Venezuela

Venezuela sigue siendo el país más violento de América Latina

16.506 muertes violentas se registraron durante 2019 en Venezuela, según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia. La tasa de homicidios es de 60,3 por cada 100.000 habitantes.

Personas frente a la Morgue de Bello Monte en Caracas. Venezuela sigue siendo uno de los países más violentos del mundo
EFE
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Por lo menos 16.506 muertes violentas se registraron durante este año en Venezuela, según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia. La tasa de homicidios es de 60,3 por cada 100.000 habitantes, lo que representa 21 puntos porcentuales menos que en 2018 pero aún es la más alta de América Latina.

El observatorio, que realiza cada año un informe sobre la situación de violencia junto a ocho de las principales universidades del país, explicó que pese a que los homicidios bajaron por tercer año consecutivo, Venezuela sigue siendo la nación más violenta de América Latina y quizás del mundo.

El estado menos violento superó en homicidos a México

Uno de los coordinadores regionales del Observatorio Venezolano de Violencia, Carlos Mélendez, el estado menos violento del país, Mérida, al oeste de Venezuela, tiene una tasa de 31 homicidios por cada 100.000 habitantes. Sin embargo sigue superando en violencia a países como Colombia o México con una tasa de 25 y 29 muertes violentas, respectivamente.

El descenso de la tasa de homicidios, explicó la ONG, se debe a la situación de crisis humanitaria del país, la destrucción generalizada de la actividad económica, el incremento del control territorial de las bandas del crimen organizado, la emigración de los delincuentes y la reducción de las personas en el espacio público.

Entre las más de 16.000 muertes violentes, hay 6.588 homicidios cometidos por los delincuentes y cuya tasa es de 24 víctimas por cada 100.000 habitantes.

18 estados con epidemia de violencia policial

“Se registraron 5.282 muertes por resistencia a la autoridad, en su mayor parte son homicidios cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado, por el uso excesivo de la fuerza o por ejecuciones extrajudiciales», siempre según los datos del Observatorio.

La tasa de violencia policial duplica el umbral establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y es de 19 por cada 100.000 habitantes y en 18 de las 24 entidades federales del país hay una epidemia de violencia policial, aseguró el director del observatorio, Roberto Briceño León, a través de una transmisión vía Skype.

Según dijo, después de que la alta comisionada de derechos humanos para las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, presentara en julio su primer informe sobre la situación en Venezuela y denunciara las ejecuciones extrajudiciales, en el país se han registrado 2.698 fallecidos por la acción policial letal.

“Cien víctimas por cada semana”, agregó.

Pese a ello, la cantidad de muertes por resistencia a la autoridad es menor que la registrada el año pasado cuando se contabilizaron 7.523.

Entre los más de 16.000 homicidios también se cuentan 4.622 muertes de intencionalidad indeterminada registradas oficialmente como averiguaciones de muerte, pero que también en su mayor parte son homicidios.

«Es difícil para nosotros decir que las cifras son exactas en cualquier caso las cifras son mayores y no menores», dijo Briceño León.

El Observatorio Venezolano de Violencia realiza este informe con base en los registros del observatorio de prensa, encuestas de muestreo y cifras agregadas extraoficiales que, aseguran, levanta el Ministerio de Interior.

Suicidios en aumento

En el estudio se destaca también la tasa de suicidios que, según León, se incrementó en los últimos tres años y que la ubica entre 9 y 10 por cada 100.000 habitantes.

Los suicidios, indicó, también se relacionan a las condiciones de vida que hay en el país.

«Nunca se había alcanzado una tasa de suicidios como la de la actualidad», apuntó.

La ONG también informó sobre la incidencia de la delincuencia y la violencia en la actividad de los comerciantes y de los productores, quienes han tenido que reducir sus viajes, cambiar sus rutinas y hasta crear grupos de autoprotección o pactar con alguna banda criminal para poder realizar sus traslados en las carreteras y vías del país.

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