Venezuela

Chavismo apuesta a una oposición dividida para convocar elecciones de la AN

Diosdado Cabello preside una comisión que presuntamente hará consultas populares sobre la pertinencia de los comicios que deben realizarse en 2020. El analista Ricardo Sucre Heredia advierte que la oposición se dividirá entre acudir o no a los comicios, mientras Luis Enrique Alcalá cree que el chavismo perderá igual con el mismo CNE y las actuales condiciones electorales.

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Texto: José Luis Carrillo | Fotografía: AVN

El pasado 12 de agosto, la asamblea constituyente creó una comisión para realizar consultas populares sobre la necesidad de adelantar las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional (AN-Parlamento), que corresponde realizar en 2020 y que tradicionalmente se realizan al final del año en que están previstas, toda vez que el período parlamentario se inicia constitucionalmente en el mes de enero para un ciclo de cinco años.

No es la primera vez que el organismo toma esta decisión, ya el 5 de febrero de este 2019 conformaron una comisión con el mismo objetivo, comandada entonces por el constituyente Darío Vivas, a quien el presidente de la constituyente, Diosdado Cabello requirió: «Debemos hacerlo a la brevedad posible y organizado». Sin embargo, en esta nueva oportunidad, el accionar del mecanismo parece firme, toda vez que es ahora el propio Cabello quien presidirá la instancia que hará las consultas y llevará las propuestas a la plenaria y porque es la respuesta del chavismo a la presión que en su contra ejerce la administración de Donald Trump con las nuevas sanciones a personas, Estados y empresas que hagan negocios con el gobierno de Nicolás Maduro.

Esto parece evidenciar que el chavismo ya ha asumido definitivamente la estrategia y puede estar evaluando que la oposición, que tiene mayoría en la actual conformación del Poder Legislativo, atraviesa serias dificultades luego de la inhabilitación de sus principales figuras, la ilegalización de partidos emblemáticos como AD; PJ, Voluntad Popular y UNT, y mientras 37 de sus diputados se encuentran exiliados, detenidos o refugiados en embajadas por tener procedimientos judiciales en contra. De hecho, mientras se desarrollaban las conversaciones entre gobierno y oposición, primero en Oslo, Noruega y luego en Barbados, el propio Maduro declaró que deseaba que se realizaran los comicios parlamentarios.

Aunque diversos sondeos de opinión, como el más reciente de la firma Datanálisis, muestra números poco favorables para el chavismo ante una posible contienda comicial, el hecho de que el sector gubernamental se mantenga unido y haya concurrido a anteriores procesos, al contrario que sus adversarios políticos, que no acudieron a los procesos realizados en 2017, como la elección de la constituyente, y en 2018, la adelantada de presidente de la República, abre la posibilidad de que el chavismo cambie la correlación de fuerzas de la AN o que logre la totalidad de las curules si la oposición decide no participar, con lo que cesaría el choque de poderes existente desde hace cuatro años. Posibilidades que hacen surgir interrogantes sobre los escenarios políticos que se abrirían luego que los más de 50 países que no reconocen a Maduro se queden sin la principal institución que apoyan y reconocen en el país, que actualmente está aglutinada en torno del presidente del Poder Legislativo, Juan Guaidó.

Para dilucidar algunas de estas interrogantes, El Estímulo conversó con el analista político Ricardo Sucre Heredia y con el profesor de la UCV Luis Enrique Alcalá, quienes coincidieron en que parece un hecho que, probablemente en los primeros meses de 2020 se realice la elección de los diputados y se abra camino a una nueva AN que podría estar dirigida por el chavismo.

Constitucional

Para el politólogo Ricardo Sucre Heredia, el gobierno busca tener una mayor una presencia en la Asamblea Nacional que la que consiguió en 2015, e incluso obtener la mayoría, con el objetivo de disminuir o hacer cesar ese “ruido” que existe al tener en contra uno de los principales Poderes Públicos.

