Viciosidades

El misterio del pipí de King Kong

Una disfunción eréctil: así podría resumirse el sexo en las películas de King Kong. En las cuatro versiones principales que se han hecho en Hollywood (la original de 1933, las de 1976 y 2005 y ahora 'Kong: Skull Island' en 2017), se ha dejado implícita algún tipo de atracción o al menos curiosidad por parte del mono gigante hacia una catira regional

FOTOGRAFÍA: WARNER BROS
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Relación que nunca terminó de desarrollarse, bien porque están en una isla llena de peligros o porque a él le caen a plomo limpio en un rascacielos de Nueva York, símbolo fálico este sí bien erecto.

La injustamente olvidada película de 1976, del productor italiano Dino de Laurentiis (tío del actual presidente del equipo de fútbol Napoli), junto con la de 1933, es quizás la que llegó más lejos en el planteamiento sexual. En una de sus escenas más inolvidables, se observa a un Kong notoriamente baboso y quesúo que trata de bajarle el vestidito a Jessica Lange:

Mientras que Kong: Skull Island (actualmente en cartelera), si bien es la versión más humorística y malandra de las cuatro, así como un anticipo para una ‘Godzilla vs King Kong‘ prevista para 2020, tal vez es la más asexuada. Al menos en lo que se refiere al mono solitario y la catira, que en este caso dista de ser la típica jevita indefensa que grita “¡Suéltame, gorila!” (Brie Larson haciendo de fotógrafa de guerra badass).

Brie-Larson

La distancia entre los dos es cada día más grande, de tu amor y de mi amor no está quedando nada. ¿Es eso más realista? No necesariamente. Aunque usted no lo crea, la ciencia se ha ocupado (y con amplitud) de King Kong, incluido un detallado y notable análisis del reputado biólogo y ecólogo costarricense Julián Monge-Nájera, que aunque esté en inglés y se haya publicado antes de que viera luz la ‘Kong: Skull Island‘ que está en los cine venezolanos, conviene repasar en 2017.

Y una de las conclusiones del científico centroamericano es impactante: el sexo entre un gorila gigante que tiene tremendo verano y una mujer humana no ha ocurrido simplemente porque los guionistas de Hollywood no han querido.

La curiosidad y la atracción entre especies diferentes es más normal y frecuente de lo que se piensa, lo que por extensión se puede transpolar perfectamente a ‘La Bella y la Bestia‘ de Disney.

Preguntas frecuentes sobre King Kong a las que responde un biólogo:

1) ¿Por qué a King Kong nunca se le ve el pipí?

Kingkonghumano

Esto es particularmente notable en la versión de 2017, que tiene al Kong más grande de la historia de Hollywood: cerca de 32 metros de altura, comparado con los 8 metros del gorila hiperrealista de Peter Jackson de 2015, los 13 o 17 metros del de 1976 y los 6 a 18 metros del original de 1933; en estas dos últimas versiones, los tamaños en pantalla variaban tanto por la menor precisión de los efectos especiales como por intenciones dramáticas. Y sin embargo, igual nunca se le ve el pipí. La explicación de Monge-Nájera es que los gorilas reales tienen un pene relativamente pequeño (4 centímetros en erección). Sería perfectamente posible que un mono al menos cuatro veces más grande luciera, por tanto, un miembro viril erecto de 16 centímetros, no demasiado diferente al de un humano.

2) ¿Podría haber sexo entre King Kong y una humana?

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La respuesta de Monge-Nájera es contundente: ¡claro que sí! “Desde la película de 1933 se ha indicado claramente que la chica es ofrecida a Kong por los nativos de la isla como una novia, lo que ha llevado a una pregunta incómoda pero válida: ¿cómo es posible que tengan sexo, si el falo del gorila excede a la capacidad receptiva de la novia?”. Lo que a juicio del científico pudiera ser respondido hasta de tres maneras: 1) Kong en realidad es… ¡una hembra! 2) El sexo entre ambas especies no es penetrativo (de hecho, agregamos nosotros: sexo es mucho más que penetración, al menos en el sentido habitual, y si no que lo diga Almodóvar)

3) Como se indicó antes, a pesar de su tamaño, los gorilas tienen un pene relativamente pequeño, pero más parecido en su forma al de los humanos que el de los chimpancés”.

