Incertidumbre y abstención marcaron la jornada electoral en Baruta

La tendencia en Baruta se torna imprecisa. La división que la oposición presenta, más la escasa presencia de los partidos en la propaganda habitual, es un factor clave para la sensación de que el chavismo se apodera de sus bastiones emblemáticos.  Precisamente en el casco central, la tolda roja estaba apoderada de la movilización y de la certeza de que, finalmente, “un cambio” se produciría a raíz de la probable victoria de la candidata del PSUV, Georgette Topalian.  

Los testimonios de los sectores populares aledaños al centro de Baruta y del sector Las Minas manejaban la aseveración. Puntos rojos en plena plaza demostraban una eficaz movilización a favor del PSUV. Lo que siempre se maneja es que el oficialismo sabe muy bien cómo transmitir la seguridad de que van ganando. Lo incómodo, probablemente, es que sea precisamente en un municipio donde siempre la gran ventaja la tiene el antichavismo. 

A la hora señalada, en plena Plaza Bolívar, el burgomaestre saliente, Gerardo Blyde, no resultaba muy bien ponderado en materia de eficiencia. Por ello los presentes auguraban una inédita victoria en Baruta. 

Testimonios como el de José Quiñones hablan de la mala gestión del actual alcalde en sectores rurales del municipio como Hoyo de la Puerta. “Qué quieres que te diga. No hay agua, hay huecos, todo está oscuro. Es hora de un cambio.” No era el único que auguraba una victoria del oficialismo. Graciela Villalobos, también presente en la plaza, aseguraba que la oposición ya no existe y se identificaba plenamente con la candidata roja. 

“Lamentablemente el señor alcalde actual no le ha metido la mano al pueblo de Baruta”,  afirma el señor José, mientas que, alrededor, los toldos rojos se mantenían bastante ocupados con asuntos del CLAP o del Carnet de la Patria no muy bien especificados.  Se podría presumir que estaban tomando de nota de quién fue a votar a favor. 

“Estamos trabajando para que haya un cambio en Baruta desde hace meses. Mientras que antes pegábamos gritos y propaganda, hoy en día tenemos una organización casa por casa llamada CLAP . Con eso cambiamos el sistema de manejar la política. Ya nosotros sabemos cuántos votamos en el barrio. Ahora sí. Esa es la política que debe existir en una revolución. El voto es secreto, pero la manifestación política  no lo es.” Así lo considera el baruteño Tulio Marín, militante del proceso revolucionario. 

La impresión es que la gente no fue a votar y voceros como David Uzcátegui manejan datos de participación que bordea sólo un 30% en Baruta. Ese espectro crea un extraño espejismo: el Gobierno gana. Aunque todo está por verse.

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