El Vaticano busca soluciones humanitarias ante el cierre de Guantánamo
«La Santa Sede ve favorablemente los esfuerzos para el cierre del cárcel. Pero el problema es saber para dónde van a ser trasladados. La Santa Sede puede encontrar soluciones«, explicó padre Federico Lombardi tras la reunión este lunes en el Vaticano entre el secretario de Estado Jhon Kerry y su homólogo, cardenal Pietro Parolin.
El Vaticano se ofreció a «buscar soluciones humanitarias adecuadas» para contribuir con ello a que la administración de Barack Obama logre el cierre de Guantánamo, la prisión abierta por Estados Unidos en la isla de Cuba en 2002 dentro de su «guerra contra el terror» tras los atentados del 11 de setiembre de 2001.
El asunto fue uno de los temas abordados con especial atención durante el encuentro en el palacio apostólico de poco más de una hora entre Parolin y Kerry.
En total, 19 detenidos fueron repatriados o enviados a un tercer país desde comienzos de año, en un esfuerzo evidente de la administración Obama de acelerar las liberaciones para vaciar la prisión y cerrarla, como prometió en numerosas ocasiones.
Tras 13 años quedan ahora 136 detenidos en Guantánamo; de ellos, la mayor parte no tienen cargos ni fueron juzgados. 67 fueron calificados como «liberables» por las administraciones de George W. Bush y Obama.
Seis hombres -cuatro sirios, un palestino y un tunecino- llegaron el domingo 8 de diciembre a Uruguay, cuyo presidente José Mujica prometió que serían liberados, tienen entre 30 y 40 años y hacían parte del los primeros detenidos que llegaron a Guantánamo en 2002.
El traslado de presos a Uruguay es el primero desde Guantánamo a un país sudamericano y el segundo a Latinoamérica, después de que El Salvador acogiera en 2012 como refugiados a dos presos uigures, que luego abandonaron el país.
Las autoridades fronterizas destacaron que los migrantes ubicados en el norte y centro de México aún podrán programar citas para presentarse en los ocho puertos de entrada a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México
Expertos apuntan al desconocimiento del lenguaje usado como explicación del insulto. "Según los obispos contactados" por Il Corriere della Sera, "es evidente que el soberano pontífice no era consciente de cuan insultantes eran sus declaraciones en italiano", indicó el periódico en su página web
Algunos obispos denuncian la existencia de un grupo de presión anti-LGTB en la Iglesia católica que considera las relaciones homosexuales como un pecado y un acto "intrínsecamente desordenado" según el catecismo