KingKong1933

Según el biólogo costarricense, el sexo entre un primate y una humana dista de ser solamente la fantasía de guionistas morbosos y sensacionalistas de Hollywood. “Incluso Mary Hastings Bradley, la primera estadounidense que vio un gorila, escribió que no le desagradaba la idea de ser poseída por uno de estos animales. Hay testimonios contemporáneos similares de visitantes femeninas en zoológicos de Londres y Japón. Primatólogas como Jane Goodall y Diane Fossey expresaron sentir algún tipo de amor literal por las criaturas que observaban.

La sexóloga Meredith Chivers reportó lubricación vaginal en mujeres que veían escenas intensas de sexo entre primates. Su conclusión es que se trata de algo normal, porque las humanas prehistóricas instintivamente buscaban reproducirse con machos fuertes, aunque pertenecieran a subespecies diferentes como los neandertales. Y no necesariamente estas mujeres experimentan un deseo de ser violadas o maltratadas, sino de ‘rendirse voluntariamente’ ante un «poder físico que las abruma”.

Ya en el Poema de Gilgamesh, de hace 4.000 años, existe un relato similar al de King Kong, así como representaciones de sexo humano con otras especies animales en las antiguas civilizaciones de Egipto, Grecia e India. E incluso aunque no se manifieste un deseo sexual evidente, siempre es posible la curiosidad y las ganas de jugar, como las que experimenta un gorila real ante una muñeca.

3) ¿Podría existir realmente un Kong en una isla perdida no descubierta hasta ahora?

KONG: SKULL ISLAND

La respuesta de Monge-Nájera es que sí es posible, pero no sería biológicamente sustentable. “Las poblaciones animales en islas tienden al enanismo, debido a que hay menos recursos y competidores. La evolución tiende a ahorrar energía. El gigantismo es provocado por dos causas básicas: resistencia al frío, descartado en un clima tropical monzónico cerca de Sumatra como el de Isla Calavera, y protección contra depredadores, en este caso, dinosaurios”.

“Si existen fósiles de rinocerontes sin cuernos extintos del género Paraceratherium que llegaron a pesar 20 toneladas, perfectamente podría haber existido un gorila funcional con ese peso. Pero el problema no sería cómo llegaron esos gorilas y dinosaurios a una isla, sino cómo sobrevivieron allí!», afirma.

El biólogo David M. Ewalt calculó que un mono como el de la película de 2005 necesitaría 3.400 kilos de comida por día y 300 kilómetros cuadrados de territorio, y eso que estamos hablando de un animal solo cuyos ancestros conocidos han muerto.

Una isla pequeña, que jamás apareció antes en registros cartográficos, no soportaría una fauna tan grande. Los restos de los dinosaurios de la desaparecida isla de Hateg (78.000 kilómetros cuadrados, más o menos del tamaño del estado Apure) eran ocho veces más pequeños que los reptiles continentales.

Otras de las conclusiones de Monge-Nájera:

1) Los reptiles que pelean con King Kong probablemente son hembras, que eran más grandes y agresivas.

2) En un lugar como Isla Calavera debería haber muchos más zancudos haciéndole la vida insoportable a humanos y animales.

3) Aunque no tengan embarcaciones ni acceso a la mayor parte de la isla, las tribus nativas de Isla Calavera podrían sobrevivir con avicultura importada y pesca desde tierra.

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4) Los gorilas son vegetarianos, y eso ha sido respetado por Hollywood desde 1933: King Kong muerde para matar, pero no para tragar.

5) En el cine es más importante la narrativa que la precisión científica, pero incluso la versión de 1933 se adelantó a los conocimientos disponibles para la fecha. Conclusión final: “Todo mito tiene siempre una base de verdad”.

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