«Estoy a la espera de mi jubilación. el sueldo no me alcanza ni siquiera para pagar el pasaje para ir a trabajar. También hablo por mis colegas, estamos en la ruina. También en la calidad de docente, porque nos estamos preparando como se hacia antes. Ya uno no se puede ni pagar un postgrado», dijo Eriana Ferra a El Estímulo.
Agregó que las condiciones de trabajo son terribles en la escuela donde trabajo «no hay luz ni agua». «Por ejemplo, nuestros alumnos prácticamente han dejado las aulas por hambre, porque ellos también tienen nuestras mismas carencias».
Teresa García, por su parte, manifiesta que no se quiere ir del país y mucho menos ahora que hay tantas noticias sobre xenofobia en contra de venezolanos en varios países de Suramérica.
«Tengo hijos y me cuesta mantenerlos. El sueldo de mi esposo es lo único que medio nos ayuda. A parte de dar clases, vendo medias y ropa interior para poder subsistir pero ya mis hijos no tienen zapatos y los que aun usan ya no les quedan porque están creciendo. Eso me parte el corazón», dijo.
Los docentes anunciaron que seguirán en actividades de protesta en sus unidades educativas para seguir ejerciendo presión a las autoridades pertinentes.