Adolfo Cubas: “Yo tenía un plan trazado hasta que conocí a Fernando Carrillo ”

Se dice reinventado en ejecutivo y locutor de radio pero lo conocemos más por esa afinidad intrínseca que mantiene con su pasado de ídolo juvenil provocador y desenfrenado. Ha sido actor de cine, teatro y televisión y asegura que el mismísimo presidente Chávez le dijo que era patrimonio artístico de este país

Fotografía: Alejandro Cremades
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Vale la pena tomar nota de su trayectoria para saber de quién estamos hablando.
Su dilatada carrera artística parece haber ocurrido en más de doscientos años de historia aunque apenas llega al “medio cupón”. Fue ovacionado por más de 100 mil niñas histéricas en el estadio Azteca de México cuando cantaba y bailaba junto al grupo Los Chamos. Suerte de Rolling Stones latinoamericanos de aquella remota escena pop caribeña dominada por el grupo Menudo.
Durante la década de los 80, se convertiría en un fenómeno mundial, gracias a cierto personaje de “niño malo” que interpretó en la mítica telenovela Cristal. Ha estado al frente de la controversia desde que se acuerda y se considera sobreviviente de una vida de excesos, drogas, sexo y “personajes de villano” que dice le valieron un cáncer ya superado.
Dios y el diablo. El bien y el mal. Su alma se debate entre dos océanos desde unos ojos azules profundos, delirantes e inteligentes. Confiesa que nunca quiso ser artista y que alguna vez le dijeron en una ´regresión espiritual´ que había sido Nerón, el dictador que incendió Roma.
Por el momento, Cubas solo ha incendiado el rating de la televisión local recientemente, con sus estruendosas apariciones de “Performer” imitando a Rafaella Carrá o a Don Omar en el programa imbatible de los sábados.
-EC: ¿Estás en ese momento de la vida en que no te gusta decir la edad?
-AC: No. Yo digo que tengo 52 para que la gente me diga: “ay, pero qué bien te conservas”. (Risas). Aunque en realidad acabo de cumplir 50.
-EC: Hace poco dijiste en una entrevista que Chávez te salvó la vida. ¿Cómo es eso?
-AC: No bueno, me la salvó Dios y los médicos que me curaron. A mí me detectaron hace unos años un meningioma benigno en la cabeza y no contaba con los recursos para una intervención quirúrgica hasta que el presidente aprobó mi ingreso en el hospital militar.
Chávez se había enterado de mi situación e intercedió en el momento oportuno. Me dijo que yo era ‘patrimonio artístico de este país’ pero que dejara de hacer papeles de villano porque hacía llorar a su hija Rosa Inés’. (Risas). Claro, hubo personas que exageraron y dijeron que me había llevado cargado por todo el hospital. Eso tampoco fue así aunque me dieron la suite presidencial.
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-EC: Lograste superar la enfermedad, gracias a su intervención…
-AC: El meningioma fue producto de las emociones descontroladas que uno sufre como actor. Que violas y no violas, que matas y no matas, que te drogas y no te drogas, de verdad no hay una salida emocional para eso, entonces te quedas ahí…
-EC: ¿Pero hablas de tus personajes o de la vida real?
-AC: De mis personajes, porque si yo fuera como mis personajes estuviera en un cargo político hace tiempo (risas). Yo soy un servidor del arte, que llora el dolor ajeno, noble ante los sentimientos… en los 80 ser artista era una raya, te trataban despectivamente, pero ahora ese es mi escudo protector para el trabajo que hago con varias fundaciones como “Artistas por la vida” o “Alerta”.
-EC: Pero en tu juventud no te diferenciabas mucho de esos personajes de malo que hacías en las telenovelas…
-AC: Se diferenciaban mucho porque todos esos personajes eran niños ricos, yo soy de origen humilde, me crié en el barrio Monterrey de Baruta donde aún vive mi familia.
-EC: ¿Cuál fue el primer personaje que pegaste en la televisión local?
-AC: Ese si era un muchacho de origen marginal que le decían “El Eléctrico” porque robaba reproductores, en la telenovela “Roberta”.
-EC: ¿Fueron años de fama y descontrol?
-AC: Bastante. Yo tenía un plan más o menos trazado con respecto a mi carrera artística hasta que conocí a Fernando Carrillo y a Gigi Zanchetta, que eran las figuras más importantes de la juventud venezolana en aquel momento. Luego me di cuenta que ser estrella de televisión es una cajita tan sola y tan triste … fue mi época más frívola, pero la vida te da golpes, te da palazos, y te obliga a aprender.
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Según relata fueron esos golpes los que le han llevado a formarse una conciencia social que pone en práctica desde su programa de radio “Así mismo es” en 96.9 fm en Caracas. “Va dedicado a la gente que sufre, a la gente que se va de su casa, que tiene problemas de drogas, es una especie de asesoramiento vinculado a la palabra de dios”.

