Venezuela

Maduro quiere reelegirse en abril y la oposición quiere evitarlo con el diálogo

La nueva ronda de negociaciones entre el chavismo y la oposición organizada por actores internacionales se cumplirá esta semana sin grandes expectativas, mientras el gobierno tiene la intención firme de llevar a cabo en abril unas elecciones presidenciales para reelegir a Nicolás Maduro, confiaron fuentes consultadas por El Estímulo.

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Foto: Cancillería República Dominicana | Archivo

El encuentro oficial está programado para el día 11 de enero, otra vez en Santo Domingo, República Dominicana y siguen en agenda los temas propuestos en los primeros encuentros. La comisión negociadora por el lado de la oposición comenzará a llegar este martes 9 de abril a esta nación para organizar una “encerrona” y cerrar filas ante lo que se avizora como una jornada mucho más compleja que la anterior.

Ni siquiera está garantizada la presencia de todos los cancilleres garantes del diálogo, después que el ministro mexicano, Luis Videgaray, manifestara en declaraciones de prensa su “preocupación por las decisiones que ha tomado el Gobierno venezolano” después de la última ronda de negociaciones.

Junto con el canciller chileno, Heraldo Muñoz, se cuestiona su participación en el encuentro del 11 y 12 de enero.

Para el día 11 está prevista la asistencia de vice cancilleres de los países garantes y sólo la incorporación de los ministros el día 12, cuando inicialmente se esperaba que hubiera anuncios concretos, según han dicho portavoces de la oposición.

México y Chile son los garantes por el lado de la oposición y San Vicente y las Granadinas, Bolivia, Nicaragua por el chavismo. República Dominicana, es el país anfitrión.

Según las fuentes, los cancilleres expresaron su disgusto a través del presidente Danilo Medina, después que Maduro –a través de su Asamblea Constituyente- decidiera proscribir de futuras elecciones a los principales partidos opositores.

“Los cancilleres no están de acuerdo con la decisión de la constituyente de anular a los partidos y pidieron la intervención de Medina (presidente de República Dominicana)”, dijo una de las fuentes. “Esperamos respuestas”, agregó.

Pero, según analistas, un chavismo madurismo envalentonado y dispuesto a quemar sus naves prefiere pagar ese costo inmediato en vez de aceptar una reforma electoral, que ponga en riesgo su triunfo en unas elecciones presidenciales que busca adelantar a toda costa.

Mientras más se aceleran los efectos de la tragedia económica de Venezuela, con más hiperinflación, depresión económica, escasez, derrumbe de las importaciones y crisis de la deuda externa, más crece su impopularidad. Por eso Maduro quiere adelantar las elecciones para abril, un mes épico en el que además fue electo en unos controversiales comicios el heredero de Chávez para ejercer hasta enero 2019.

Estas elecciones están previstas según la Constitución para octubre de 2018.

Aunque el año pasado los opositores pugnaban y protestaban en las calles pidiendo la salida ya de Maduro, paradójicamente, ahora la menguada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) quiere comprar tiempo para recomponerse del descalabro acumulado en 2017, cuando no supo encauzar ni capitalizar las protestas callejeras populares que sacudieron a Venezuela durante un semestre.

La variopinta coalición electoral está fragmentada, con sus líderes enfrentados como borrachos por una botella vacía, sin candidatos viables (los más populares están inhabilitados o presos), con un Parlamento vuelto un cascarón vacío.

Su principal activo es el apoyo internacional conquistado con una persistente diplomacia directa, que ayudó a que los principales países de Europa y América no reconozcan a la Asamblea Constituyente creada por Maduro para gobernar con poderes supremos.

Hasta ahora, sólo la del 15 de diciembre fue una reunión negociadora propiamente, los otros fueron encuentros preparatorios, dijo una de las fuentes. Y justamente, los acuerdos alcanzados fueron desconocidos por el gobierno.

Otra fuente rescata como un logro de las negociaciones, la liberación de unos 40 presos políticos en diciembre pasado.

El propio canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, dijo que esas liberaciones demuestran “la firme voluntad” negociadora del régimen que representa.

“Este proceso está intervenido por la emergencia que hay en Venezuela” dijo una de las fuentes vinculada al diálogo en referencia a la crisis humanitaria, política y social de Venezuela, que terminó 2017 y entró 2018 con un mayor deterioro de las condiciones de vida y de las expectativas.

“Si no hay acuerdos que se puedan cumplir lo veo muy mal. Hay que estar preparados para todo eso. El tema central por el que abogan todos los cancilleres, y todo el mundo, menos el gobierno, es una solución electora”,  al conflicto, indicó la fuente.

En un análisis reseñado por la agencia Bloomberg este lunes, de Clear View Energy, prevé una escalada de las sanciones de la administración de Donald Trump (EEUU) contra el gobierno de Maduro.

Trump muy probablemente escale medidas de sanciones comerciales entre el 30 de enero, fecha de la presentación del discurso sobre el Estado de la Unión; en abril, fecha de las elecciones presidenciales, (en Venezuela) y en noviembre fecha de las elecciones de medio termino en Estados Unidos”, destacó la reseña.

EEUU podría privar a Pdvsa de inversiones de capital mientras la producción de la empresa continua cayendo (10% en 2017 respecto al año anterior) y es improbable que se detenga el colapso, agrega dice el informe.

Es en este escenario de deterioro económico donde esta depositada la última esperanza de la oposición agrupada en la MUD: que la agobiante crisis económica obligue a Maduro a ceder.

Otros analistas en cambio creen que el gobierno apuesta al caos y al empobrecimiento masivo como una forma de extender su control, a través de los programas de venta subsidiada de alimentos y un mayor totalitarismo.

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