La menopausia: un tema que sigue siendo tabú
Hace año y medio, Mariana Caprile lanzó su proyecto "Apenas 50" para concientizar sobre la menopausia, sus efectos e, incluso, sus riesgos, temas de los que habla en esta entrevista
Hace año y medio, Mariana Caprile lanzó su proyecto "Apenas 50" para concientizar sobre la menopausia, sus efectos e, incluso, sus riesgos, temas de los que habla en esta entrevista

Hablamos el año pasado con Mariana Caprile, directora del proyecto “Apenas 50”, con motivo del Día Mundial de la Menopausia … Ella puso, en Venezuela, el tema en el tapete, del que no se habla o se habla muy poco. Y yo quiero saber, de un año para acá…
– A un año y medio de hacer público nuestro proyecto “Apenas 50” consideramos que el balance ha sido positivo, porque sentimos que hemos contribuido, en alguna medida, a que hoy en día muchas mujeres latinoamericanas estemos más y mejor informadas sobre la menopausia y tengamos consciencia de esa fase previa que es la perimenopausia. Queremos creer, también, que desde nuestra iniciativa hemos hecho un aporte para el reconocimiento y la aceptación de la diversidad en torno a estos procesos biológicos. Que hemos colaborado en fomentar la empatía y el respeto de cada experiencia personal.
«Sin embargo, al mismo tiempo, percibimos que, aunque el tabú con relación a la menopausia ha ido decreciendo un poco en la región, es un tema que aún cuesta hablarlo con naturalidad y apertura en conversaciones públicas, incluso en espacios destinados para ello. Por ejemplo, en nuestro caso, la mayoría de las inquietudes o comentarios los recibimos por mensaje directo y son pocas las mujeres que se animan a compartir parte de sus experiencias, a interactuar con otras o a hacer consultas que puedan ser leídas por las demás. Desconocemos las razones; sólo podemos hacer conjeturas. Quizá les incomoda y prefieren no exponerse para evitar la posibilidad de ser juzgadas.

