1) El megacrack vulgarizado
Difícilmente se puede calificar de vulgar a un jugador que anota más de 50 goles (hasta ahora 42 en Liga y 9 en la Champions), pero la temporada tuvo un antes y un después para Cristiano Ronaldo, que terminó el año con menor recorrido (pasó de mediocampista ofensivo a casi delantero full time) y sin su habitual explosividad desequilibrio. Todo apunta a que no está 100% en condiciones físicas, lo que por un lado habla de su disposición al sacrificio por el club, pero urge una sinceración de su situación y largas vacaciones, que quizás deberían empezar ya.
2) Nunca hubo dibujo táctico
No sobrestimemos la táctica: solo es un punto de partida con imanes en un pizarrón. Sin embargo, Ancelotti nunca encontró la disposición ideal dentro de la que incorporar a James Rodríguez y Kroos y compensar la importante baja de Ángel Di María, que con su entrega tapaba algunas de las deficiencias crónicas del Madrid. James jugó poco en la que parece su posición ideal (libre como enganche, con la única responsabilidad de enlazar delantera y ataque, y aproximarse mucho a más a gol) y parece comprobarse que Kroos, de pegada exquisita, se agota cuando sobre él recae el peso principal de las tareas de recuperación.
3) Plantilla descompensada
Un poco más de lo anterior. Ya es un casi gaje del oficio para el Real Madrid, un hándicap con el que debe contar de antemano todo entrenador. Mucho cacique y poco indio. Ni Modric (una baja fundamental en la semifinal), James, Kroos o Isco son realmente jugadores de sacrificio, todos podrían desempeñarse eventualmente como camisetas 10. Khedira se convirtió en estorbo en la plantilla, Illarramendi más o menos lo mismo y no se justificó la llegada del brasileño Lucas Silva, rápidamente quemado por las circunstancias. El héroe en cuartos de final ante el Atlético, Chicharito Hernández, en realidad nunca fue la opción ideal de recambio. Las eliminatorias duran 180 minutos, y en el juego de ida en Turín, se pagó caro el invento de insistir con Sergio Ramos en el mediocampo, una improvisación que salió bien una vez, pero no aguantaba dos.
4) Nadie sabe lo que quiere Gareth
¿Recuerda la canción de “Miguel es un muchacho que camina muy despacio” de Frank Quintero? Gareth Bale no camina despacio, de hecho es uno de los jugadores más veloces y potentes del mundo, pero firmó su hasta ahora temporada más olvidable de blanco, sobre todo tomando en cuenta que es el segundo hombre más caro de la plantilla. Nadie sabe lo que quiere Gareth y se convirtió en una papa caliente para Ancelotti. Delantero no parece ser. Por sus antecedentes en Inglaterra, parece que rinde más cuando parte de posiciones retrasadas. En todo caso, el galés del cutis rosado y enorme parecido a Jimmy Neutrón no dijo presente cuando Cristiano estuvo en horas bajas.
5) La cantera no existe
Por allí dicen que viene en camino el adolescente noruego Martín Odegaard, y para mí Dani Carvajal fue la gran revelación de la temporada como lateral derecho, pero si hablamos de promesas de la casa, nada de nada. Jesé, por ejemplo, se desvaneció por completo. Sé que el concepto mismo de cantera ha quedado en cuestión en la Europa sin fronteras, pero no hubo opciones domésticas para enriquecer el plantel durante las crisis que provocaron las ausencias de Benzema, James o Modric. En la vuelta ante la Juventus, en los minutos críticos, en el banco estaba Chicharito y más nada.