crisis económica en 2018, lo único que debe hacer es irse y permitir que Venezuela elija un gobierno honesto y eficiente», escribió en Twitter el diputado Henry Ramos Allup.
La aspiración de Maduro era previsible, pues aun con su baja popularidad (de un 15% a 20% según encuestas), es el líder chavista con mayor aprobación, señaló a la agencia de noticias francesa la politóloga Francine Jácome.
«Es el menos malo», comentó por su parte a la AFP el analista Luis Salamanca.
El mandatario también estaría buscando tomar la delantera frente a otros candidatos del oficialismo, como parte de una pugna en el PSUV.
«Había una carrera interna entre aspirantes y esto puede ser una manera de poner ‘una pica en Flandes’ (hito) y adelantarse», expresó Salamanca.
Pero incluso si surgen nuevas postulaciones, Jacóme ve poco probable unas primarias en el partido gobernante. «Se resolverá internamente», sostiene.
El anuncio de El Aissami también alimenta la posibilidad de que las elecciones sean adelantadas.
Dirigentes opositores como Andrés Velásquez y Yon Goicoechea así como la consultora Eurasia Group advierten que el gobierno planea realizar el comicio en el primer trimestre de 2018 para sacar ventaja de los reveses electorales y las fracturas de la oposición.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está dividida en torno a las negociaciones con el gobierno y la participación en las elecciones de alcaldes, de las cuales se marginaron los principales partidos alegando que no hay garantías.
– Elecciones anticipadas –
La grave crisis económica y el oscuro panorama para 2018 también llevarían al gobierno a celebrar los comicios antes de que la situación empeore.
«Pensar en diciembre de 2018 no es realista. Van a tratar de adelantarlas porque todos los pronósticos económicos son devastadores», apuntó Jácome.
Tras la caída de los precios del petróleo en 2014, el gobierno redujo drásticamente las importaciones -de las que ha dependido históricamente el país-, generándose una severa escasez de alimentos y medicinas.
El colapso económico llevó a que Venezuela y su petrolera PDVSA -que aporta 96% de las divisas- fueran declaradas recientemente en default por un grupo de acreedores y calificadoras de riesgo, ante retrasos en el pago de intereses de deuda.
Maduro busca renegociar el pasivo, que se estima en unos 150.000 millones de dólares, mientras lidia con cuatro años consecutivos de recesión y una inflación que según el FMI pasará de 2.300% en 2018.
Expertos aseguran que el mandatario podría optar por un default selectivo para financiar su campaña y proyectar una imagen de recuperación, lo que sin embargo expondría al país a embargos y demandas.]]>