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Barcelona revienta la piñata, Madrid se consolida y Atlético resiste

Barcelona gana al Deportivo con un score de beisbol, Real Madrid deshace con paciencia la defensa del Villarreal y Atlético le hace honor a su filosofía cholística con una victoria por la mínima ante el Athletic. El desenlace de la Liga sigue en suspenso.

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En el capítulo de hoy, todos terminaron felices. Barcelona le metió ocho goles al Deportivo La Coruña, que renunció rápido a la confrontación y se entregó a los Leones con devoción cristiana. Fue el partido de Luis Suárez. Cuatro goles y tres asistencias. Tanta fue la superioridad que Bartra se lanzó un gol a lo Pelé. Y me refiero a esos tantos que podemos ver en blanco y negro en Youtube: el delantero entra en cámara lenta, regateando, desde la mitad de la cancha sin que nadie lo toque.

Es difícil analizar el partido del Barcelona desde lo deportivo, porque su rival claudicó antes de la carrera, aunque tuvo cinco minutos lúcidos, pero después, fue una comparsa y lo mismo pudieron ser 8 que 10. Eso sí, cada tanto se celebró con la felicidad propia del que consigue agua tras perderse en el desierto. En todo caso, allí estuvo la esencia del aquel líder que le sacó 12 puntos al Madrid. Con los mismos recursos: tenencia, traslado, transición, balones a las espaldas de los defensores, Messi activo (gol y preciosa asistencia) y el uruguayo con el arco tatuado en los ojos. Hubo tiempo para que Neymar también marcara. Fue un festín casi pornográfico.
Para los que llevan la cuenta del Pichichi: Suárez (30) se puso a un gol de Cristiano (31). El detalle no es menor si además de llevarse la Liga, le arrebata el dulce de la boca al portugués que ha liderado con comodidad la estadísticas, hasta hoy.
Mientras Barcelona se daba su banquete, el Atlético se agarraba de la cabeza de Torres para vencer 1-0 al Athletic, que antes de la jornada lucía como el posible ogro de la fecha. El partido en Bilbao se contaba como una «final» y Simeone salió frotándose las manos. Porque «El Niño» sigue haciendo goles, aún cuando muchos insisten en que está en las últimas, pero también porque el equipo respondió sin Godín, que salió lesionado al minuto 11. Nunca veremos a un equipo del «Cholo» ganar 8-0, pero sí con el cuchillo entre los dientes. Triunfo es triunfo y este le permite mantenerse empatado en puntos con el Barcelona.

Finalmente y ya conocidos los resultados, Real Madrid jugó un gran partido contra un Villarreal que parecía llegar con un solo plan: esperar el error del conjunto blanco. Como no apareció, su juego fue intrascendente y salvo un remate que repelió bien Keylor Navas, asistió al Bernabéu con su fama de semifinalista en Liga de Europa  y se marchó como el cuarto clasificado de la Liga BBVA, a 18 puntos de los merengues.

Lo más relevante de los blancos no fue la victoria, sino la solidez defensiva que mostró. Es toda una curiosidad -o tal vez una demostración de algo que debemos revisar al finalizar el torneo- que los de Zidane estén cerrando la temporada con la imagen que debían mostrar desde un principio, cuando Rafa Benítez asumió su cargo. Hasta Danilo, tan criticado por su terrible partido en Alemania, contra el Wolfsburgo, se lanzó un recorrido a lo Marcelo, que terminó en gol de Modric, el tercero, antes Benzema y Lucas Vázquez abrían la lata. Pero volvamos con el brasileño. Es el defensa más caro en la historia del Madrid. Agradecería mucho Florentino que esta cara sea la más repetida, en ese juego peligroso de ser Jekyl y Mister Hyde otro.
La noticia, sin embargo, fue la salida de Cristiano antes de que terminara el partido. Tomó la decisión de salir de la cancha e ir al banco sin consultarlo con el cuerpo técnico. Algo había pasado en su muslo. Pasó por el costado de Zidane. El francés puso cara de poker. A pocos días del partido contra el Manchester, los fanáticos merengues rezan porque solo sea un susto o un arrebato porque no pudo marcar.
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