El diario argentino La Nación le realizó este 27 de junio una entrevista al expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, con el fin de indagar un poco más en las apreciaciones del político acerca de la crisis que atraviesa Venezuela.
«A todos aquellos que desconocen las elecciones, que solamente aprueban sanciones, la pregunta es cuál es la alternativa», advirtió Rodríguez Zapatero, que se encontraba de visita en Buenos Aires para una exposición junto con el gobernador socialista de Santa Fe, Miguel Lifschitz.
A lo largo de la entrevista, el político español aseguró que tiene una buena relación con la mayoría de los partidos de la oposición y con sus líderes, a pesar de que tiene «diferencias importantes» con el coordinador nacional de Primero Justicia, Julio Borges.
«Mantengo una relación más que razonable con la Acción Democrática, con la nueva concertación que ha surgido de la candidatura de Henri Falcón, y también tengo una relación buena con Leopoldo López», especificó.
De hecho aseguró que «desea» la libertad plena del coordinador nacional de Voluntad Popular.
Con respecto a los actores del chavismo dijo que tiene «una facilidad de diálogo» con el presidente de la República, Nicolás Maduro, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, con quienes asegura conversar «casi a diario».
Sin embargo, tomó en cuenta que los informes emitidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con respecto a las violaciones de derechos humanos le «parecen bien» porque es el un defensor de los mismos.
Para leer la entrevista completa, dar click aquí.
"Le ha tomado el pelo a una nación de 48 millones de españoles y yo no participo en esa forma de entender la política", dijo Alberto Núñez Feijóo, que lidera a la oposición
Se entiende perfectamente que en la narrativa opositora se haga énfasis en la llave Edmundo-María Corina. Pero el candidato a veces envía mensajes confusos: ¿no se acostumbra al nuevo papel o es estrategia?
Dos meses han pasado desde que el gobierno de Maduro expulsó a la oficina de ONU-DDHH. Entonces, el chavismo consideró a sus representantes "un bufete particular de golpistas y terroristas". Ahora les "reabre" las puertas y dice colaborará a pesar de las diferencias