“Adelantar las elecciones parlamentarias para el gobierno fue una meta; siempre ha estado presente, desde el año pasado, con el tema de las sanciones y el rechazo de la comunidad mundial, ya que muchas de las sanciones condicionan la suspensión de las mismas a que exista una normalización con la Asamblea Nacional. Así que desde ese momento el gobierno comenzó a hablar de adelantar las elecciones. La primera opción que tenían era hacerla este año, pero creo que sopesaron los riesgos, que serían muchos y adoptaron la estrategia de llevar el tema pulseado, poco a poco, manejando el conflicto. La meta se canalizó en Oslo (Noruega) y en Barbados. No sé cuál sería la propuesta del gobierno; la oposición habrá pedido elecciones presidenciales, pero pienso que esto se canalizó por vía de las negociaciones y salió un poco del discurso y ahora el gobierno dice ‘nos volvieron a sancionar y esas sanciones tienen unos efectos importantes’ y creo que el gobierno aprovecha la oportunidad de las sanciones para retomar la meta”, expresó.

El profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) cree que se trata de una decisión en firme y estima que los comicios pudieran realizarse en el primer trimestre de 2020, luego que se den a conocer los supuestos resultados de las presuntas consultas que la constituyente anunció que realizará. “Se trata de legitimar esa decisión y no mostrar que no fue la cúpula la que lo decidió. El gobierno trata de darle un barniz, decir que es una decisión colectiva, de las bases”, acotó.

Por su parte, el sociólogo Luis Enrique Alcalá coincide con Sucre Heredia en observar que en esta oportunidad se trata de una decisión en firme por parte del gobierno. Sin embargo, cree que el resultado de la acción no tendrá mayores efectos sobre la actual diatriba política que tiene sumido al país en una crisis económica y social que salvo por la experiencia de la Guerra Federal no tiene precedentes.

“Vamos primero a tener claro lo siguiente. Eso puede hacerse (adelantar las elecciones), en el sentido de que la fecha de la votación no está pautada constitucionalmente, que es como el caso de la elección de (Nicolás) Maduro del 20 de mayo de 2018. Sí va contra la costumbre, que ha sido un poco laxa porque se producía en los meses de diciembre, pero en la última que participó (Hugo) Chávez fue en octubre. Así que no se estaría violando la constitución. En segundo lugar, eso no significa que la actual Asamblea Nacional deja de funcionar. Lo que no puede hacer la constituyente es alterarle ni una coma a la Constitución, que no está suspendida mientras opera una constituyente. Así que el período termina en enero de 2021”, advirtió el también docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Precisó que, desde el punto de vista de eficacia, solo es un intento más de molestar y fastidiar, porque a su juicio, desde el punto de vista práctico no debería tener mayor efecto. “Esa señal de que (los diputados de la oposición) tienen el agua al cuello, que se le va acabar el período, no se estaría dando nada. Es parte de este forcejeo, de los insultos que van para acá y para allá todo el día”, aseveró.

Cartas bajo la manga

Ricardo Sucre Heredia advierte que, aunque los principales sondeos de opinión reflejan un rechazo de la gestión de Nicolás Maduro e indican pocas probabilidades de triunfo para el chavismo en cualquier justa electoral, el gobierno, valiéndose de la constituyente, tiene algunas cartas que jugar, cambiando las reglas del juego para aumentar las posibilidades de salir bien parado de unos comicios parlamentarios.

“Acuérdate que estamos en una dinámica donde las encuestas realmente no miden; pero no en el sentido de que estén mal hechas, sino porque tienes una situación política que hace eso que proyectan no necesariamente se dé así. El sistema (para elegir diputados) que tenemos es mayoritario, no proporcional, pero no sabemos qué puede decir el gobierno sobre eso. A lo mejor puede pedir un sistema proporcional; la constituyente podría cambiar una ley, o pueden hacerlo a través del Consejo Nacional Electoral. Pueden apelar a la propia situación del país, donde en todos los estados fronterizos, Zulia, Táchira, la oposición está desanimada, y muchos electores no van a ir a votar y el chavismo movilizado puede hacer una diferencia, aunque en términos de intención de voto no la tenga.

