Venezuela

Mendigar para poder comer: así es la infancia de María y Marilyn

Solo tienen 8 y 12 años y tienen que salir, cada día, a buscar agua y luego a pedir algo que comer. Contamos su historia que es la misma de miles de niños venezolanos

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maria y marilyn

Maria y Marilyn (nombres ficticios) son dos primas de 8 y 12 años. Junto con otros familiares viven en una destartalada casa en la barriada El Guarataro del municipio Libertador, en Caracas. En su paupérrima infancia solo han aprendido a arañar la sobrevivencia, a buscar cada día algo para comer.

Las niñas estudian tercero y quinto grado en una escuela cercana a su comunidad. Les gustan los juguetes, la música, bailar, la ropa nueva, el chocolate y hacerse peinados bonitos en sus largas caballeras.

Marilyn sueña con ser policía o abogada. Maria se inclina por la educación y las artes. Quiere ser una cantante y bailarina famosa “como esas que salen en la televisión”.

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Son niños llenos de sueños y con los mismos gustos de cualquiera. Pero necesitan apoyo para salir adelante. Foto referencial de Daniel Hernández

Estas dos pequeñas venezolanas podrían llegar a cumplir sus sueños, pero solo con apoyo que les permita cambiar el ritmo de vida que actualmente tienen. Están sumergidas en una situación de pobreza extrema que viola sus derechos infantiles como la alimentación, vivir en una casa digna y tener seguridad personal.

Todos los días, las dos niñas van desde El Guarataro hasta El Paraíso, una zona de clase media, más acomodada que su barriada para pedir comida. Las acompaña Yuleima C., madre de María y tía de Marilyn, y quien se moviliza en silla de ruedas.

Si no lo hacen, no comen.

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Muchos niños venezolanos se ven obligados a pedir en la calle para llevarse algo a la boca. La infancia venezolana no es fácil. Foto: Daniel Hernández

Las tres juntas visitan panaderías, abastos y ferias de comida. El ruego siempre es el mismo, que les regalen víveres o comida ya preparada.

Dicen que siempre hay un alma caritativa, que les entrega algo de comida. Pan es lo que más les dan. A veces tienen mucha suerte y les dan un poco de queso.

Recordaron que hace unos días, “un buen comerciante” les regaló una bolsa con pellejos de pollo. Les sirvió para el almuerzo del día.

Después del mediodía se instalan afuera del centro comercial Plaza Páez para buscar más comida que llevar a casa. Allá los espera un hermanito de 7 años y su mamá de 23, que está desempleada.

Es la comida, el agua, las clases…

Como si buscar la comida diaria no fuera suficiente, antes de pedir en la calle, las dos niñas deben salir a buscar agua. Desde hace años su precaria casa no recibe el líquido por las tuberías.

Esta es una situación que se repite en prácticamente todas las barriadas de Caracas. Los niños, sus padres y sus abuelos, deben buscar agua siempre para poder asearse, cocinar, beber y mantener la higiene del hogar.

infancia paupérrima
Los niños de todas las barriadas de Caracas deben buscar y cargar muchos litros de agua para llevar a sus casas

Según cuenta Yuleima, con la infancia que viven, a las niñas les resultó muy difícil terminar el año escolar:

«Las maestras mandaban las tareas por whatsapp o por correo electrónico pero si en casa no tenemos ni para comer, ¿cómo vamos a tener computadora o teléfono?»

“En muchas oportunidades, solo nos bañamos con agua de un balde, sin champú ni jabón porque no podemos comprarlo», dice Yuleima.

La madre y tía de las pequeñas asegura que son muchos los niños de la calle que deambulan por El Paraíso. «A veces, si me dan bastante comida, la comparto con ellos».

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En El Paraíso deambulan muchos niños sin hogar. Foto: Daniel Hernández

Dice que sueña con algo mejor para sus niñas y su sobrino más chiquito.

«Yo quiero un mejor futuro para ellos, pero no tengo cómo dárselo. Hemos pedido ayuda a distintas organizaciones. Nadie nos responde. Los bonos que dan por el Carnet de la Patria (mecanismo de donación de Nicolás Maduro) no nos llegan. Solo me queda pedirle a Dios que me ayude con el bienestar de las pequeñas”, dijo Contreras.

La historia de Maria y Marilin se repite en Caracas y en el resto del país donde hoy, domingo 19 de julio, se celebra el Día del Niño. La infancia venezolana tiene poco que celebrar y mucho que reclamar.

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