El pasado jueves 7 de marzo un apagón nacional dejó sin servicio eléctrico al país por al menos cinco días. A pesar de haber dado la noción de que esto era cuestión del pasado, este lunes 24 de marzo, la perpetua oscuridad volvió, y con ella una rutina de contingencia a la que el venezolano no desea acostumbrarse.
Los afectados no fueron solamente los hogares, comercios, industrias y hospitales sino también las personas que salían en busca de provisiones para sobrellevar la oscuridad: velas, carbón, yesqueros y enlatados que, aunque no parezcan artilugios difíciles de adquirir, en estas condiciones es únicamente posible obtenerlos con el inexistente efectivo, sea en bolívares o divisas.
Dada la escasez de bolívares en efectivo que ha afectado al país desde hace varios meses, la dolarización de facto de Venezuela se hizo más fuerte durante el apagón que duró por más de tres días y las transacciones electrónicas quedaron suspendidas durante el corte, dando paso al dólar.
Sin embargo, no todos los que salían con la esperanza de comprar lo necesario para los días oscuros contaban con la moneda extranjera que de a poco se abre camino en la economía venezolana y se encontraron con dos opciones menos esperanzadoras: o pagan en bolívares o se devolvían a casa con las manos vacías.
La consultora Ecoanalítica estimaba a fines de 2018 que un tercio de los venezolanos vivía de las remesas que les enviaban sus familiares en el exterior, que este año llegarían a unos 2.400 millones de dólares.
Desde agosto pasado, cuando Nicolás Maduro decretó una devaluación de 96%, el bolívar se depreció un 98% adicional -negociándose a unos 3.000 por dólar-, en medio de una inflación que el FMI proyecta en 10.000.000% este año. El sueldo mínimo representa menos de seis dólares y la cantidad de billetes necesaria para comprar tienden a ser muy grandes.
El Estímulo hizo un recorrido por abastos y farmacias para mostrar gráficamente cuánto efectivo en bolívares era necesario para comprar los productos más vendidos por los comercios.
Para el 22 de marzo, un yesquero costaba Bs. 4.500, agua de 5 litros marcaba Bs. 9.000, una galleta de soda individual Bs. 2.100, una bolsa de hielo Bs. 6.500, una vela individual Bs. 1.500, una bolsa de carbón vegetal Bs. 16.861, una lata individual de Diablitos Underwood Bs. 8.783 y unas pilas doble AA marcaba Bs. 11.830.
Cuenta con muebles para el hogar, oficinas, hoteles y restaurantes, de estilos clásicos y contemporáneos, y se ocupa de la fabricación, producción y venta
Vender otra vez electricidad a Brasil, como ofrece Nicolás Maduro en su reciente visita a Brasilia, es posible a pesar de los problemas en Venezuela. Lo que no puede hacer su régimen es enviar esa carga eléctrica al centro y occidente de Venezuela donde los apagones son constantes. Incluso, ni siquiera a Caracas, ciudad intocable, que día a día siente más el descalabro del sistema eléctrico.
Como parte de la celebración de aniversario se ha incluido a la marca Corvette en los showrooms de esta firma que comenzó en Maracaibo en 2013