El docente resaltó que el chavismo es una fuerza que cuenta por lo menos con un 20% de adhesión, cifra que puede subir 10 o 15% más en una elección, al ellos movilizar su gente y los opositores no. “Creo que va a aplicar lo que aplicó en 2017 y 2018, dicen ‘creo que con un 35, 40% de capacidad de movilización puedo derrotar a una oposición que seguramente en ese tema se va a dividir’”, indicó.

En este sentido, el analista considera que la oposición verdaderamente se va a dividir entre los que van a participar y los que no. “Es obvio que el grupo (de María Corina) Machado va a decir que no hay que ir a votar porque eso (la elección) es trucado, y no sabemos qué va a decir el grupo (de Juan) Guaidó. Si nos atenemos a la lógica que mantiene hasta ahora, deberían abstenerse, y el gobierno puede estimular a grupos que no son de ellos a que se lancen (como candidatos) también”.

Añadió que no sabe si el chavismo puede definitivamente lograr la mayoría, pero que sí puede cambiar la correlación actual de fuerzas que es de 112 diputados a 50 y tantos.

Sobre las posibilidades electorales, Luis Enrique Alcalá citó el más reciente estudio divulgado por la firma Datanálisis recientemente, que refleja que todo el aparato político nacional tiene rechazos superiores al 50%, inclusive la Asamblea Nacional, que obtuvo un 59.1% de valoración negativa; el CNE, con 80% rechazo; el PSUV con apenas 12,6% positivo y la MUD 25% positivo.

“Es todo el aparato político lo que está profundamente desacreditado, de un color o de otro. Que la constituyente va a hacer consulta popular; bueno, dirán que lo hicieron en Caripe y allá le dijeron que sí, pero lo que no se atreven nunca ninguno de los dos lados es convocar un referendo para que el pueblo decida”.

Con tales valoraciones, Alcalá estima que el chavismo no puede ganar las elecciones. “La MUD, con su 25% lo duplica. Tampoco es que es una maravilla, tiene 75% en contra, pero desde el punto de vista de planchas de un lado y del otro le ganaría al PSUV”.

El politólogo aseguró que todo ese debate forma parte de un teatro. “Hay una cosa que se olvida. La AN (actual) se inaugura el 5 de enero de 2016 diciéndole a Maduro, ‘le damos seis meses para ver cómo hacemos para cesar su gobierno’. Desentierras el hacha de guerra desde el primer día, y a partir de ahí solicitas la activación de la Carta de la OEA; (Julio) Borges intentó que Maduro había abandonado el cargo. Toda esa parte se olvida. Tenemos una guerra de poderes cuando la Constitución, al revés, con el artículo 136, establece que los Poderes constituidos colaborarán entre sí a los fines del Estado, así que es la obligación de ellos. Hemos tenido este escenario, Maduro es electo y Capriles pasó un año llamándolo el ilegítimo. Cuando vinieron las elecciones municipales, María Corina y Leopoldo López y Blanca Rosa Mármol querían una constituyente para destronar todos los poderes, es decir, la misma imagen de que la constituyente es una especie de guillotina, estamos en esa guerra donde ninguno de los problemas del país se ha resuelto”, lamentó.

Estrategias

Dando por hecho que se adelantarán las elecciones, surge la interrogante de si la oposición continuará con su línea de no participar por considerar inconstitucionales los dictámenes de la asamblea o si por el contrario buscará repetir la experiencia de diciembre de 2015.

“Si la oposición debe ir o no a las elecciones, la verdad, es una pregunta sumamente difícil. No lo tengo claro. En principio soy pro ir porque son espacios. La abstención de la oposición es como cuando una persona que ha tenido un accidente y no ejercitó un músculo lo tiene paralizado, ha dejado de utilizar el músculo electoral y por eso el gobierno también se siente más confiado”, apuntó Ricardo Sucre Heredia.

Añadió que la oposición ha ido abandonando espacios y que, dada la situación de crisis, es posible que el gobierno tenga mayor presencia fuera de Caracas, hablando organizacionalmente. “Pienso que en un estado donde no hay luz, agua, etc. la oposición ha abandonado eso. El problema que tiene la oposición es que tiene que decidir. Su gran análisis tiene que ser en dos puntos, ¿la abstención puede producir quiebre? Hasta ahora no lo ha hecho. La primera vez fue después de las regionales y también tienes el antecedente de 2005 con una abstención de 75%, aunque si se hace ahora la abstención va a ser menos”.

