El presidente Nicolás Maduro aseguró que no hay posibilidad de que existan gobiernos extranjeros "que desconozcan la voluntad del pueblo", esto en referencia a la amenaza de varias naciones de retirar sus embajadores de cara a la toma de posesión del 10 de enero en repudio a los comicios del 20 de mayo de 2018, que muchas naciones y sectores de la oposición califican de "simulacro electoral".
Así lo manifestó Maduro en una entrevista difundida el 1 de enero de 2019, que fue concedida al periodista Ignacio Ramonet, a quien le dijo que la Constitución se ha venido respetando de forma «impecable» en los últimos 19 años.
«En Venezuela la decisión no la toman gobiernos extranjeros (…) Aquí no estamos ni intervenidos, ni somos tutoreados por Norteamérica o Europa», resaltó.
Se refirió al «atentado» del 4 de agosto de 2018, que afirma se llevó a cabo para «asesinarlo». Insistió en que fue «orquestado» desde Colombia bajo la anuencia del expresidente Juan Manuel Santos y con el aval de Estados Unidos, a través de la figura de John Bolton, secretario de Seguridad de la Casa Blanca y apoyado por el diputado a la Asamblea Nacional, Julio Borges.
Alertó que al ser calificado de «dictador», se abre la justificación para llevar acciones en su contra y en detrimento de Venezuela.
Para Maduro, la «atomización» de la oposición y la disolución de la llamada Mesa de la Unidad es porque «no piensan con cabeza propia» porque, según su opinión, dependen de las decisiones que se tomen desde Bogotá y Washington. A su juicio, eso quedó evidenciado en los encuentros de diálogo que cesaron a principios de 2018.
«He llamado al diálogo más de 400 veces. Todos aquellos sectores de oposición que quieran dialogar, estoy de brazos abiertos (…) Estoy seguro que más temprano que tarde se instalará un diálogo diverso. Voy a trabajar para que en 2019 haya un diálogo fructífero que permita reconstruir a la oposición y así tener paz», dijo.
Respecto al plan económico, destacó que el principal objetivo ya se logró: que es tener las «riendas» del mismo para poder generar políticas de protección del empleo y del ingreso de los trabajadores. Sin embargo, destacó que continúa su «batalla cruenta» contra las sanciones internacionales que pesan sobre el país «y que le han hecho perder a Venezuela cerca de 20 mil millones de dólares».
Comparó esa «persecución» con la que hiciera el exdictador de la Alemania Nazi, Adolfo Hitler, al pueblo judío y espera que con las «grandes sorpresas» que traerá su plan en 2019, como la elevación de la producción de petróleo y minerales, le permita «liberarse» de las mismas.
Dijo que América Latina es un «territorio en disputa» y que a pesar de la llegada de la ultraderecha a varias naciones como Brasil, en donde Jair Bolsonaro asumió el martes como presidente, «se le pone en bandeja de plata el poder de Brasil en Latinoamérica al servicio de las trasnacionales de EEUU», habrán movimientos sociales más radicales para hacerles contrapeso.
«Los proyectos de la derecha en América Latina son inviables», sentenció.]]>
Los partidos de oposición tienen una larga lista de desaciertos, pero no es el gobierno quien lleva esa cuenta y se encarga de recordárselos, al menos no directamente. Esa tarea pareciera ser exclusiva de Antonio Ecarri y de “lojanalistas”, quienes no solo coinciden en las críticas hacia María Corina Machado, sino también en varios elementos de un discurso que aquí intentamos identificar
"Le ha tomado el pelo a una nación de 48 millones de españoles y yo no participo en esa forma de entender la política", dijo Alberto Núñez Feijóo, que lidera a la oposición
Se entiende perfectamente que en la narrativa opositora se haga énfasis en la llave Edmundo-María Corina. Pero el candidato a veces envía mensajes confusos: ¿no se acostumbra al nuevo papel o es estrategia?
