El poblado minero mantiene el estado de sitio para exigir justicia por la desaparición de 28 jóvenes, que según algunos de sus padres, fueron asesinados por una mafia que controla la mina Atenas, cercana a la localidad del sur de Bolívar. Sin embargo, el paso por la Troncal 10 de Tumeremo fue reabierto este martes a las 6 de la mañana.
Los rigores del tercer día de estado de sitio en Tumeremo se sintieron entre los habitantes del pueblo. Ellos todavía no salen del asombro por la saña cómo fueron asesinados los integrantes del grupo que explotaban una mina -al parecer- sin permiso de la banda que controla la extracción de oro en la zona.
El gremio de comerciantes cumplió este lunes una nueva jornada de paralización de comercios y servicios hasta las 6 de la tarde, en “solidaridad por nuestros compañeros”, explicó a El Estímulo, Erick Leyva, presidente de la cámara de comerciantes de la zona.
Anunció que los comerciantes podrán radicalizar sus acciones con un paro general que podrían extenderse a otras localidades mineras del municipio Sifontes.
La paralización fue cumplida por instituciones educativas y bancos. El cierre de la principal vía de la zona, la troncal 10, ejecutada por familiares y amigos de los desaparecidos también afecta a servicios claves como el suministro de gasolina y golpea al de alimentos, debilitado de por sí con la escasez de productos.
Sin embargo, el paso por esta troncal de Tumeremo fue reabierto este martes a las 6 de la mañana.
El corte de ruta es ejecutado por unos cuarenta vehículos en la troncal, afectando el paso de vehículos hacia Santa Elena de Uairén, el poblado más al sur de Venezuela, que limita con Brasil.
Un piquete de efectivos de la Guardia Nacional, entre los que destaca un comando uniformado femenino, custodian a los carros particulares y gandolas que están paralizadas en la carretera.
La protesta se suma a los agudos problemas de servicios básicos, que arrastran desde hace meses los habitantes del pueblo minero, como los apagones y los cortes de suministro de agua producto de la sequía en la entidad.
Los manifestantes también atribuyeron a los recientes problemas de telefonía celular a la manifestación, que “exige la ubicación de los cadáveres”, según gritaron los manifestantes que negociaron medidas de confidencialidad para que los testigos de la matanza ofrezcan sus denuncias ante las autoridades.
“Todos tienen miedo porque desconfían de la policía, La Guardia Nacional y el ejército”, contó a El Estímulo una de las tías de uno de los desparecidos.
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