-EC: ¿O sea que predicas en el programa?
-AC: Hago mi interpretación, pero nunca me pongo a dar sermones, va dirigido a los jóvenes…
-EC: ¿Eres devoto de alguna iglesia en particular?
-AC: Soy católico cristiano. Voy todos los domingos a misa y trabajo junto al padre Banoglio en la iglesia Santo Tomás de Apóstol haciendo misas de sanación…
-EC: ¿Te metiste a monaguillo después de viejo?
-AC: Desde siempre. De hecho estuve en un seminario cuando era muy joven, para ser sacerdote galiciano, pero me retiré.
-EC: ¿Te consideras un exdrogadicto?
-EC: Sí. Aunque yo era principalmente “coctelero” como esos que rumbean en las noches y entonces agarras un tabaco por aquí, un pase por allá, un trago por acá, me invitaban todo pero gracias a dios estoy vivo y resucitado de todas esas andanzas…

Sin miedo al ridículo
-EC: ¿Chavista u opositor?
-AC: Las dos cosas (risas)… a veces me gusta lo que hacen unos y al otro día me gusta lo que hacen los otros…
-EC: ¿Y así eres con tu sexualidad también?
-AC: No, no, para nada. Mi sexualidad siempre ha estado muy bien definida pero no me gusta hablar de eso porque a veces causa convulsiones…
-EC: Al igual que tus presentaciones en “El Show de los Dobles” convertido en Rafaella Carrá o Justin Bieber que hemos visto úlimamente.
-AC: (Risas descontroladas). Eso ha sido muy particular, porque el hecho de ridiculizarme no me importa. Primero que nada se reventaron los números de toda la noche y ha sido una experiencia totalmente enriquecedora. Hemos hecho un trabajo de makeupincreíble encabezado por al señora Luisa Marcano
-EC: ¿Y qué vamos a ver en los próximos meses?
-AC: Me gustaría hacer a Gloria Trevi o Amanda Miguel…
-EC: ¿Y no te atreves a hacer una sesión de fotos en bikini para la revista?
-AC: (Risas) Bueno, si me pones rodeado de mujeres, ¡yo puedo estar en pantaleta y sostén!
.-EC: ¿Es verdad que te acostaste con Ricky Martin?
-AC: Al hablar de eso, una de las cosas más importantes que hay que resaltar es que cuando estás en un grupo juvenil pasas muchas horas de soledad y cuando consigues una persona que te da afecto y calidez de hogar, lo terminas apreciando mucho. Nosotros somos amigos desde la adolescencia, él me recibía cuando íbamos a Puerto Rico con Los Chamos o cuando el venía con Menudo…
-EC: ¿Bueno pero te acostaste con él o no?
-AC: Con mujeres y él… una colectiva bella de mujeres hermosísimas. Nosotros nos quedábamos en el Hotel Anauco Hilton y muchas veces en la noche íbamos a comprar cigarros en la Baralt y nos comíamos una arepa por ahí…
EC: Pero saliste en Antena 3 como “el amante venezolano de Ricky Martin”.
-AC: No salí porque gracias a dios perdí el vuelo y solo hicimos un contacto telefónico. Ellos me engañaron y me ofrecieron 30 mil euros para que fuera hasta el programa en Madrid.
-EC: ¿Y qué dijo tu familia?
-AC: Lo que pasa es que mi familia me conoce pero en el caso de él si le generó un gran problema con su pareja y demás. Mi papá me preguntó qué había pasado y le dije que había mucha plata involucrada, pero al final perdí el vuelo y no me pagaron nada.
-EC: ¿Tienes pareja en este momento?
-AC: No. Estoy en una etapa totalmente asexual porque yo suelo erotizar mucho los afectos y ando en busca del amor verdadero. Mis amigos me llaman ridículo pero busco ese cambio en mi vida, a pesar de que recibo propuestas de todo tipo, todos los días, fotos, de mujeres, de hombres, de todo…
-EC: ¿Y cuál es la mejor manera de llevar a una mujer a la cama?
-AC: Dándole buena comida. Es la mejor manera de que abra la boca. Hay que saber cocinar y sonreír mucho.
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