Insistió en su análisis en que la pregunta que se tiene que hacer la oposición es si puede producir la abstención el quiebre que se desea para el gobierno, algo que ahora puede tener mayores posibilidades por las sanciones de EEUU y la Unión Europea. “Lo otro es si participamos, que no van a ir todos, y el grupo Machado influye, porque ya ella no tiene el tres por ciento de antes, ahora tiene peso. Entonces la reflexión es ¿si participamos podemos repetir un escenario similar a 2015? Si creen que lo pueden hacer yo te diría participa.

En este punto, el docente lamentó que se hayan suspendido las conversaciones de Barbados, porque pudo haberse llegado a un acuerdo donde, como quiere el gobierno, se vaya a elecciones adelantadas de la Asamblea Nacional, pero la oposición podía aceptarlo con la condición de que si se repite la experiencia de 2015 se vaya a unas presidenciales o a un gobierno de transición.

“Las preguntas son ¿si nos abstenemos quebramos? Y ¿si participamos ganamos?”, insistió.

Alcalá, a su vez, es enfático al asegurar que él acudiría a la contienda electoral. “¡Claro, por supuesto que acudiría! La matriz de opinión de fraude fue sembrada por María Corina Machado luego del referendo revocatorio de 2004. Cuando le pagó a Ricardo Hausmann, que fue el primer venezolano en recomendar la invasión militar de Venezuela, para presentar un estudio que era un bodrio que no demostró absolutamente nada del fraude. Segundo, porque de la Asamblea Nacional, que dice que es el único poder legítimo, quien proclamó la victoria de los 112 diputados fue el mismo CNE presidido por Tibisay Lucena. ¡Ah! que nos quitaron los diputados de Amazonas, pero hubo nueve recursos a los cuales a siete se opuso de oficio el propio CNE, pero eso no se cuenta. Después tienes el hecho de que cuando era 2007, Chávez, que viene de darle una paliza a Manuel Rosales, que ganó en Maracaibo pero perdió en el resto de los municipios del país, se siente envalentonado y quiere establecer el socialismo, y quien presidía el CNE el 2 de diciembre de 2007, cuando el referendo sobre la reforma constitucional, era la misma Tibisay, que le dijo al comandante galáctico ‘usted perdió el referendo constitucional’”.

Alcalá acepta que hay abuso y ventajismo por parte del gobierno, pero estima que lo del fraude no lo ha demostrado nadie, y recalca que si se tiene una participación masiva, la inclinación del electorado es inocultable. “Puedes negociar mejores condiciones, observación extranjera, y necesitas hacer el teatro de que no le comes cuento al gobierno, pero tenemos 17 años de diálogo. Es falta de imaginación estratégica e ineptitud básicamente”.

Contradicción

Incluso alcanzado un acuerdo, queda la duda sobre la capacidad que tiene la oposición de motivar a los electores a participar en una contienda de diputados a la AN. A este respecto, Sucre Heredia advirtió sobre la contradicción que pueden percibir los seguidores de la oposición.

“El mayor hándicap va a ser las condiciones. Qué va a decir la gente de oposición. En enero prometieron una transición y ahora vamos a ir a unas elecciones con las mismas condiciones. Eso va a caer como un balde de agua fría”, pronosticó.

No observa sin embargo, que haya menores posibilidades de triunfo al tener la oposición dirigentes exiliados, encarcelados o refugiados en embajadas. “Con Guaidó sacaron a una figura. ¿Quién lo conocía antes de eso? El mayor hándicap, insisto, es cómo decirle eso a su gente. También tienen que consultar con sus países aliados, a lo mejor EEUU les dice que no vayan. Lo otro es su público, que estaría esperando que le digan ‘nos abstenemos’ pero si dice ‘participa’ va a ser una bomba. Algunos van a comenzar a decir ¿nos traicionaste’”.