Respecto a lo que más nos han pedido, han sido recomendaciones, principalmente de forma privada, con relación a los calorones o sofocos -qué pueden tomar para atenuarlos- y la terapia de reemplazo hormonal (TRH). Y tiene sentido. Los calores o bochornos están entre los síntomas más comunes y molestos de la menopausia -y de su transición hacia ella-; la TRH ha sido un tema muy controvertido y sobre el cual se ha difundido, durante años, información errada que ha generado desconfianza y temor.
Pero cuando respondemos a estas preguntas aclaramos que los tratamientos deben personalizarse y sugerimos consultar con su médico de confianza, pues quienes estamos al frente de “Apenas 50” no somos médicos; tampoco “coaches en menopausia”. Somos una periodista y una publicista que nos dedicamos a hacer un trabajo de investigación de fuentes confiables y actualizadas, y a entrevistar a especialistas, de distintas disciplinas y nacionalidades latinoamericanas, para luego compartir contenido con nuestra comunidad.
Las recomendaciones que por supuesto sí hacemos desde “Apenas 50”, de manera privada y también pública, es a seguir informándose, evaluar alternativas, tomar decisiones consensuadas, ponerse en acción; a buscar apoyo y acompañamiento de profesionales de la salud, de terapeutas, de otras mujeres. En fin, a procurarse calidad de vida en esta etapa».
– Efectivamente, los sofocos o bochornos y las sudoraciones nocturnas ocuparon el primer lugar de una extensa lista, y sobre ellos se habla mucho. Ambos son síntomas fáciles de identificar y, en muchas ocasiones, difíciles de ocultar, poniéndote en evidencia frente a los demás, lo que a algunas mujeres las avergüenza, y mucho. La mayoría los califican de “desagradables o incómodos”.
«Pero del corazón, en el marco de la menopausia, o del Síndrome Genitourinario Menopáusico (SGM), por ejemplo, es poco lo que se conversa y se educa y, en consecuencia, dejan de prevenirse enfermedades o afecciones importantes. En el caso de la salud cardiovascular, quizá en parte tenga que ver con que sus manifestaciones adversas, al inicio, pueden ser imperceptibles o muy sutiles. En lo que respecta al SGM, posiblemente se relacione con el silencio que suele envolver a lo vinculado con la zona íntima femenina.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en el mundo”. Y allí están incluidas las mujeres. Un cardiólogo con quien conversé cuando estaba en plena perimenopausia me explicó, de manera sencilla -agradecida por eso-, que las hormonas fungen como protectoras del corazón, así que cuando éstas disminuyen, el riesgo cardiovascular aumenta.
Según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el SGM es un “conjunto de signos y síntomas asociados al déficit estrogénico que aparecen en los genitales externos, tejidos del suelo pelviano, vagina, uretra y vejiga, así como también las disfunciones sexuales relacionadas. Se estima que está presente en el 50% de las mujeres postmenopáusicas y hasta en 70% en mujeres de más de 70 años”.
Por otro lado, si bien se habla sobre la osteoporosis -no tanto de la osteopenia, su etapa previa- y sobre la necesidad de chequearse el estado de los huesos por medio de la densitometría, no es mucho lo que se enseña sobre cómo ralentizar el proceso de desmineralización ósea… Más allá de la recomendación de consumir calcio y vitamina D.
La osteoporosis aumenta la probabilidad de fracturas a raíz de las caídas y, aunque éstas suelen ser subestimadas, pueden tener “un impacto no sólo físico, sino también emocional muy fuerte en mujeres y hombres mayores de 50 años” (Diplomado en Nueva Longevidad, 2024).
Dice el doctor Diego Bernardini, médico de familia y experto en Nueva Longevidad, que “la salud, a medida que nos volvemos mayores, se convierte en un capital, en algo muy valioso. ¿Por qué? Porque nos da independencia”.
En la encuesta virtual que hicimos entre 2023 y 2024 -que llamamos “Menopausia y Bienestar Femenino”-, la mayoría de las latinoamericanas que participaron (44%) percibía que sus médicos tratantes no les hablaban en profundidad ni las orientaban de manera apropiada respecto a la menopausia y la perimenopausia.
Eso tendría que cambiar. Pero no olvidemos que somos corresponsables.
Cerca de un tercio de nuestras vidas lo trascurriremos en postmenopausia. Una de las grandes preguntas que tendríamos que hacernos es cómo queremos vivir esos años. Si al menos parte de nuestra respuesta es: “con salud, bienestar y autonomía”, nos corresponde hacer un trabajo preventivo; nos toca investigar, aprender, adoptar buenas prácticas, consultar con especialistas, hacernos chequeos».
– Sí. Precisamente estamos elaborando una nueva encuesta sobre menopausia, pero en esta oportunidad estará dirigida a hombres latinoamericanos.
«En la investigación que realizamos -“Menopausia y Bienestar Femenino”- preguntamos a las mujeres si se habían sentido solas y/o desorientadas transitando su perimenopausia o su menopausia. Un 30% respondió “sí” y un 49% contestó “no” (el 21% restante afirmó que aún no estaba experimentando ninguna de las dos). A las que dijeron “no”, les preguntamos quiénes las habían acompañado y/u orientado.

