Banca y Finanzas

Venezuela entre los peores países para aprovechar beneficios bancarios

Un estudio global sobre el tema señala que las restricciones impuestas a las instituciones bancarias hacen que solo se atienda al 4% del mercado potencial en microfinanzas. Mientras América Latina despunta como una de las regiones con mayor acceso a los servicios financieros, Venezuela está en la dirección opuesta, tras ubicarse en el puesto 50 de las 55 naciones analizadas por el Microscopio Global sobre inclusión financiera 2015, un indicador que mide los estímulos que promueven los países para el acceso de las personas al financiamiento bancario.

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Bancos en Venezuela

En el estudio Venezuela se ubicó apenas por encima de Haití, República del Congo, Madagascar, Líbano y Egipto entre las naciones con peor desempeño de un ránking que está liderado por dos naciones sudamericanas, Perú y Colombia, y donde otras tres naciones latinoamericanas integran el top ten de la muestra: Chile en el sexto puesto, y Bolivia y México empatados en el octavo lugar.

Realizado desde hace nueve años, el Microscopio Global 2015 amplió su análisis más allá del sector de las microfinanzas para analizar un conjunto de 12 indicadores que miden los ecosistemas reguladores que apoyan la inclusión financiera en 55 países de todo el mundo.

Entre los parámetros medidos destacan el apoyo del gobierno a la inclusión financiera, la capacidad de regulación y supervisión, regulación prudencial, supervisión de carteras de crédito y de captación de depósitos, regulación de seguros dirigidos a poblaciones de bajos ingresos, requisitos para entidades de crédito no reguladas, pagos electrónicos, sistemas de información crediticia, reglas de conducta de mercado y mecanismos de reclamación y operación de los mecanismos de resolución de controversias.

En los ítems analizados, Venezuela solo obtuvo puntuaciones positivas en tres de ellos, de acuerdo con el informe realizado por la agencia Economist Intelligence Unit (EIU) conjuntamente con el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la CAF, el Centro para la Inclusión Financiera en Acción y la Fundación MetLife.

– La nota discordante –

El documento destaca que América Latina y el Caribe está en los primeros lugares en cuatro de los doce indicadores del Microscopio: regulación prudencial, regulación y supervisión de sucursales y agentes, reglas y protección al consumidor, y mecanismos de resolución de conflictos.

También señala que Colombia y El Salvador tienen el puntaje más alto a nivel global en regulación prudencial, mientras que en conducta del mercado Bolivia y Perú son ejemplos globales en la creación de reglas del mercado que protegen al consumidor financiero y promueven la transparencia en la prestación de servicios financieros.

En cuanto a Venezuela, el informe dice que “no cuenta con una estrategia clara o documentada de inclusión financiera y no ha recopilado datos sobre la demanda de productos de servicios financieros para la población de bajos ingresos en los dos últimos años”.

Entre los datos positivos, destaca el avance de la bancarización en personas mayores de 15 años, cuyo porcentaje pasó de 44% en 2011 a 57% en 2014. Ello gracias a los esfuerzos del gobierno para incorporar a los sectores más bajos mediante el depósito de beneficios (prestaciones sociales y pensiones) en cuentas bancarias.

De igual modo, destaca que si bien es incipiente la normativa sobre dinero electrónico, el uso del teléfono celular como plataforma para el acceso a la banca está teniendo efectos positivos, lo que ha impulsado a las instituciones financieras a expandir su oferta de servicios para almacenar dinero o hacer transferencias.

En el lado contrario, el Microscopio resalta el retiro de ONGs enfocadas en el microcrédito tras agotar su capital y debido a restricciones impuestas por nuevas normas impuestas en noviembre de 2014, por lo que las únicas entidades que atienden este mercado son bancos especializados.

Estas mismas regulaciones han impedido el desarrollo del sector, entre otras cosas porque a las micro y pequeñas empresas se imponen normas para el acceso al crédito iguales a las aplicadas a la gran empresa.

De allí que el número de entidades especializadas en microfinanzas no crezca y se mantenga en solo cuatro bancos, de los cuales dos, Bancrecer y Bangente, captan la mayoría de los escasos 100.000 clientes que se estima existen en todo el país, cuyo potencial se calcula en 2,5 millones de personas.

El informe señala que los bancos privados de microfinanciamiento deben competir con programas públicos muy subsidiados y con tasas de interés mucho más bajas, a los que se suman estrictas reglas a la propiedad extranjera de empresas, lo que aleja la reinserción de ONGs que podrían ayudar a expandir el mercado.

“El deficiente contexto económico hace muy difícil la creación de pequeños proveedores de microcrédito. Por otra parte, los disturbios sociales exacerbaron la inestabilidad política en el país y no fueron conducentes a un entorno empresarial sólido”, destaca el análisis sobre Venezuela, que prevé una caída de la economía superior a 7% para este año.

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