Alcalá, a su vez, no ve que las contradicciones, ni las dificultades de liderazgo, ni la falta de garantías para una elección totalmente transparente, auguren una derrota para la oposición. “Para elecciones específicas de AN la oposición puede meter más diputados que los del PSUV. Eso no significa que la (diferencia de la) votación va a ser muchísimo, significa que puede haber campo, como la hay desde hace una década, para terceras opciones”.

Recordó que ya en mayo de 2015 la encuestadora Datincorp preguntó a los ciudadanos ¿usted cree que las soluciones del país van a venir de? Y 17% dijo que del oficialismo, 18% de la oposición y 56% de nuevos liderazgos, y esos nuevos liderazgos no se han materializado.

Partida trancada

Si la oposición no acude, o va dividida, entonces el chavismo puede llegar a lograr la mayoría de la AN, pero entonces lo más probable es que continúe la diatriba política con la oposición desconociendo resultados y parte de la comunidad internacional rechazando a las nuevas autoridades electas, con lo que la situación continuará igual que ahora, pero la otra posibilidad es que la jugada del chavismo desmotive a parte de la comunidad internacional que actualmente considera ilegítimo al gobierno de Nicolás Maduro.

“Ahí va a depender de cómo se desarrolle eso. Hasta ahorita las reacciones a lo que ha dicho Cabello no me han parecido muchas ni fuertes. Solamente he visto (rechazo por parte de) Colombia, EEUU, la Unión Europea y el Grupo de Lima; pensaba que habría una reacción más coordinada y fuerte. A lo mejor el gobierno le dice a Tibisay Lucena ‘apártate de aquí un momento, tómate un descanso’ y pone una cara nueva, que sea del gobierno pero no caiga mal, así que refrescaste el CNE un poco”, precisó Sucre Heredia.

Prosiguió el analista indicando que, en este caso, la reacción internacional va a depender, uno, de cómo se desarrolle el proceso desde que se convoquen las elecciones. “El gobierno creo que va a evitar situaciones de compromiso. A lo mejor quitan las cadenas y tratan de hacer unas elecciones que parezcan normales. No van a venir los observadores internacionales que nos gustaría, pero a lo mejor se logra que venga la ONU. Si se hace más o menos bien, hay cierta competencia, muchos países van a decir ‘no es lo que queríamos, este tipo manipuló todo, pero lo hizo de una manera tan elegante que no podemos decir nada. El pueblo fue a una elección que ya estaba prevista’. Lo segundo es ¿cómo será ese Parlamento? Los países van a decir ¿el país está estable? EEUU creo que no van apoyar porque es un punto de honor, pero igual van a observar un poco y planificar su estrategia. A lo mejor a los 15 días o un mes dicen que no la reconocen (a la nueva AN) y dicen que Guaidó sigue siendo el presidente interino”.

A juicio de Sucre Heredia, lo que el gobierno tiene que preguntarse es “¿puedo mantener la vida del país en esta circunstancia? ¿puedo vivir con China Turquía, Rusia y lo que están trayendo los privados? ¿puedo mantener un sistema así?”.

“El gobierno no resuelve nada con esa decisión de adelantar las elecciones –sostuvo por su parte Luis Enrique Alcalá-. Quiero insistir en que quien puede destrancar el juego es el soberano. Es el único poder supraconstitucional. No le puedes decir al pueblo, si quiere elecciones en diciembre de este año de AN, que no (las vas a hacer). La Constitución sigue vigente, el único poder que puede ir contra algo establecido en la Constitución es el pueblo”.

En ocasión del inicio del diálogo en Noruega, Alcalá planteó que se buscara un acuerdo para consultarle al pueblo si quiere realizar elecciones de diputados a la Asamblea Nacional y de presidente de la República, y que se hiciera según ordenara “el soberano”.

En opinión del analista, hace años que debía haberse hecho una consulta a los electores y por ello culpa a la renuencia a consultarle a la población de que el juego político siga trancado.

“Mientras no consultes al pueblo lo que estás haciendo son poses. Esperemos que la racionalidad termine por imponerse y que el pueblo comience a exigir, no me llames a marchar o protestar llámame a mandar, a decidir”.

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