En determinado momento, cuando la encuesta estaba circulando, “la pareja” ocupó el primer lugar de las respuestas. Y eso, honestamente, nos sorprendió gratamente, pero también nos llevó a hacernos varias preguntas… Al cierre del sondeo “la pareja” había pasado al segundo lugar con un 17% -el primero lo ocupó “la(s) amiga(s)” (26%)-, pero a partir de ese resultado preliminar nos pareció que realizar una encuesta sobre menopausia destinada a hombres latinoamericanos era necesario y relevante. [Seguramente parte de ese 17% incluye a la mujer como “la pareja”, pero dado que no consultamos la orientación sexual de quienes participaron asumimos que la mayoría hizo alusión al hombre].
Con este estudio buscamos, por un lado, indagar cuánta información manejan respecto a la menopausia, pero también conocer cuál es su mirada sobre esta etapa y explorar cuáles son sus necesidades, intereses e inquietudes.
Porque, a decir verdad, si a veces a nosotras mismas nos cuesta comprender lo que estamos sintiendo o experimentando durante la perimenopausia o la menopausia, puede ser muy difícil para una pareja del sexo masculino fungir como un apoyo cuando no está muy informado ni familiarizado con estos procesos. En estos casos, la disposición y las buenas intenciones no son suficientes.
Además, un punto importante, y que muchas veces pasa inadvertido, es que ellos -los hombres en pareja- también están implicados y pueden verse afectados. Conversando con algunos de ellos y también con psicólogas aliadas de “Apenas 50”, sabemos que, en el marco de esas dos fases biológicas, pueden llegar a sentirse rechazados, no queridos y hasta con baja autoestima porque sus parejas han optado por evitar los encuentros íntimos ya que han tenido disminución del deseo sexual o experimentan dolor durante la penetración.
La doctora Carmen Clara Mantellini, médico ginecobstetra, y cercana colaboradora de “Apenas 50” desde nuestros inicios, lo explica con claridad: “Si hay dolor, no hay placer. ¿Quién quiere tener relaciones sexuales cuando duele?”.
Hay expertos que afirman que la menopausia ha incidido en el aumento de las separaciones o los divorcios, en años recientes. Y es que, como ya sabemos, es una etapa de muchas transformaciones físicas, emocionales y psicológicas en la mujer, por lo que puede suponer una dificultad real en la relación de pareja, y no sólo en la esfera sexual. Es por ello que, desde nuestra perspectiva, consideramos que la perimenopausia y la menopausia no son sólo “asuntos de mujeres”.
Tenemos previsto que la encuesta comience a circular entre noviembre y diciembre de 2025; como la anterior, será virtual. Convocaremos a hombres latinoamericanos que vivan en cualquier país del mundo. Tras tener los resultados, tenemos la intención de elaborar propuestas que beneficien a la pareja, promoviendo la comprensión mutua y el apoyo».
– La menopausia se habla en voz alta, y cada vez más, en Europa. Y, de acuerdo con lo que hemos explorado, sobre todo en España y el Reino Unido. Se dialoga sobre su repercusión en la vida de las mujeres y en la de sus ámbitos familiar, social y laboral; se ejecutan iniciativas públicas y privadas para educar y sensibilizar.
«Una amiga y colega que vive en Inglaterra nos contó, por ejemplo, que en la organización donde trabaja han recibido charlas y capacitaciones -presenciales y virtuales- sobre la menopausia. Además, cada tres meses tienen encuentros donde se intercambian experiencias, que funcionan como grupos de apoyo.
Esa iniciativa puntual se llama Menopause Café y se lleva a cabo en espacios de reunión dentro de la propia institución. Todos son convocados, incluidos los hombres, pero su participación es voluntaria. Asisten, mayormente, mujeres de 40 años en adelante; también hombres que están interesados en aprender sobre esta etapa biológica. Entre 2022 y 2025, alrededor de 3 mil empresas y organismos se han sumado a este programa denominado Menopause Workplace Pledge.

En Latinoamérica, la visibilización de la menopausia también se está dando, pero a un volumen más bajo -aunque dejó de ser un susurro-. Según lo que hemos investigado, Argentina, Chile y México lideran la conversación.
Desde “Apenas 50”, hemos visto que la gran mayoría de las convocatorias a grupos de trabajo u organizaciones de la sociedad civil de la región son para desarrollar propuestas sobre la salud femenina en torno a “los derechos sexuales y reproductivos”. Sin duda, emprender acciones con relación a ese eje temático nos parece esencial. Desde nuestra visión, también lo es respecto a la etapa no reproductiva de la mujer.
Paralelamente al trabajo que venimos presentando desde hace año y medio en Instagram (@Apenas50_), nos estamos preparando para ofrecer charlas y talleres presenciales sobre menopausia y bienestar femenino, a mujeres latinoamericanas de distintos perfiles y en diferentes entornos. Los impartiremos nosotras -el equipo de “Apenas 50”-, de la mano de algunas especialistas de la salud que han sido colaboradoras del proyecto. Tenemos previsto iniciar a partir de 2026″.
En un podcast escuché decir a la doctora Maite Fernández, ginecóloga y sexóloga, que “las mujeres tendemos a normalizar malvivir (…) tenemos esa tendencia a la aceptación (…) y nos acostumbramos a vivir: cansadas, sin deseo sexual, con sequedad (…)”. Y no. Eso tiene que cambiar.
«El Día Mundial de la Menopausia -18 de octubre- pone en relieve un tema al que, poco a poco, las mujeres nos hemos ido atreviendo a subirle el volumen. Una etapa vital sobre la cual abundan experiencias, opiniones encontradas y preguntas. Sobre la que hay quejas y también aplausos. Una fase repudiada, por algunas; abrazada, por otras. Un proceso que, en definitiva, no nos deja indiferentes.

Desde “Apenas 50”, durante todo octubre y parte de noviembre, estaremos reflexionando sobre lo que se llevó la menopausia -o la perimenopausia- y sobre lo que trajo; porque, sí, es un fin y también un nuevo comienzo. Se trata de una campaña de sensibilización que, una vez más, sólo fue posible gracias a un trabajo colaborativo muy valioso y sororo de mujeres latinoamericanas que comparten vivencias y miradas con el único fin de contribuir con el cambio.
No nos cansaremos de decir que la menopausia no es una enfermedad, pero no está exenta de desafíos importantes. Si se gestiona con atención, consciencia, apoyo, acciones, la menopausia puede seguir siendo una “etapa fértil”. Fértil en sueños, ideas, proyectos…».